¿Debo comentar en esta columna la desafortunada (¡una vez más!) tapa de la revista Noticias? Encuentro dos motivos para hacerlo: (1) en la edición impresa del diario PERFIL se reproducen cada semana las tapas de las revistas de la Editorial, por lo que es borroso el límite de lo que cae bajo la mirada y comentario de nuestra Defensoría de Género; y (2) más borroso todavía es el límite de mi función para el público, lector y no lector del diario, que varias veces me ha reclamado que comente diversos productos que perteneciendo a la misma empresa no muestran preocupación ni sensibilidad, y mucho menos disposición a modificar estereotipos y violencias que satisfacen a buena parte del mercado.
Este es un fragmento de la columna dominical del pasado domingo 23 de junio en PERFIL, que escribo como Defensora de Género del medio. Para leerla completa, consulten acá
No soy feminista. En una larga entrevista de Fontevecchia a Graciela Camaño en PERFIL, política inteligente, aguerrida y con mucha experiencia. Le pregunta: “¿Cuál es su relación con el feminismo?”. Y ella responde: “No soy feminista. Defiendo a las mujeres. De hecho, advierto que en el Consejo de la Magistratura es necesario cambiar los reglamentos. Lo propuse. Necesitamos una Justicia con visión de género. Cada vez que tengo audiencias con los concursantes para ser jueces, mis preguntas están vinculadas a la temática de género. No por una cuestión de poner a la mujer en el poder, sino porque las justiciables están siendo víctimas de una mirada machista en la Justicia. Y tengo casos concretos como el de Lucía Pérez en Mar del Plata. Defiendo mucho la causa de las mujeres, pero no soy feminista, en el término clásico de lo que es la palabra”. Si en lugar de comenzar así su descripción hubiera dicho “soy feminista”, todas esas acciones habrían adquirido sentido dentro de un movimiento colectivo que procura que las instituciones sean más justas en términos de género. ¿Cuál será ese “término clásico de lo que es la palabra” que le impide decirse feminista?
*Este es un fragmento de mi columna dominical en PERFIL del 16 de junio pasado. Pueden leerla completa aquí.
*Comparto entrevista que me realizó en Uruguay la periodista Denisse Legrand para Feminismos de La Diaria de Uruguay.
Diana Maffía dirige el Observatorio de Género en la
Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, fue diputada de la Legislatura porteña
de 2007 a 2011 y, como doctora en Filosofía, está al frente de la cátedra de
Gnoseología (teoría del conocimiento) de la Universidad de Buenos Aires, de la
que forma parte desde hace casi cuatro décadas. En los últimos años se ha
enfocado en dar clases de filosofía feminista y dirige un posgrado de género y
derecho. “Mi trabajo docente siempre fue un trabajo político”, afirma. Es una
intervención que trata de sacar el saber de la academia y llevarlo a otros
lugares.
Además, Maffía tiene un centro cultural feminista y
queer, Tierra Violeta. “Ahí pasa todo lo que me hubiera gustado que pasara en
mi juventud”, dice. En ese lugar se encuentra Feminaria, la biblioteca temática
feminista más grande de Argentina, con 20.000 libros de y sobre mujeres. Empezó
como un espacio para poner a disposición pública su biblioteca y hoy es un
consorcio de bibliotecas al que varias feministas han donado sus libros.
La dirigente visitó Montevideo para dar una clase
magistral en el Diplomado Superior de Violencia basada en Género de la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales, y en ese marco dialogó con la
diaria.
Cuando eras chica no veías
desigualdades de género respecto de tu hermano mayor, hasta que él empezó a
hacer cosas que vos “no podías” o “no debías” hacer.
El lunes pasado se celebró la entrega del Reconocimiento Mujeres Creativas, el cual reconoce y nuclea a las mujeres que actúan creativamente en el campo de las artes, la cultura y las comunicaciones en Argentina. Recibieron el reconocimiento en esta edición: Delia Cancela, Nora Correas, Veronica de la Canal, Virginia del Giudice, Dolores Fonzi, Susana Giménez, Carmen Guarini, Erika Halvorsen, Regina Kuligovski, Francisca Kweitel, Claudia Lapaco, Martha Levisman, Alejandra López, Norma Morandini, Valeria Pesqueira, Valu Ramallo, Nelly Perazzo, Carola Reyna, Adriana Rosenberg, Graciela Taquini, Laura Valenzuela, Adriana Varela, Laura Yusem, y yo. El evento se realizó en el Four Seasons Hotel Buenos Aires.
(…)La semana pasada me referí a la desafortunada metáfora del papa Francisco que comparó a quien se hace un aborto con quien contrata un sicario, desplazando hacia las mujeres las condiciones de criminalidad, inmoralidad y exclusivo autointerés con desprecio por la vida humana. Para mi sorpresa, la metáfora papal volvió a aparecer en la contratapa de Fontevecchia del domingo. Se refiere allí, hablando de Lavagna y Massa, a la mutua acusación de ser “los sicarios de la tercera vía”. Fontevecchia agrega: “Un tercer acusado de ser sicario de la tercera vía es el gobernador de Córdoba”. Y concluye: “Así, en lugar de parteros de la tercera vía, terminan regalándoles a los polos su centralidad tupacamaruzada” (omitamos comentarios sobre este neologismo).(…)
*Esta es parte de la columna dominical que escribí este 9 de junio en Perfil. Pueden leerla completa aquí.