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Género: horizonte de igualdad

Nº 32 Voces en el FénixMañana viernes 4 de abril a las 18.30 hs participaré de la presentación del número 32 de Voces en el Fénix, junto con María Elena Barbagelata, Dora Barrancos, María Elena Naddeo y Flavio Rapisardi, y la moderación de Nelly Minyersky.

La actividad tendrá lugar en el SUM del 1er piso de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, Av. Córdoba 2122. Más información está disponible en el afiche adjunto.

Quién maneja la balanza

Comparto con ustedes la nota publicada en el suplemento Las 12 del diario Página/12 el día viernes 21 de marzo de 2014.
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DEBATES

Quién maneja la balanza

En todos lados se cuecen habas, y por qué no entre los funcionarios y las funcionarias de la Justicia porteña, donde la desigualdad de género está viva y coleando, de acuerdo con la flamante encuesta que presentó esta semana el Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura. Allí se desnuda la subsistencia de percepciones vetustas en cuanto a los roles de las mujeres en la crianza y los trabajos domésticos, sean éstas magistradas, operadoras o funcionarias de 30 a 45 años, y se demuestra que en la división sexual del trabajo las cargas y responsabilidades siguen recayendo en sus señorías mujeres.

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Imagen: Constanza Niscovolos

 Por Roxana Sandá

Son aquellas con una preparación intelectual de alto nivel, la mayoría cursó estudios terciarios o universitarios completos; deciden o resuelven las cuestiones judiciales de buena parte de la ciudadanía porteña y suelen acceder a puestos de rango en la Justicia. Sin embargo, la sequía aparece cuando se juegan los tiempos personales; se resienten el ocio y las actividades sociales si hay hijxs pequeños a cargo, la jornada laboral se les duplica con los trabajos domésticos y las más afectadas, siempre, son las franjas de entre 30 y 45 años, que atraviesan con resignación las jornadas semanales extendidas. A diferencia de sus pares o parejas varones, hipotecan en casa el 60 por ciento de su tiempo sin opción a la vista. Las conclusiones surgen de la encuesta “Percepciones de la desigualdad de género en la Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, realizada por el Observatorio de Género en la Justicia, del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires, que dirige la doctora en Filosofía y ex legisladora Diana Maffía.

La investigación, desarrollada en 2013, un cuestionario on line con preguntas abiertas y cerradas, enviado a los 4697 operadores y operadoras de la Justicia de la Ciudad, fue respondido sin embargo por 1239 personas de todos los organismos del Poder Judicial. Con su presentación el miércoles último, se propone como herramienta posible “para identificar y erradicar los sesgos de género en el sistema de Justicia, entendidos como procesos que condicionan prácticas, inciden sobre las estructuras judiciales y configuran la relación con las personas justiciables”, por lo que desde el vamos se hizo hincapié en ítem complejos para las mujeres a la hora de establecer roles y distribuir responsabilidades con sus parejas. Organización familiar, cuidado de hijas e hijos, inserción laboral, uso del tiempo, capacitación, requerimientos educativos dispares, impactan sobre las posibilidades de formación, “una herramienta clave en la construcción de la carrera laboral en el Poder Judicial, así como sobre la participación en ámbitos sociales y profesionales. Ambas cuestiones propician una brecha creciente en los espacios de decisión”, advierte Maffía.

En el universo encuestado, el 59 por ciento de las respuestas corresponde a mujeres. El 51 por ciento del personal encuestado (funcionarios/as, magistrados/as, empleados/as) tiene entre 30 y 45 años; un 53 por ciento está casado o unido. Más de la mitad tiene hijos/as y 7 de cada 10 tienen hijos/as de hasta 13 años. El 58 por ciento vive en pareja.

Corre, Lola, corre

Hay una referencia eje sobre el tiempo destinado a tareas de cuidado de niñas, niños y/o adultos, inesperada, y que sin embargo representa un aspecto primordial en la cotidianidad de operadores y operadoras de la Justicia. El dato es relevante porque la proporción de personas encuestadas que tiene hijos/as ronda el 50 por ciento para todos los organismos, y además porque “aún en un contexto de relativa colaboración para el cuidado infantil entre los miembros de la pareja, todavía subsisten vestigios tradicionales en cuanto a los roles de las mujeres en la crianza”, descubre la encuesta.

