Con Instituto i-ciudad sobre genero y seguridad
Comparto con ustedes el video de mi participación en i-ciudad sobre género y seguridad en el espacio público: «El lugar de mayor riesgo para las mujeres es su espacio privado y su vida íntima».
Comparto con ustedes el video de mi participación en i-ciudad sobre género y seguridad en el espacio público: «El lugar de mayor riesgo para las mujeres es su espacio privado y su vida íntima».
Comparto con ustedes un fragmento de la nota publicada en Kaos en la Red, a partir de la entrevista en diálogo con Alfredo Grande en el programa Sueños Posibles por La Retaguardia
Por La Retaguardia
“La legalización del aborto es un reclamo constante desde el feminismo y el movimiento de mujeres. Pensemos que los Encuentros Nacionales de Mujeres, que se hacen desde 1986 una vez por año, todos los años reclaman la legalización y la despenalización del aborto. Todos los años en la marcha. Desde hace ya unos diez años, con los pañuelos verdes, que fue una iniciativa de Católicas por el Derecho a Decidir cuando fue el Encuentro en Rosario (en 2003). Los llevaron como signo del reclamo y eso fue tomado luego por todo el movimiento de mujeres y hoy día incluso internacionalmente. El pañuelo verde de la Campaña por el derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito es un emblema de derechos humanos, sexuales y reproductivos. Creo que es una constante”, definió Maffía. “Lo que sí es deslumbrante es cómo de golpe florece ese reclamo y se transforma en una movilización social muchísimo más amplia. El debate legislativo es oportuno, necesario y es el lugar donde debe darse porque es el de la pluralidad política. En la Justicia o el Ejecutivo hay que tomar medidas en relación al aborto pero esas medidas no son frutos de la pluralidad de las opciones electorales que tiene la población. Pero se está debatiendo en todas partes. Donde vayas: en las universidades, en los negocios, en los café, en la calle. En todas partes. Se está discutiendo socialmente en las casas. Las familias, generaciones enteras, chicas que descubren que sus abuelas ya luchaban por el derecho al aborto. Ocurren cierto tipo de cosas que generan una genealogía, una historia de este reclamo, muy valiosa. Atraviesa todas las clases sociales, han querido demostrar que este era un reclamo de clase media y llevar personas en una utilización siniestra”, denunció sobre los argumentos contra la legalización. “Personas de una villa para que reclamen por el derecho a la vida, cuando en realidad hay muchas maneras de reclamarlo, no hay que renunciar por supuesto a ese reclamo. Es un reclamo vital y no es este el país en el que ese derecho ha sido vulnerado sistemáticamente en nombre del derecho a la propiedad, así que claro que es un derecho importante”, consideró.
“El tema son los conflictos de derechos: qué vidas cuentan y hay un movimiento antiderechos que pasea un feto sin útero. Cuando hablamos de aborto estamos hablando de un feto que no tiene sobrevida fuera del útero, si no es una inducción al parto”, puntualizó. “Nos referimos al primer trimestre, es lo que se pide dentro de la ley, y se pasea un feto con un cordón umbilical que no lleva a ninguna parte, desenchufado, sin útero. Es decir, las mujeres no somos registradas como sujetos de derechos. La idea de una vida es la idea de algo que progresa solo, sin que nosotras seamos responsables de esa vida, tengamos alguna incidencia en la continuidad o no de ese embarazo o nuestras vidas se vean o no afectadas por él. Creo que hay mucha verdad en el ambiente, para quien quiera leer el mensaje de lo que está ocurriendo es muy significativo”.
Maternidad y deseo
“Los sectores antiderechos mantienen a la maternidad del lado de la naturaleza y no de la cultura. Hay que pensarlo como un debate que atraviesa a una enorme diversidad de mujeres. Los antiderechos son casi todos varones de la UCA y la Universidad Austral; es decir, dos usinas masculinizadas de imposición sobre el resto de la sociedad de sus condiciones dogmáticas. También las feministas hacemos patriarcados sustentables cuando nos conformamos con una cierta comodidad, un estándar mínimo que no cambia radicalmente las cosas”, advirtió.
