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Seminario de capacitación en género

El miércoles 20 de mayo a las 17:00 se realizará el Seminario de capacitación en género: La organización social del cuidado de niñas y niños y su impacto en la vida profesional de las mujeres, en el Auditorio «Díaz Lestrem» de la Defensoría General de la Nación (Callao 970, CABA).

Expositoras:
Diana Maffia. Directora del Observatorio de Género en la Justicia de la CABA
Carolina Anello. Jefa de la unidad de investigación de la Oficina de la Mujer (OM) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
Carla Zibecchi. Investigadora del CONICET. Socia del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA)
Moderadora:
Mariana Barbitta. Presidenta de la Asociación de Mujeres Penalistas de Argentina (AMPA)

Más información en archivo adjunto (PDF)

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El 90 por ciento de las víctimas de violencia en todo el país son mujeres y niñas

Comparto con ustedes la entrevista publicada por AgenciaFe, Resumen de medios de la Provincia de Santa Fe (12.04.2015).

El 90 por ciento de las víctimas de violencia en todo el país son mujeres y niñas

114265Es lo que sugiere la especialista Diana Maffía, Directora del Observatorio de Género de la Justicia en la ciudad de Buenos Aires, que esta semana participó en Rosario de la actividad «Juntas lo hacemos posible» organizada por el Instituto Municipal de la Mujer. También pidió recursos para la protección de quienes sufren violencia.

Agenciafe/Rosario 12

Una mujer que denuncia a su ex pareja porque se llevó a su bebé luego de darle una feroz golpiza. Un policía que no toma la denuncia porque ella no puede dar un domicilio preciso del agresor. Un fiscal que no investiga la violencia de género porque sostiene que se trataría de «una problemática de familia» en la que no debe intervenir el fuero penal. El camino de las mujeres para acceder a la Justicia cuando eso no siempre significa acceder a justicia es tortuoso, laberíntico y tan violento como la espiral de agresividad que intentan denunciar. ¿Cómo hacer para pasar del tutelaje del hombre violento al tutelaje estatal? ¿Cómo hacer para que el relato, la palabra, la experiencia tenga un efecto en la vida propia y también en la de otras mujeres en igual situación? Ante estos interrogantes la filósofa feminista Diana Maffía (que participó esta semana de la actividad «Juntas lo hacemos posible» organizada por el Instituto Municipal de la Mujer) postuló «la importancia del trabajo en red, colectivo, con educación para la prevención, con recursos destinados a la protección de quienes sufren violencia y con enfoque hacia quienes la ejercen para erradicar esas prácticas». La actividad contó con la participación de mujeres de todos los distritos de la ciudad. Ante un grupo heterogéneo compuesto por referentes barriales, funcionarias municipales, militantes sociales y académicas, Maffía rescató la diversidad de la convocatoria y resaltó: «La violencia afecta a las mujeres en todos los lugares donde realicen sus actividades, porque la sociedad tiene una impronta violenta en relaciones de género y así como no solo la academia te ayuda a tener mejor perspectiva no siempre el que tengas voluntad de ayudar a la gente del barrio hace que lo hagas con las mejores herramientas». Maffía que además es directora del Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires advirtió que el 90% de las víctimas de violencia son mujeres y niñas y destacó la importancia de una articulación entre el Ejecutivo y el Poder Judicial cuando una mujer denuncia un hecho de violencia. «Hay que tomar medidas a tiempo para evitar una agresión posterior o incluso de la muerte», expresó.

¿Cuál es el rol de la Justicia en materia de violencia de género?

El papel de la Justicia es muy importante para no ejercerla desde esos prejuicios que son parte de la cultura pero que de ninguna manera debieran trasladarse a quienes atienden en la Justicia a mujeres que son víctimas de la violencia. Porque es un grave problema pensar que estas mujeres se quejan, mienten, utilizan la denuncia como estrategia para obtener algún tipo de ganancia en un divorcio o simplemente que no vale la pena invertir en ellas porque luego se arrepienten. Por eso siempre rescato el valioso el trabajo que se realiza desde la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina (AMJA) donde las magistradas se dan un espacio de reflexión sobre el papel de la Justicia en todo sentido.

En el camino laberíntico de la denuncia ya sea en la comisaría como en Tribunales muchas víctimas de violencia quedan atrapadas en cierto halo mítico de: «Las mujeres denuncian pero luego se arrepienten y no se separan del agresor».

