autoradmin2 fecha15 Feb 2011 categoriaagenda comentariosDejá tu comentario

Talleres para una Justicia con perspectiva de género. Corte Suprema de Justicia de la Nación

Participaré de esta activiadd organizada por la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el marco de una nueva conmemoración del Día Internacional de la Mujer, que se propone ampliar el compromiso de liderar desde el Poder Judicial el cambio cultural para que en nuestro país las mujeres gocen de una ciudadanía plena.

En este caso, se pondrán en marcha las réplicas de Talleres para una Justicia con perspectiva de género en forma simultánea en varias jurisdicciones y compartirán la celebración en forma virtual distintas Cámaras y Cortes.

Asimismo, la Dra. Carmen Argibay suscribirá un convenio con el Sr. Procurador General de la Nación para el desarrollo conjunto de un Plan de capacitación específica sobre trata de personas.

La actividad se llevará a cabo en la Sala de Videoconferencias de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ubicada en el 4°piso.

autoradmin2 fecha8 Feb 2011 categoriaagenda comentariosDejá tu comentario

Seminario de Epistemología Feminista con perspectiva latinoamericana. UNAM, México DF

autorDiana Maffía fecha8 Feb 2011 categoriadiálogo comentariosDejá tu comentario

concluyó el seminario de formación teológica

El sábado pasado se realizó el cierre del 26º Seminario de Formación Teológica. A continuación, transcribimos la crónica del día viernes, en la que participé junto a otrxs colegas:

«La Juntada

Viernes por la Mañana

La juntada fue un momento fundamental del Seminario, como confluencia y entrecruzamiento del trabajo realizado a lo largo de todo el Seminario. Marcelo Trejo hizo un aporte intercalado con varias canciones  alusivas y con un profundo gesto de pasar con la cruz de Seminario en medio de los participantes.   

Los tiempos invitan, no se ven acaso los quiebres… Para muchos es el visible decaimiento; para nosotros debe ser nuevas y actuales posibilidades de recrear la Alianza para la Vida de los Pueblos y para «otro mundo posible»-. Sin embargo, el constante discernimiento también es una exigencia para quienes conforman el pueblo de Dios. Porque si bien el núcleo ético-amoroso de fidelidad en la justicia y el derecho se mantiene, tanto como el aliento divino para los Bienaventurados, los tiempos y las realidades van cambiando. «Santidad, tiempos nuevos y quiebres actuales» no son categorías excluyentes. Más aún se requieren unas a otras.

Otra categoría que ayudaría a entender más y mejor; y, a la vez, reconquistar una relación de «justicia demasiada largamente esperada», como nuevo modo político de convivencia social, es la de «estigmatizados». Con el estigma se configura el «disgusto ante lo distinto» y se afirma la «familiaridad» con la expulsión. Ahora bien, ¿quién define a tal o cual?, es la inmediata pregunta que se impone. ¿Quiénes «pueden» estigmatizar? La respuesta es simple aunque no siempre obvia. La estigmatización es una acción y un proceso histórico social-cultural de «devaluación», «desacreditación», y, por lo tanto de «expulsión solapada», Y esta sólo puede ejercerse desde los ámbitos de poder, cualquiera sean estos.

La salvación se ha desmonopolizado, porque el Nazareno Crucificado ha Resucitado por el poder de Dios (Hech 4, 10) y sus «estigmas de marginado del sistema» (Mc 15, 16 ss) se convirtieron en «marcas de nueva vida y libertad»: «Pon aquí tu dedo y mira mis manos; extiende tu mano y métela en mi costado». (Jn 20, 25-28). Una experiencia arrolladora de la Pascua que hizo pasar a «los miedosos fugitivos del viernes santo a ser testigos firmes del domingo de gloria» (Bruno Forte). Hombres y  mujeres que fueron «tocados» por Jesús, el Señor, como signo inicial de una nueva humanidad. Estos mismos sintieron, desde su propio momento de resurrección, que sus estigmas ya no eran frenos sino lugares experienciales desde donde se canta y practica la anticipada victoria final (Jn 9, 1 ).

