El lenguaje se construye colectivamente, no se prohíbe*
*Comunicado del equipo de redacción de los Manuales de Lenguaje Inclusivo para Educación Inicial,
Primaria y Secundaria elaborados a pedido del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires
Buenos Aires, 10 de junio de 2022
En los últimos años, leemos o escuchamos intervenciones en los medios de comunicación sobre el llamado lenguaje inclusivo que refuerzan ideas “a favor” o “en contra” en un tema que tiene ya varias décadas de trabajo académico.
En 2019 nos convocaron desde el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires para elaborar un conjunto de materiales sobre lenguaje inclusivo para ser utilizado por el conjunto de la comunidad educativa: estudiantes, docentes y familias. Estos manuales requirieron trabajo de especialistas en educación, comunicación y específicamente en lenguaje inclusivo no sólo en relación a la diversidad sexual. Fueron redactados por fuera de la resolución del día de ayer de la que no teníamos ningún conocimiento.
La resolución del Ministerio de Educación, en sus fundamentos, retrocede en cuanto al alcance de los manuales. Y las afirmaciones prohibicionistas del Jefe de Gabinete señalan una postura y una decisión política que va a contramano del espíritu del trabajo que hemos realizado. Proponemos una herramienta perfectible, para ser utilizada colectivamente en las aulas y en las casas e ir incorporando los usos y resolviendo las dificultades de un fenómeno vivo como es la lengua. Una actitud política prohibicionista conspira contra este trabajo colectivo.
Para mayor contradicción, la resolución le da la espalda a las buenas prácticas en el uso del lenguaje como forma de expresión de gobiernos abiertos a la ciudadanía, entre ellos el propio Ministerio de Educación de CABA en 2016.
Las palabras importan y no son neutrales: la lengua tiene la capacidad de construir e incluir sujetos de derechos, y también tiene la capacidad de visibilizarlos o excluirlos. Para que la igualdad y la no discriminación sean uno de los principios rectores en la escuela y en la vida social es necesario nombrar porque lo que no se nombra no existe.
El tan conocido y discutido uso de “E” es sólo una de las formas de lenguaje inclusivo como alternativa para una mayor visibización de los sujetos de derecho, en particular para los sujetos con identidades no binarias; es un recurso más que, junto con otros, se encuentran en debate como los signos gráficos como el asterisco (*), las letras (x / e ) o signos no lingüísticos (@) que quiebran la dicotomía entre femenino y masculino porque hay algo más que sólo mujeres y hombres en las sociedades. Allí surgen las búsquedas por un lenguaje inclusivo es una de las formas de reclamar por la igualdad.
Los lenguajes tienen una historia y construyen nuestras relaciones sociales, donde la escuela es uno de nuestros primeros espacios de socialización junto con la familia. Estamos convencidas que reflexionar y discutir en las aulas y en las casas nos facilitará tener una educación más inclusiva, más igualitaria y que nos permita construir ciudadanía allí donde estemos.
Diana Maffía, Patricia Gómez, Celeste Moretti, Romina Sonzini y María Paula García
Compartimos la introducción y el prólogo que llevaban los manuales presentados al
Ministerio y no fueron publicados en la versión distribuida el día de ayer.
Presentación
Cuando nos convocaron para elaborar materiales sobre el lenguaje inclusivo que
pudiesen ser utilizado por la comunidad educativa en su conjunto, el primer objetivo
que nos trazamos fue ofrecer un conjunto de herramientas didácticas para despejar
dudas, aclarar mitos y reflexionar sobre el fenómeno. En esta línea, el segundo objetivo
fue el uso de palabras y expresiones que sean más abarcativas del conjunto de
personas que formamos parte de la sociedad.