Hay cierta idea de que las mujeres no son constantes y que están confusas en relación con las realidades que atraviesan. Pero eso que aparece como confusión es el producto de un esmerilamiento permanente que la violencia produce sobre la subjetividad. Porque mucho antes que llegue el golpe llegó el insulto, el recorte de los vínculos de esa mujer, el condicionamiento económico, la violencia simbólica, el repetirle que no sirve para nada, que sin el varón no puede llegar a ningún lado y que sola no va a poder. Entonces todo ese entorno que va configurando la subjetividad mucho antes que llegue el golpe debe ser comprendido como un proceso.

¿Y existe desde la Justicia una mirada sobre la violencia de género como parte de un proceso?

Muchas veces la Justicia cuando analiza, sobre todo en el derecho penal, casos donde donde aparece la violencia física o el femicidio, tiende a juzgar solo el hecho y no toda la raíz histórica que lleva a ese hecho determinado. Se supone que eso es para evitar ciertos enfoques que han sido estigmatizadores hacia personas que por su condición pareciera que están propensas al delito. Entonces, para evitar eso se evita ese punto de vista que va a poner contexto e historicidad a los hechos criminales. Pero de esa forma se deja de comprender las raíces profundas, los aspectos históricos que esos antecedentes de violencia tienen en ese hecho penal que se está analizando. De acuerdo a lo que establece la Convención de Belem do Pará no se puede suspender una investigación sobre violencia. Si la mujer se arrepiente o se dice del varón que es una persona trabajadora y se propone brindarle sesiones de psicología, en realidad lo que hay que hacer es investigar profundamente y se debe llevar a la Justicia cada hecho de violencia.

¿Cuál debería ser la relación entre políticas públicas y accionar judicial?

Muchas veces las mujeres que sufren una separación marcada por la violencia, se sienten en riesgo de la pérdida de sus hijos. Casi siempre son casos en que las mujeres no tienen autonomía económica ni siquiera acceso a una vivienda y muchas hasta terminan por esas razones permaneciendo con sus agresores. Por eso la presencia pública es muy importante y para ello se hace necesario que la Justicia tenga un vínculo estrecho con el Ejecutivo. No se trata de controles de la Justicia al Ejecutivo o del Ejecutivo hacia la Justicia, sino de una articulación de recursos, es decir, que esa persona que va a juzgar el hecho de violencia tiene que ver cómo se protegen de forma integral los derechos de esa mujer y de los niños y niñas involucrados. El Estado tiene brindar un sistema de protección que no elimine la autonomía de las personas. La creación de la oficina de violencia doméstica en la Corte Suprema de Justicia consiguió una intervención que estuvo pensada desde la Justicia y para la Justicia para evitar que los juzgados de familia tardaran meses en determinar el grado de peligrosidad que sufría una mujer, permitió tener un espacio donde la víctima fuera a denunciar e inmediatamente se diagnosticara el grado de peligrosidad de esa violencia para determinar la exclusión del hogar, la restricción perimetral del agresor de la casa, el trabajo o la escuela de sus hijos, y para la búsqueda de un refugio. Todas medidas que protegen a la víctima de una agresión posterior o incluso de la muerte. Tomarlas de inmediato es un desafío que la Justicia tiene y que muchas veces no puede cumplir por el exceso de trabajo, por no tener un espacio físico adecuado. Hoy en día en los Tribunales es común que se haga una audiencia y la víctima se encuentre con su agresor porque es el mismo pasillo y la misma sala de espera para los dos. Son cosas que perjudican al más débil en la relación y esto es parte de lo que le pasa a las mujeres.

Fuente: http://www.agenciafe.com/noticias/val/245499-16/el-90-por-ciento-de-las-v%C3%ADctimas-de-violencia-en-todo-el-pa%C3%ADs-son-mujeres-y-ni%C3%B1as.html

Acceso a la justicia de victimas de violencia familiar

El próximo lunes 2 de marzo, en el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, se llevará a cabo la siguiente actividad. Comparto con ustedes la invitación.

Acceso a la justicia de victimas de violencia familiar

LUNES 02/03 – 18,00 HS.