(…)
Comparto con ustedes esta nota publicada en Noticias Urbanas.
“Reconocemos los avances en el ámbito legislativo tales como leyes aprobadas y jurisprudencia a nivel nacional o local en relación al Matrimonio Igualitario y la Identidad de Género en Bolivia, Buenos Aires, Madrid, Bogotá, Ciudad de México y Montevideo”, dice el texto que firmaron los principales dirigentes internacionales de esas ciudades en materia de ampliación de derechos y políticas LGTBI.
Y acordaron: “instar a la UCCI a crear un Comité de Políticas Públicas LGBTI como instrumento de relevamiento de necesidades de políticas públicas entre las ciudades y la sociedad civil que contenga un equipo de trabajo especializado en el colectivo Travesti Transgénero Transexual integrado -entre otros- por hombres y mujeres trans o personas autopercibidas como no binarias para trabajar en el estado situacional de las diferentes causales de vulneración de derechos del colectivo LGTBI, y proponer soluciones integrales y herramientas para el cuidado de dicha población”, entre otros compromisos en la agenda política y social a seguir”.
Por primera vez se realizó un encuentro de estas características en la Ciudad, siendo Buenos Aires anfitriona y el responsable local del evento el legislador porteño por Vamos Juntos Maximiliano Ferraro.
Los participantes internacionales del Encuentro y firmantes del documento con las conclusiones y agenda a seguir en adelante fueron: Andrés Scagliola, Coordinador Ejecutivo de la Secretaría de la Diversidad de la Intendencia de Montevideo (Uruguay), Berta María Cao Menéndez,Comisionada para el ORGULLO de Madrid. Coordinación General del Ayuntamiento de Madrid (España), LolKin Castañeda Badillo, Constituyente de la ciudad de México (México), Juan Carlos Prieto García, Director de Diversidad Sexual de la Secretaría Distrital de Planeación (SDP) de la ciudad de Bogotá (Colombia), María Cecilia Chacón Rendón, Concejala de la ciudad de La Paz (Bolivia), Simón Cazal, Director Ejecutivo SomosGay de la ciudad de Asunción (Paraguay).
De los debates y charlas también participaron referentes nacionales como Pamela Malewicz, Subsecretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural del Gobierno de CABA , David Cohen, Director General de Convivencia en la Diversidad, de Subsecretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural del Gobierno de CABA, Matías López, Secretario de Desarrollo Ciudadano – Vicejefatura del Gobierno de CABA, Daniel Lipovetzky, diputado nacional (Pro), Presidente de la Comisión de Legislación General del Congreso de la Nación, Sergio Maulen, Director de la Dirección Nacional de SIDA, Ministerio de Salud de la Nación, María Rachid, Directora del Instituto contra la Discriminación, Defensoría del Pueblo, Esteban Paulón, Subsecretario de Diversidad de la Provincia de Santa Fe, Lisa Kerner, Gestora Cultural, representante del centro social y cultural casa Brandon, Marcela Romero, Activista trans, fundadora de la Casa Trans.Presidenta de la FALGBT, referente de la RedLacTrans, Vida Morant, Referente trans en educación y cultura.Secretaria Académica de la FALGBT, Doctora Luciana Sánchez, abogada representante de la familia de Diana Sacayán, doctor Leandro Cahn, Director de la Fundación Huésped, Diana Maffia, Directora del Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura de la Ciudad.
El documento final resalta las distintas intervenciones para el uso y goce del espacio público como la del Distrito Diverso en la ciudad de Bogotá, la Estación Carlos Jáuregui y el Paseo de la Diversidad en la ciudad de Buenos Aires; la Plaza Pedro Zerolo y la red de semáforos inclusivos en Madrid; la Semana de Arte Trans en Montevideo, así como las acciones que derivan de la Declaración del mes del Orgullo en Ciudad de México.