(El aporte completo, próximamente en www.sft.org.ar)

Luego habló Diana Maffía y a continuación se presentó un trabajo en grupo de mucha producción que se extendió durante la tarde.

Están esos quiebres negativos, los de los propios espacios que han fracasado, que hay que prestar atención y ocuparse para volver a amalgamar. Están también los quiebres positivos, los de haber vencido los muros. Allí es importante la propia convicción como colectivo de que ese muro no se puede volver a levantar.

La idea de polifonía no es que todos decimos lo mismo. Cada uno dice su palabra, pero tiene en cuenta que hay otras palabras, también con valor y relevancia. Esa comunidad de sentidos requiere de escucha activa, de diálogo. La producción de sentidos es una actividad humana y para llegar a la acción esta construcción tiene que ser colectiva y para ello es indispensable la capacidad metafórica de llevar y traer sentidos y así construir polifonía.

Los puentes son para unirse, para encontrarse. No hay un afuera y adentro como en los muros. ¿Cómo hacemos «puente» entre los espacios, entre las diferentes experiencias? ¿Cómo construir poder colectivo y popular y a la vez transformar una cultura represora en emancipadora? Darle sentido -hacer una construcción colectiva de sentido- a las grietas que tiene la cultura represora, lo que nos da pistas para ver por dónde empezar.»

participé en el 26º seminario de formación teológica

En el marco del 26º Seminario de Formación Teológica que se realiza en Moreno, provincia de Buenos Aires, participé en la presentación del Eje «Miradas y Sensaciones».

Allí, entre otros puntos, nos propusimos pensar desde los propios pueblos cómo vemos las cosas, en tanto se trata de una forma de construir saber y conocimiento colectivamente.

Históricamente, la sabiduría antigua sufrió un gran quiebre en la modernidad cuando apareció la ciencia y se presento como la nueva verdad, indiscutible, quedando la teología como otro tipo de conocimiento, más cercano a los valores, a los fines morales o las orientaciones para a la vida humana; pero no son los que construyen conocimiento. La ciencia se ha divorciado de la religión.

 

formación teológica

Junto al teólogo Marcelo Trejo

 

Otro de los cuestionamientos que nos hicimos fue: ¿Quién tiene la autoridad para decir cómo es el mundo, cómo debe ser nuestro vínculo con el mundo? Es una cuestión de poder.

Si la naturaleza se rige por leyes mecánicas, entonces la voluntad de Dios, e incluso la voluntad humana está de más. La naturaleza humana queda dividida en dos: el cuerpo, que queda del lado de la naturaleza, y el alma, la subjetividad, que queda libre, autónoma.

En la antigüedad, el orden de la naturaleza explicaba también la vida social: las jerarquías, cómo ser amo o esclavo, eran una condición natural y ambos aceptaban el vínculo. De esta manera, nadie es responsable moralmente porque nadie puede pensar en liberarse de algo que está en su propia naturaleza. La misma jerarquía se asumía entre el varón y la  mujer. Las virtudes tenían que ver con esa división: por un lado, la conducción, la decisión, en definitiva, todo el espacio público para el varón; mientras que la nutrición, el cuidado, la reproducción, o sea, el ámbito privado, para la mujer. Hoy aún hay mucho de esto.

Si la concepción mecanicista no explica la organización social, ¿Cómo se explica entonces que la forma de la sociedad sea como es, que haya distintos roles? Entonces aparece la idea de un pacto social, de un contrato: sujetos libres que toman la decisión de vivir juntos. En vez de estar los hombres librados a la lucha natural, a que todo se resuelva por la fuerza, deciden poner reglas, hacer pactos, reconocer derechos. Son acuerdos muy básicos y a la vez difíciles de cumplir, como por ejemplo los mandamientos. Con el tiempo, descubrieron que estos contratos “fraternos” no eran suficientes, porque eran fáciles de violar y no había como remediarlo. Entonces aparece el contrato “vertical”, con alguien que haga cumplir los pactos, en definitiva, alguien a quien con poder. Pero hay tres condiciones para el sujeto al que se le da el poder:

1 – Que cumpla la ley. Si no lo hace, hay corrupción.