Y aunque predomina el contexto de “pareja con trabajo remunerado de tiempo completo”, resulta mayor la proporción de mujeres con parejas trabajando a tiempo completo (83,9 por ciento) que la proporción de varones cuyas parejas lo hacen (65,2 por ciento). Aquí la organización del cuidado infantil y del hogar es central entre las/os que tienen hijos/as de hasta 13 años: el 55 por ciento recibe o contrata ayuda para su cuidado, principalmente de personas a cargo del cuidado de niños/as (67,1 por ciento) y de instituciones educativas (45,1%). “En general, las parejas de aquellas operadoras y operadores que contratan o reciben ayuda para el cuidado infantil tienen un trabajo de dedicación completa: 93,1 por ciento y 73,8, respectivamente.” Quienes no reciben o contratan ayuda dejan observar la misma tendencia, pero esta vez con diferencias notorias entre varones y mujeres en la proporción de cónyuges con trabajo a tiempo completo (45,6 por ciento y 77,5 por ciento) y en la categoría sin trabajo remunerado (30,9 por ciento y 5,6 por ciento). “La posibilidad de no contratar servicios para el cuidado infantil se apoya, particularmente entre los varones, en el menor compromiso horario de las parejas.”

El dato corre en línea con estereotipos tradicionales para agregar que, entre quienes no comparten en igual proporción el cuidado infantil, sólo el 5,8 por ciento de los varones declara que se ocupan ellos mismos del cuidado de sus hijos/as, en tanto que el 36,2 por ciento responde que “se ocupa su pareja o cónyuge”. En la vereda opuesta, un 38 por ciento de las mujeres dijo que se ocupan ellas mismas de ese cuidado y que sólo un 3,8 por ciento de sus parejas lo hacen. La socióloga Beatriz Kohen, del área de Justicia y Género de la Facultad de Derecho de la Universidad de Palermo y una de las especialistas que integra el equipo de trabajo del Observatorio, traduce que las tareas de cuidado “están altamente depositadas en las mujeres y que el tiempo dedicado a esas tareas más el destinado al trabajo doméstico duplican al del trabajo remunerado, lo que en cierta forma refleja la desigualdad que persiste en la sociedad”.

Tiempo tirano

Las mujeres destinan el 60 por ciento del tiempo durante el cual no trabajan de manera remunerada a las tareas de cuidado y domésticas (38,3 por ciento y 25,1 por ciento respectivamente), mientras que los períodos dedicados al cuidado de sí mismas apenas llegan a un 4,1 por ciento; al ocio, un 6,7, y a estudios y formación, un 8,1. “Tanto para las mujeres como para los varones, el hecho de tener hijos/as conlleva un impacto significativo sobre el uso que hacen de su tiempo”, explica Kohen. “Pero en el caso de las mujeres ese impacto es considerablemente mayor.”

En verdad se espera que la encuesta contribuya a diagnosticar y prevenir la discriminación de género en la estructura de Justicia porteña en las relaciones entre sus operadores y operadoras, ¿pero cómo reciclar los diagnósticos cuando la jornada laboral se convierte en invasor? “El ingreso masivo de las mujeres a los diferentes ámbitos laborales no fue acompañado por cambios significativos en cuanto a sus roles familiares”, precisa Maffía. “Al interior del hogar todavía retienen la mayor carga de responsabilidad por las tareas domésticas y de crianza, y tampoco se han producido cambios sustantivos en cuanto a la provisión social de servicios de cuidado. Por eso, aun en estudios como éste, más enfocados en sus roles laborales, es ineludible la referencia a cuestiones relacionadas con la división sexual del trabajo al interior de las familias.” Son nucleares temas como la responsabilidad de la crianza, que recae en las espaldas de las madres, “y la coexistencia de demandas a veces contradictorias entre el fuerte mandato cultural que pesa sobre las mujeres como principales proveedoras de la organización del trabajo de cuidado, que se realiza de forma no remunerada al interior de los hogares y los requisitos de la vida profesional, y las estrategias de conciliación entre ambas esferas”.

Según el informe, el 73,8 por ciento de las parejas de operadoras y el 93,1 por ciento de parejas de operadores que contratan o reciben ayuda para el cuidado infantil tienen un trabajo de dedicación completa, mientras que un 58 por ciento de varones y mujeres que no contrata ayudas de cuidado, respondió que los integrantes de la pareja se ocupan de esa tarea “en igual proporción”. La taba se da vuelta entre quienes no comparten en medida similar el cuidado infantil: sólo el 5,8 por ciento de los varones declaró que se ocupa del cuidado de sus hijos/as. El 36,2 por ciento dijo que la que se ocupa es “su pareja o cónyuge”. Pero un 38 por ciento de las mujeres manifestó que son ellas quienes atienden el cuidado de sus hijos/as y que sólo un 3,8 por ciento de sus parejas lo hace. Para Maffía, los datos indicarían que “en un sector de esta población, aun en contextos de relativa colaboración para el cuidado infantil en pareja, todavía subsisten vestigios tradicionales en cuanto a los roles de las mujeres en la crianza”.