En cuanto a las acciones a seguir proponen “llamar a los Estados y ciudades a reconocer, promover y preservar la memoria de los colectivos LGTBI, sus organizaciones sociales, líderes, lideresas como parte integral del diseño e implementación de las acciones estatales”. También se exigirá a las autoridades “que realicen las investigaciones bajo protocolos que conduzcan al esclarecimiento, sanción a responsables, justicia, no revictimización y acciones que honren su memoria y garanticen la reparación del daño, y fomentar acciones y políticas públicas que conduzcan a una convivencia social basada en el respeto pleno a los derechos humanos, en condiciones de igualdad y sin discriminación”.
Otro de los objetivos es “alentar a los gobiernos nacionales y locales a continuar y reforzar los procesos formación, sensibilización y capacitación en el servicio público en todas sus instancias, así como a desarrollar acciones que promuevan una cultura de igualdad y no discriminación en la sociedad a fin de erradicar la violencia institucional e impulsar un cambio social por el respeto y la igualdad hacia todas las personas LGTBI”.
Finalmente el documento manifiesta que “El espíritu que nos inspiró es el deseo de que cada día se sumen más ciudades y/o países al avance en derechos y bienestar pleno de personas LGTBI en cualquier parte del mundo”.
Comparto con ustedes esta información sobre el Encuentro Ciudades Aliadas en el orgullo LGTBI en el que participaré durante esta semana.
Por primera vez en Buenos Aires se llevará a cabo el Encuentro Ciudades Aliadas en el orgullo LGTBI, organizado por la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI), el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Legislatura porteña.
Se realizará por primera vez en Buenos Aires, desde este miércoles al sábado, el Encuentro Ciudades Aliadas en el orgullo LGTBI, organizado por la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI), el gobierno de la ciudad de Buenos Aires y la Legislatura porteña, en el Centro Metropolitano de Diseño, ubicado en Algarrobo1041.
El objetivo del encuentro es intercambiar ideas, proyectos y crear un banco de buenas prácticas entre ciudades iberoamericanas pioneras en la generación de conciencia internacional sobre los desafíos del colectivo LGTBI y su importancia en el abordaje transversal a través de leyes de protección y normativas. Durante estos 4 días se intercambiarán experiencias y agendas, pero también se pensarán metas en común y el compromiso de cumplirlas.
Personalidades políticas vinculadas al colectivo LGTBI, funcionarios y miembros de distintos poderes del Estado de las ciudades de Madrid (España), Montevideo (Uruguay), México DF (México), Bogotá (Colombia), La Paz (Bolivia) y Asunción (Paraguay), y por supuesto de la Ciudad de Buenos Aires, expondrán y debatirán en este Encuentro, dónde se trabajará en mesas de debates y conversatorios. También habrá exposiciones de invitados especiales que representan a instituciones y miembros de la sociedad civil que abordarán diversos temas para luego abrir a un espacio de preguntas y respuestas.
La apertura del encuentro tendrá lugar el miércoles a las 15:30 hs con la presentación local a cargo del legislador Maximiliano Ferraro, vicepresidente primero del Bloque Vamos Juntos; y en esta ocasión responsable del evento por la ciudad de Buenos Aires.
Por la UCCI la presentación estará a cargo de Berta Cao, comisionada para el ORGULLO de Madrid (Coordinación General del Ayuntamiento de Madrid). En la apertura también se presentará el Programa Integral de Cooperación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI), a cargo de Francisco Mugaburu, Director General de Relaciones Internacionales y Cooperación (Subsecretaria de Relaciones Internacionales e Institucionales, Secretaría General y Relaciones Internacionales del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires). También participará de la apertura el activista y asesor legislativo en la materia Gustavo Pecoraro, Coordinador General del Encuentro.
Los participantes internacionales del Encuentro son: Andrés Scagliola, Coordinador Ejecutivo de la Secretaría de la Diversidad de la Intendencia de Montevideo (Uruguay), Berta María Cao Menéndez, Comisionada para el ORGULLO de Madrid. Coordinación General del Ayuntamiento de Madrid (España), LolKin Castañeda Badillo, Constituyente de la ciudad de México (México), Juan Carlos Prieto García, director de Diversidad Sexual de la Secretaría Distrital de Planeación (SDP) de la ciudad de Bogotá (Colombia), María Cecilia Chacón Rendón, Concejal de la ciudad de La Paz (Bolivia), Simón Cazal, Director Ejecutivo, SomosGay ,de la ciudad de Asunción (Paraguay).
