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Diana Maffía, presidenta de la Comisión Especial de Igualdad Real de Oportunidades y de Trato entre Mujeres y Varones y Gabriela Alegre, presidenta de la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires organizan este acto en conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

En esta ocasión, se ha convocado a un grupo de varones destacados de diversos ámbitos de la vida social a fin de involucrarlos activamente en la promoción de los derechos de las mujeres. Al mismo tiempo, se ha invitado a un grupo mujeres reconocidas por su trayectoria, ante las que se comprometerán los varones seleccionados.

El 25 de noviembre de 2009, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra  la Mujer, esperamos encontrarnos nuevamente para compartir la experiencia de un año más en la lucha por los derechos de las mujeres.

Le agradecemos su presencia y compromiso.

Diana Maffia, Presidenta de la Comisión Especial de Igualdad real de Oportunidades y de trato entre Mujeres y Varones.
Gabriela Alegre, Presidenta de la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud.
Contacto:
despachodiputadamaffia@gmail.com

26 de noviembre de 1911: Julieta Lanteri vota en elecciones municipales de la ciudad de buenos aires

1911-2008.-

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Julieta sacó del ropero su traje blanco, el de las grandes ocasiones.

Se vistió y revisó su cartera. No faltaba nada, tenía todos sus «papeles».

Allí tenía en sus manos la Carta de Ciudadanía Argentina que hasta ese momento sólo había logrado Mariana Chertkoff.

Resonaban aún en sus oídos las palabras del Fiscal de Cámara, Horacio Rodríguez Larreta, que se pronunció a su favor con el argumento de que “ni la Constitución Nacional ni la ley limitaban el derecho de naturalización en razón de sexo”.

La Cámara Federal se pronunció en igual sentido.

Julieta y María Barreda, la primera abogada argentina, salieron del tribunal sabiendo que habían ganado la primera batalla.

También tenía la papeleta que la habilitaba a votar en las elecciones de renovación del Concejo Deliberante.

Había sido fácil obtenerla: italiana naturalizada argentina, vecina de Buenos Aires, pagaba sus impuestos como médica y nada decían aún las leyes del municipio sobre el sexo de los votantes.

Julieta Lanteri estaba nerviosa pero feliz. Hizo la fila en el atrio de la iglesia de San Juan, ante la mirada socarrona de los varones, risas, codazos y comentarios en voz baja. Votó y al salir recibió la felicitación del presidente de mesa “por ser la primera mujer Latinoamericana que lo hacía.” El flash del fotógrafo inmortalizó la escena.

Tiempo después, el Concejo Deliberante se encargó de que ninguna mujer volviera a votar. La nueva Ley de Empadronamiento dejaba bien claro que sólo votarían quienes tuvieran sus certificados del servicio militar, que obviamente sólo hacían los hombres.

Tuvieron que pasar 36 años de luchas feministas para que todas las mujeres pudieran hacerlo.