2 – Que vigile que la ley se cumpla. Si no, hay anomia.

3 – Que sancione a quien no lo cumple. En caso contrario, hay impunidad.

Hay un “nosotros” que hace este acuerdo, pero también surgen grietas tremendas en esta comunidad que supuestamente nos contiene. El tema, ahora es: ¿Ese nosotros? ¿Nos contenía a todos? Las mujeres quedaban afuera. Pero no solamente las mujeres: la ciudadanía era sólo para los propietarios, por lo que los pobres quedaban fuera. Algunos le decían a los demás lo que hay que hacer, como si fuera universal y para todos, neutralizando el punto de vista propio e invisibilizando otras miradas. Así, la ciencia empieza a legitimar la exclusión social, como por ejemplo con el racismo y las ideas de la evolución social para jerarquizar las diferentes culturas y sociedades.

En esta idea de ciudadanía universal que está detrás del contrato social hay muchas cosas que están implícitas: ¿Por qué a algunos les cuesta más que a otros hacer valer sus derechos? Parte de los quiebres que se están produciendo son porque estamos estableciendo nuevos “nosotros”, lo que plantea un salto existencial enorme que es autodefinirse: no dejar que desde el poder me definan, sino un empoderamiento que empieza por la percepción de quiénes somos. Lo fundamental es que no se trata sólo de agregar más derechos al contrato vigente, sino abrirlo. ¿Quiénes se sientan a la mesa? Evitar que haya algunos que impongan su punto de vista sobre otros y aceptar la diversidad. Poder nombrar, explicar, sabiendo que hay otras formas de nombrar y de explicar. Es lo que se denomina  “polifonía”. No es sólo incluir, es integrar. Redefinir los espacios

Para concluir, establecimos que el poder necesita que se lo reconozca. Los colectivos sociales tienen poder, tienen el poder de reconocer o no a la autoridad. Es importante ver cómo se organiza ese poder en un proyecto: se necesita una construcción colectiva, se necesita amasar colectivamente.

autorDiana Maffía fecha1 Feb 2011 categoriaderechos humanos, feminismo comentarios1 comentario

pedido por la libertad de karina germano, la galle

 

En el día de ayer, junto a distintos organismos de Derechos Humanos, hicimos entrega de una carta a las presidentas de la República Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y de la República del Brasil, Dilma Rousseff, a fin de solicitarles tomen las medidas necesarias para la pronta liberación de Karina Germano, la Galle.

Aquí reproducimos el texto de la carta, con algunas de las miles de firmas que la acompañaron como adhesión a la campaña.

 

***

 

Buenos Aires, enero del 2011

 

Sras. Presidentas de Argentina y Brasil

Cristina Fernández y Dilma Rousseff

 

En los próximos días se reunirán en Buenos Aires, como presidentas de nuestros países. Quisiéramos que en este contexto, el primer encuentro desde la asunción de Dilma, pudieran incluir en su agenda un tema para nosotras fundamental en la histórica batalla por los derechos humanos: la libertad de otra mujer, Karina Germano, quien va a cumplir nueve años de prisión, primero en Brasil, y ahora en Argentina.

Karina Germano, hija de Rodolfo “Roco” Germano, militante montonero secuestrado y desaparecido luego del paso por la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), es militante de HIJOS.

Fue detenida en el año 2002 en Brasil junto a un grupo de militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez y del MIR chilenos.

A pesar de que los responsables del grupo asumieron la autoría del secuestro del empresario Olivetto, y declararon en el juicio que Karina no estaba vinculada ni en conocimiento de dicha acción, le aplicaron la misma pena que al resto del grupo: 30 años de prisión.

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