Por la ciudad de Buenos Aires estarán presentes: Pamela Malewicz, subsecretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural del Gobierno; David Cohen, director General de Convivencia en la Diversidad; Matías López, secretario de Desarrollo Ciudadano- Vicejefatura de Gobierno; Daniel Lipovetzky, diputado nacional (PRO), presidente de la Comisión de Legislación General del Congreso de la Nación; Sergio Maulen, director de la Dirección Nacional de SIDA; María Rachid, directora del Instituto contra la Discriminación; Esteban Paulón, subsecretario de Diversidad de la provincia de Santa Fe; Lisa Kerner, gestora Cultural, representante del centro social y cultural casa Brandon; Marcela Romero, activista trans, fundadora de la Casa Trans; Leandro Cahn, director de la Fundación Huésped; y Diana Maffia, directora del Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura de la Ciudad, entre otros.
En la primera jornada de charlas se presentará un diagnóstico y análisis de cada una de las ciudades convocadas para conocer los desafíos cotidianos del colectivo LGTBIQ. Durante la segunda jornada, junto a los representantes de los sectores políticos y de gobierno, se intercambiarán experiencias, metas y desafíos. Se verán qué instancias ejecutivas son necesarias para el relevamiento de los procesos en la construcción de las políticas públicas en relación a discriminación, avances legales, VIH-Sida, panorama federal, construcción de políticas de cara al futuro. Se expondrán casos actuales.
En el conversatorio con sectores de la sociedad civil y sus referentes se abordarán temas en relación a la gestión cultural LGTBI, acceso a la educación del colectivo Trans; salud sexual y reproductiva; VIH-Sida; formación educativa; discriminación y crímenes de odio como travesticidio de Diana Sacayán.
El tercer día todo el grupo visitará la estación Santa Fe-Carlos Jáuregui en la línea H de Subte luego recorrerán la Plaza Carlos Jáuregui, ubicada en Cochabamba y Av. Entre Ríos, y finalmente se trasladarán hacia la casa de Jáuregui ubicada en Paraná 157, allí se reunirán con los referentes locales históricos del colectivo LGTBI y convocantes de la primera marcha del orgullo en el año 1992.
En la cuarta y última jornada de trabajo para finalizar el encuentro se aprobará un documento con las conclusiones y metas.
Fuente: https://www.adnciudad.com/index.php/2713-ciudades-aliadas-en-el-orgullo-lgtbi
Comparto con ustedes la entrevista completa publicada por el diario El Popular (Olavarría).
19.03 | Columnistas ENTREVISTA. La filósofa Diana Maffia plantea que «la crueldad tiene otras manifestaciones que la violencia visible»
Los géneros y su insignificancia. Las luchas feministas a través de los tiempos. Una mirada amplia y profunda de la doctora en filosofía Diana Maffia. En diálogo con EL POPULAR habló del aprovechamiento de los oportunismos políticos, de cara a la igualdad.
Por Claudia Rafael – crafael@elpopular.com.ar
Diana Maffia es doctora en Filosofía, directora del Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires, y tiene décadas de luchas feministas tatuadas en la piel. Habla de aprovechar los oportunismos políticos y, de cara al futuro, de la insignificancia que tendrán los géneros en la documentación y en las cuestiones identitarias. Analiza este tiempo como «de transición» y asegura que le resulta deslumbrante.
-Como etapa histórica ¿es posible hacer una lectura del impacto que el movimiento feminista actual puede tener a futuro?
-El feminismo, después de décadas de haber tenido menos sensibilidad, recuperó la capacidad de unir los reclamos de género con otro tipo de reclamos. Como los vinculados a las cuestiones de clase, de etnia, de medioambiente. Es decir, pensar de manera más compleja la diversidad de las mujeres. El feminismo de nuestro siglo tiene el impacto de muchos movimientos sociales. El feminismo del siglo XIX tenía un mayor compromiso con el movimiento obrero de su época y más allá de decir «nosotras queremos estar en este mundo público» se trataba de criticar a este mundo público que era hostil para todas las mujeres pero también para muchos varones.