Las reflexiones sobre el lenguaje en la escuela, entendida como una institución que
alberga distintos colectivos con distintas posiciones pedagógicas, sociales, económicas,
etc., son indispensables para salir de lógicas maniqueas que pasan por su defensa sin
fisuras, pasando por la burla y llegando hasta la resistencia y el rechazo acríticos. ¿Qué
hacer con esta experiencia aúlica “inesperada” que permite visibilizar identidades,
sujetos y fenómenos en nuestra sociedad?, ¿cómo entender el aula como espacio de
tensiones con el lenguaje y las identidades?, ¿cuáles son las herramientas de formación
que interpelan los “purismos” y pruritos de las academias de la lengua, especialmente
la RAE?, ¿Cuáles son las experiencias desarrolladas para tener en el horizonte
pedagógico?
Con estas preguntas como guía, revisamos los motivos de la vigencia de un debate
sobre el lenguaje inclusivo que tiene más de cinco décadas en las que el papel de los
movimientos sociales ha sido fundamental. En los primeros tiempos (años setenta del
siglo pasado) la discusión estaba centraba en la necesidad de visibilizar a las mujeres
en el lenguaje y los resultados se plasmaron desde la década del noventa (primero en
España y luego en América Latina) con la publicación de un conjunto de guías de
lenguaje no sexista en la administración pública que muestran a las mujeres y el género
femenino en términos binarios con los hombres y el género masculino. Ejemplo de ello
son la utilización de sustantivos colectivos (ciudadanía en lugar de ciudadano), los
pronombres genéricos (ustedes en lugar de vosotros), las dobles formas (todas y
todos), y las barras (niñas/os en lugar niños)
Pero la expresión de las identidades ha cambiado. y será ya avanzado el siglo XXI que
nos encontramos con reclamos que van más allá de la visibilidad de las mujeres y con
la necesidad de incluir a otros sujetos que ni siquiera son nombrados por el lenguaje.
En este contexto es que aparecen los signos gráficos como el asterisco (*) las letras (x )
o signos no lingüísticos (@) que plantean las dificultades de escapar a la dicotomía
entre femenino y masculino porque hay algo más que sólo mujeres y hombres en las
sociedades. Allí surgen las búsquedas por un lenguaje inclusivo y no solamente no
sexista, tanto en la lengua castellana sino en otro conjunto de lenguajes con otras
raíces históricas.
Con este horizonte en mente escogimos hacer este aporte desde sus aspectos
pedagógicos y didácticos: presentamos un conjunto de fichas de trabajo para las aulas
y las casas porque creemos que son espacios virtuosos de retroalimentación. Son cinco
fichas con actividades aúlicas y familiares, organizadas para distintas etapas educativas:
nivel inicial, primaria y secundaria.
Las fichas docentes incluyen aportes teóricos de gramática y de la didáctica de las
prácticas del lenguaje, para pensar las propuestas en el marco del aula, con propósitos
comunicativos. Incluyen propuestas de trabajo concretas, dirigidas a los y las
estudiantes, para abordar este tema desde las prácticas de oralidad, lectura y escritura.
Además, presentan sugerencias para el segundo ciclo del nivel primario considerando
que las niñas y los niños tienen una mayor autonomía con relación a las prácticas de
lectura, escritura y oralidad, tienen otros intereses y recursos que les permitirán
abordar materiales más desafiantes, complejos y completos.
Las fichas para las familias apuntan a generar espacios de intercambio, reflexión y
debate que permitan construir puentes entre lo que se está enseñando y aprendiendo
en la escuela y lo que se conversa en los hogares.
Tanto la introducción como las fichas didácticas y de trabajo de los distintos niveles, así
como la sugerencia biblio y videográficas para profundizar sobre el lenguaje inclusivo,
tienen la misión de llevar adelante un trabajo colectivo de reflexión y producción de
nuevas referencias para el trabajo en el aula y con las familias. Proponemos una
discusión en torno al lenguaje inclusivo con la comunidad educativa que es en el
mismo acto una contribución a cambios de prácticas de enseñanza y aprendizaje
porque el currículum no es estático y debe registrar las necesidades y requerimientos
de y para la construcción de la equidad.
Deseamos que estas herramientas que tienen en sus manos o en sus pantallas les
lleven a navegar por el maravilloso mundo de la lengua sin prejuicios y con las
posibilidades de continuar esta construcción colectiva