EXPOSITORES: Dr. Diego Oscar Ortiz y Diana Maffia

MODERADORA: Dra. Karin Ferrari Tropper

LUGAR: Sala ‘Dr. Norberto T. Canale’ / Corrientes 1455, piso 4°

INSCRIPCIÓN: PREVIA a partir del 18/02

 ORGANIZAN: COORDINACION DE ACTIVIDADES ACADÉMICAS – Coordinador: Dr. Leandro R. Romero

                           COMISION DE LOS DERECHOS DE LA MUJER– Coordinadora: Dra. María Laura Lastres

 Inscripción:

Personal: Subgerencia de Actividades Académicas, Av. Corrientes 1455, piso 1°

Por e-mail: infoacademicas@cpacf.org.ar

Informes:

Tel. 4379-8700, int. 452/453/454

Políticas de género para la igualdad

Comparto con ustedes la columna publicada en el suplemento Las 12 del diario Página/12 del viernes 21/11/14

las12

Viernes, 21 de noviembre de 2014

EL MEGAFONO

La Justicia necesita políticas de género para garantizar igualdad

 Por Diana Maffía *

El feminismo teórico produjo una corriente crítica muy importante en relación con el derecho, denunciando su androcentrismo y sugiriendo medidas afirmativas para lograr a través de la Justicia algo tan básico como el derecho a la igualdad ante la ley. En Argentina vimos con esperanza que el esperado cambio en la Corte Suprema de Justicia de la Nación incluyera a Helena Highton y Carmen Argibay, que no sólo mostraron condiciones y antecedentes de excelencia, sino que se comprometieron con sendos programas de alto impacto para lograr la democratización de la Justicia: la Oficina de Violencia Doméstica y la Oficina Mujer.

La Defensoría General y el Ministerio Público Fiscal crearon áreas de género para garantizar derechos, dar seguimiento a la actuación de la Justicia y reducir la impunidad. También la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas, a cargo de Marcelo Colombo, profundiza la atención de esta forma específica de violencia y delito que afecta en especial a las mujeres y géneros subalternizados. Esos programas son valiosos e imprescindibles.

Un episodio reciente expuso a la luz pública la investigación sobre la actuación deficiente de un fiscal por la negativa a investigar una causa que involucró a policías acusados de violar y explotar sexualmente a dos niñas de 13 y 15 años. El fiscal sostenía que no había delito y se trataba de “una situación de índole social”.

Romina Pzellinsky, titular del Programa de Género de la Procuraduría General de la Nación, fue denunciada por el fiscal investigado y su intervención fue tildada por algunos medios como “espionaje” y el peritaje de las computadoras como “allanamiento”. El episodio se ha transformado en una polarización de opiniones sobre los modos de trabajo de la procuradora (Alejandra) Gils Carbó, pasando por encima de la articulación de políticas de género (investigación, seguimiento, monitoreo) para corregir muchos de los sesgos judiciales hacia las mujeres. La utilización política de la denuncia y la desmesura del lenguaje significan un retroceso en la valoración de instrumentos imprescindibles para alcanzar la igualdad ante la ley.

Hablemos de los problemas por resolver en una Justicia que debe actuar con debida diligencia e investigar sin prejuicios ni estereotipos los casos de violencia de género, como la naturalización de esa violencia, la presunción de obligatoriedad de tareas domésticas y de cuidado para las mujeres, la utilización del falso síndrome de alienación parental para ignorar la palabra de los niños y niñas abusados, la presunción de que las mujeres consienten su propia esclavitud sexual en la explotación de la prostitución, entre otros. Y fortalezcamos la cooperación con las áreas de género en los distintos poderes del Estado dándoles recursos, capacidades y acceso a los sistemas de control.

* Directora del Observatorio de Género en la Justicia, del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires.

Trata de Personas: Experiencias comparadas desde el Sistema de Justicia

El próximo 8 de Agosto de 2014 participaré del Seminario Internacional: Trata de Personas: Experiencias comparadas desde el Sistema de Justicia que se llevará a cabo en el Hotel Radisson – Sala Florida- Montevideo, Uruguay.

En esta ocasión debatiremos sobre Derechos Humanos, Género y Trata de Personas con Diana González y la moderación de Marisa Lindner

Más información:

«El Consejo Nacional Consultivo de Lucha contra la Violencia Doméstica (CNCLVD) y el Sistema Integral de Protección a la  Infancia y Adolescencia contra la Violencia (SIPIAV) junto con el Sistema de Naciones Unidas en Uruguay, vienen implementando el Proyecto “Uruguay unido para poner fin a la violencia hacia mujeres, niñas y adolescentes”, que cuenta con el financiamiento del Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para eliminar la violencia contra la Mujer.

Uno de los componentes que integra el Proyecto, está vinculado al desarrollo de acciones de sensibilización y capacitación en la problemática de Trata de Personas. En este marco, este Seminario Internacional, se propone generar un dialogo, para la presentación e intercambio de diferentes experiencias desarrolladas por actores del Sistema de Justicia, en detección e investigación en diversos países de las Américas.» Programa e información adicional sobre el Seminario en PDF.