-Cuando mencionabas el entrecruce con otro tipo de luchas, siempre hay debates pendientes como el modo de entrecruzar las cuestiones de género y las de clase. Y analizar cómo se vivió todo esto al interior de los movimientos de izquierda de los años 70…
-Creo que hay más conciencia. Porque mujeres que fueron activistas dentro de los movimientos de izquierda -e incluso dentro de los movimientos armados- que han sido encarceladas, que han estado en situaciones de tortura, pudieron elaborar sus experiencias dentro de esas agrupaciones donde había también manifestaciones sexistas, misóginas y de desigualdad. Pero creo que, además, es muy interesante evaluar las condiciones de violencia sexual dentro de las situaciones de encierro y tortura. Comprenderlo como algo distinto de aquello que se había considerado en general bajo la descripción de tortura. Pensemos que cuando fue el juicio a las juntas en los 80, a las mujeres no se les permitía hacer públicas las situaciones de violencia sexual, de violación y de otras formas de violencia y abuso sexual que quizás hasta ni eran visibles.
-Es decir, la feminidad puertas adentro de un centro clandestino comportaba otros aditamentos…
-Claro. Todo lo que significaba la feminidad en esa situación de encierro y bajo tutelas de los torturadores. Más la cuestión de que muchas veces la violación era el modo de disciplinamiento a los varones. Era apelar al sentido de propiedad de un varón sobre el cuerpo de una mujer diciéndole «mirá lo que hacemos con tu mujer». Y que ese varón reaccionara con ese mismo sentido de propiedad. Es decir, que también ahí se jugaban aspectos del patriarcado. Que tuvieron que ser deconstruidos de una manera cuidadosa. Porque cualquier palabra de crítica abonaba el prejuicio y la violencia simbólica y social de los gobiernos autoritarios sobre lo que eran esas agrupaciones.
-Con una fidelidad que protegía los silencios y sabemos bien el impacto y el sentido de los silencios…
-Exactamente. Entonces, cuando pensamos en el aprendizaje que significó poder hacer esas evaluaciones, procesar esas experiencias, pensarlas como algo colectivo y no meramente individual, implica un proceso de reconstrucción de la memoria. Recién desde los juicios por la verdad comienza a verse la violencia sexual como un delito específico. Mientras que lo que se decía antes era: «esto es parte de la vida privada, no les vamos a exponer su intimidad en un juicio por lo tanto, de eso no se habla». Tuvieron que pasar 30 años para que de eso se hablara. Y fijate que la pena por violación y por abuso sexual es mayor que la pena por torturas. Sin embargo, se la subordinaba a la condición de tortura que era una condición común a varones y mujeres, a presos y presas para silenciar la especificidad de determinadas experiencias que atravesaron las mujeres por su condición de mujeres. Hubo varones violados también pero el tipo de violencia específica dirigida a las mujeres era utilizada para debilitar a los compañeros, para debilitar a los varones. Ahí hay un proceso que muestra que en la evolución en el análisis de las condiciones de género se ha resignado muchísimo. Es muy interesante ver investigaciones sobre feministas en los 70 y el conflicto que tenían al interior de las organizaciones, que muchas veces eran misóginas, y no eran receptivas a cuestiones de género y a las demandas feministas. Hubo muchas mujeres que abandonaron las organizaciones para poder destinar tiempo a la militancia feminista.
-¿Creés que en algunos casos eran incompatibles…?
-No sólo entonces. Te diría que jóvenes militantes que empezaron a participar con la crisis del 2001 y entraron a la política con esa experiencia de politización social defensiva frente a la crisis, también impugnaron esos movimientos diciendo «yo no voy a estar más, allí donde los líderes creen que tienen privilegios sobre los cuerpos de las chicas feministas». Todavía existen ese tipo de prerrogativas difíciles de desarmar.
-¿De qué maneras calificarías al movimiento feminista según las épocas?
