Comparto con ustedes la nota que escribió Luciana Peker sobre La historia del primer Encuentro Nacional de Mujeres.
“Cada año llegan mujeres por primera vez a los Encuentros y dicen no ser las mismas cuando regresan”, escribió Diana Maffía en la introducción al libro Mujeres pariendo historia, cómo se gestó el Primer Encuentro Nacional de Mujeres, reseña íntima y política de las integrantes de la Comisión Promotora, que publicó, en marzo de este año, la Legislatura porteña y fue editado por ella, Aluminé Moreno y Laura Morroni, con fotos de Salvador Batalla. El objetivo fue hurgar en la biografía –desconocida y poco reconocida– de las impulsoras de un fenómeno inédito internacionalmente como son los encuentros de mujeres, que reúnen alrededor de veinte mil participantes de todo el país y todos los sectores sociales y arcos de edades. Y a diferencia de los congresos sobre otras temáticas u otras regiones, de forma autónoma y sin financiación de partidos políticos o instituciones comerciales, sindicales o académicas.
“Ellas, que dedicaron arduas horas de discusión y de trabajo para organizarlo, me invitaron a ese esperanzado conjunto de talleres al que asistimos mil mujeres, que esperaba expandirse y crecer en una complicidad que finalmente fue una utopía realizada”, agradeció Maffía a las cuarenta y cinco impulsoras del inicio de un fenómeno de participación inusual que este fin de semana largo se lleva adelante en San Juan.
El Primer Encuentro de Mujeres se gestó, a poco de recuperada la democracia, entre el 23 y 25 de mayo de 1986 en el Centro Cultural San Martín. Nadie se imaginó que en la continuidad de los años se iba a convertir en una cita ineludible, federal y sumamente masiva y transformadora.
En ese tiempo se luchaba por la patria potestad compartida, cuando todavía los varones tenían en su poder –por sobre las madres– las decisiones legales sobre sus hijos. Y, en ese momento, ni siquiera estaba aprobada la ley de divorcio. De ese reclamo a la actualidad hay mucho camino recorrido. Los cambios sociales son abismales y, en muchos casos, fueron impulsados desde las marchas que cierran los Encuentros de Mujeres. Veintiocho encuentros atrás, los talleres que se realizaron fueron Mujer y salud, Mujer y participación; La mujer y la violencia doméstica, Identidad; Iglesia y mujer, Feminismo; Mujer, educación y realidad; Estereotipos sexuales en la educación; Sexualidad; Familias tradicionales y nuevos modelos de familia; La mujer india; Por la libertad de Hilda Nava de Cuesta (una estudiante que fue detenida por la dictadura y continuaba siendo una presa política); Mujer, deuda externa y solidaridad continental, entre otros. Algunos de los temas que se planteaban en los ochenta continúan vigentes y otros plasman una fotografía de los avances en los derechos de las mujeres que vivió la Argentina.
También llegaron visitantes de Brasil, Cuba, Perú y Chile. Esa mirada global sigue representada en los actuales encuentros, donde se pueden escuchar, por ejemplo, a mujeres de Honduras o Paraguay que vienen a hacer oír sus problemáticas. Luchadoras reconocidas como María Elena Walsh, María Luisa Bemberg, Nilda Garré, Liliana Daunes, Florentina Gómez Miranda, Clori Yelicic y Marta Bianchi también respaldaron este primer esbozo de original forma de organización que sigue dando frutos.
En las biografías que se cuentan en el libro de las pioneras se relata la historia personal y política de una época que cambió la vida de las mujeres. La mayoría de las que gestaron el primer paso tiene ahora entre cincuenta y ochenta años. Algunas ya fallecieron. Pero la mayoría de las entrevistadas tiene una larga historia y una memoria conmovedora. Por ejemplo, de las cenas que hacían después de cada jornada, en donde las mujeres de diversos partidos políticos, instituciones o procedencias compartían un ritual guiso de lentejas.
En las cenas se juntaban desde militantes del PCR hasta del Partido Conservador. El objetivo era avanzar sobre la participación femenina con la reivindicación de un cupo femenino –que se logró– e impulsó, a su vez, la llegada de otras generaciones de dirigentes a lugares de poder.
Una de las muchas representantes de la comisión organizadora del Primer Encuentro de Mujeres, Clara Fontana, define sobre el trayecto recorrido: “Creo que es muchísimo lo que hay que conseguir. Pero lo que es más importante es que sea de fácil acceso lo que ya pudimos conseguir. Lo que conseguimos no tiene vuelta atrás y es de un valor incalculable”.
Publicada el lunes, 25 de noviembre de 2013 en http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/1-65830-2013-11-25.html