-Podemos pensar como parte importante del movimiento a las sufragistas, que reclamaban los derechos políticos para las mujeres a fines del siglo XIX y principios del XX. Y esto, mucho antes del voto. Mujeres que, en muchos casos, impugnaron que el voto se consiguiera en condiciones de oportunismo político. Como ahora se está impugnando que el aborto sea discutido en esas condiciones. Pero todas las igualdades que fuimos consiguiendo fueron en contexto de oportunismo político. La cuestión es estar allí, con algo preparado en el momento, para después transformarlo en herramienta para cambiar la vida de las mujeres. Porque el voto, el cupo, la paridad, el aborto, el matrimonio igualitario… todos fueron en el medio de oportunismos políticos. Creo que otra parte importante tiene que ver con la condición de trabajadoras. Otro movimiento tuvo que ver con acceder a los niveles superiores de estudio. Pero hay una cuestión clave que tiene que ver con la visibilización de la palabra que se transforma en pública. Que fue algo construido.
-¿Cómo fluyeron esas improntas en tiempos de dictadura?
-La resistencia en la dictadura también fue importante y no pasaba sólo por la resistencia política partidaria. O incluso en las organizaciones armadas estaba el debate sobre pertenecer o no. Que tuvo para las mujeres -que, además, cargaban con los hijos y con la reproducción- el conflicto entre tener que estar escondiéndose, escapando y a la vez cuidándose. Ese aspecto tomaba a las mujeres en una vulnerabilidad muchísimo mayor y fue discutido. Y ya después de la dictadura fue usar al congreso como plataforma para obtener derechos. Creo que, en parte, las cuestiones que tienen que ver con el aborto, los derechos sexuales y reproductivos, la anticoncepción, las políticas sexuales, han atravesado estas décadas y se ha logrado a cuentagotas incidir en los programas estatales. Pero además, fue comenzar a repensar la feminidad en presencia de cuerpos que no están alineados con sus identidades, con sus prácticas sexuales, con sus expresiones de género. Esta deconstrucción fue muy fuerte a partir de los años 90 y el feminismo participó intensamente en esa discusión. Y luego creo ya más recientemente está la doble participación de las mujeres en otros movimientos emancipatorios pero con la exigencia de reconocerse antipatriarcales, de reconocer las relaciones de poder basadas en el género como parte de las relaciones de poder con las que los movimientos se tienen que comprometer.
-¿Es un salto cualitativo de estos tiempos el tema del cuerpo como territorio no apropiable?
-Creo que el cuerpo siempre fue una preocupación para las mujeres porque es el lugar donde radican las diferencias. El cuerpo que menstrua, el cuerpo que gesta, el cuerpo que pare, el cuerpo al que le pasan cosas que a los varones no. En las sociedades conservadoras se nos pretende atar a una condición de naturalidad. Es un cuerpo no politizado porque gesta y procrea naturalmente. Entonces nos ata a funciones que son, no ya desde lo biológico, reproductivas sociales, reproductivas de la fuerza de trabajo, a través de las tareas domésticas. Los cuerpos han sido resignificados, sobre todo en términos de identidad. Los cuerpos se piensan de otra manera.
-¿Qué creés que va a significar de aquí a 100 ó 200 años esta época? Sin intentar futurología…
-No, no se trata de futurología. Vos pensá que yo soy de mediados del siglo pasado. Vengo trayendo utopías viejas. Tengo 64. Mi tiempo futuro es mucho menor que mi tiempo pasado. Me resulta difícil pensarlo. Porque cuando comparto espacios con feministas jóvenes veo las diferencias de lenguaje. Del modo de poner el cuerpo en lo público. De la diferente performatividad de muchas protestas. Sus modos de asumir riesgos con el cuerpo. Hay muchas diferencias en el modo en que nos manifestamos. Creo que éste es un momento de muchísima transición y me deslumbra. Porque es una semilla que estuvimos regando, regando y regando y de golpe brota y sé positivamente que así como mi feminismo no brotó de la nada, este feminismo tampoco. Pero surge como algo que te deslumbra, que tiene su propia identidad, que tiene sus propias características.
-Y ¿hacia dónde vamos?
-Creo que esto por lo que tanto nos desvivimos, que es pensar las diferencias de género, va a hacia su insignificancia. Así como el matrimonio igualitario ya no es significativo, el género de las personas va a dejar de figurar, en algún momento, en los documentos de identidad. Así como antes, no hace tanto, en los DNI figuraba raza o color de piel -y ahora nos resultaría absurdo pensar algo así- creo que el género también está destinado a ser algo que carezca de la significación tan central que ha tenido en la historia. Entre otras cosas, porque el género es lo que hacía presumir las conductas sexuales que garantizaban la reproducción. Y estamos en un camino en el que la reproducción ya se manifiesta de otras maneras. Con la reproducción asistida, con los varones transgestantes… y la tecnología que avanza. Lejos de la utopía de los 70 que tenía el marxismo en donde el maternaje no era concebido como algo individual. Los cambios serán otros. Quién sabe si será a beneficio de nuestros ideales socialistas o para beneficio de los ideales totalitarios, explotadores. Y para mí es algo todavía misterioso qué ocurrirá con esos embriones gestados por una incubadora, a qué se destinarán. Esas funciones que por ahora están en el útero de una mujer… Como ya decía Platón, el útero es un demonio dentro de otro demonio. Es decir, las mujeres somos difíciles de controlar y ni siquiera nosotras controlamos nuestro útero. Se está buscando un plan B para que no sea la voluntad libre de cada mujer la que determine si va a tener sexo o no, con quién lo va a tener, si es con fines reproductivos o no. Todo eso, que son nuestras libertades garantizadas por los derechos humanos, está en permanente riesgo. Es decir, la lucha entre el bien y el mal creo que va a seguir pero seguramente los personajes van a estar vestidos de otra manera.
-¿De dónde brotó tu feminismo?
-Soy filósofa y mi vida estaba dedicada al estudio académico. Tuve compañeras que me fueron pasando bibliografía e incidieron en mí sobre aquellos problemas filosóficos que me habían sido presentados como neutrales y que eran totalmente misóginos. Entonces yo enseñaba algo que reproducía mi propia opresión. Como pasa con casi todos los conocimientos elaborados en contextos patriarcales. Que se transmiten desde el rol de madre, de maestra, de investigadora. Entonces tener una lectura crítica sobre esos contenidos fue para mí un proceso largo y complicado. Y luego, una lectura proactiva y creativa con otras feministas. Doy una materia que se llama Filosofía Feminista y dí una en Derecho que se llamaba Perspectiva Feminista del Derecho. Que creo que es la primera vez que la palabra feminista va en una materia crítica y no como historia del feminismo.
-Que seguramente escandalizaría a tus docentes en tus tiempos de estudiante de filosofía…
-Ni hablar. De hecho, en mi carrera fui muy castigada por manifestarme de esta manera. Si analizamos una carrera académica tradicional, a personas obedientes les fue mucho mejor en términos de concursos docentes, de carrera de investigación, de lograr lauros, medallas. A mí me fue bien en otras cosas, como mi voluntad de incidencia para el cambio social. Y para mí es una fuente maravillosa de alegría y sigue siendo un placer trabajar en eso. Yo no sé si esa alegría, ese compromiso y ese placer lo habrán tenido personas con más medallas. Pero para mí es una redefinición de los logros. No me interesan los logros académicos, sola y encerrada en una biblioteca, a expensas de otras mujeres que no llegan a esos lugares. Me interesa otro tipo de éxito.
-¿Establecés la diferencia entre violencia y crueldad de género?
-Creo que el término crueldad nos abre otros espacios. La crueldad tiene otras manifestaciones que la violencia visible. Hay muchas formas que tienen que ver con la opresión y que no se manifiestan violentamente. El halagar a una mujer que se queda en el molde y hace lo que el patriarcado espera que haga es una crueldad de género pero no es violencia en el sentido literal. Me parece que en la palabra crueldad, hay matices que nos permiten analizarnos como género humano, analizar las conductas pero sobre todo la vida social y sus consecuencias de manera mucho más aguda, más crítica. Es el ojo de la sospecha y siempre es bienvenido.