Verdad casi de Perogrullo, el uso del tiempo depende del grupo etario al que pertenecen. La franja judicial joven, de 18 a 29 años, destina más horas “al estudio, al ocio, al uso de medios de comunicación y al cuidado personal, en tanto que el tiempo semanal dedicado al cuidado de niños/as y personas mayores en el grupo de 30 a 45 años –el que concentra la mayor proporción de hijos/as de hasta 13 años– asciende a 41,1 horas semanales promedio, descendiendo a 5,1 horas semanales la participación en la esfera pública”. Y, siempre, el fenómeno de la maternidad y la paternidad impactará con crudeza en el uso que hacen de su tiempo las/os encuestadas/os. Mientras quienes tienen hijos/as destinan en promedio 46,7 horas semanales al trabajo de cuidado (40,6 de ellas al cuidado infantil), quienes no los tienen dedican 7,7 horas semanales a estas actividades y sólo 1,7 al cuidado de niños/as. La térmica asciende entre aquellas/os con hijos/as de hasta 13 años, con un promedio de horas semanales de 53,3 horas: 48 al cuidado infantil.

“La jornada declarada por las mujeres –sin incluir las 35 horas semanales dedicadas al trabajo remunerado– supera en 12,6 horas semanales a la declarada por los varones (109,3 y 96,7 horas respectivamente) y, prácticamente el 60 por ciento de ese tiempo se destina al trabajo de cuidado y doméstico, mientras que, entre los varones, esa proporción representa el 47 por ciento”, detalla Kohen. En promedio, las mujeres dedican semanalmente 38,3 horas al trabajo de cuidado, en especial al cuidado infantil, 12 horas más de las que destinan los varones a las mismas tareas. En cuanto al trabajo doméstico, mientras que las mujeres emplean en promedio 25,1 horas semanales, los varones le destinan 19,7 horas.

Piden y piden más

La encuesta confirma que la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires goza de un alto nivel educativo, en una proporción ascendente de personas encuestadas con estudios de posgrado, y es mayor entre las mujeres, un 34,9 por ciento sobre un 29,2 por ciento de varones. Pero a igual cargo, ellas deben presentar mayores credenciales educativas, lo que desnuda las profundas diferencias de óptica (¿vetusta, distorsionada, machista?) a la hora de exigirles requisitos a varones y mujeres.

Una a favor. Si bien en todos los cargos la participación de las mujeres en actividades de capacitación en género es mayor, la mayoría encuestada coincide en la relevancia de la capacitación en temas de género para la Justicia; 8 de cada 10 varones y 9 de cada 10 mujeres graduados/as en Derecho manifestaron que esa capacitación debería ser incluida en la currícula de la carrera. Mientras, 8 de cada 10 operadores y 9 de cada 10 operadoras consideran necesaria la transversalización de la perspectiva de género en la formación de grado y posgrado, y 8 de cada 10 encuestados/as destinaría su “tiempo y energía” a actividades de formación en género. Los números, concluye Maffía, son auspiciosos, en tanto conecta a mujeres y hombres en una sintonía común, compartida en mayor medida por las y los integrantes del Ministerio Público Fiscal (7 de cada 10 creen importante la perspectiva de género), del Tribunal Superior de Justicia (6 de cada 10) y del Ministerio Público Tutelar (entre 5 y 6 de cada 10), pero menos entre quienes integran el Consejo de la Magistratura (3 y 4 de cada 100 integrantes) y poco más entre las/os de la Cámara de Apelaciones (4 de cada 10). En esa búsqueda de lograr un sistema judicial más igualitario “tanto para la ciudadanía como para sus integrantes, estos números sugieren una tendencia a una mayor identificación de los varones con la necesidad de una mirada con perspectiva de género y de las mujeres con sus propios intereses de género”.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-8727-2014-03-25.html

Pensar en la igualdad de género al interior de la justicia

Reproduzco aquí y comparto la entrevista publicada el pasado 22 de marzo en Infojus Noticias sobre la investigación del Observatorio de Género en la Justicia porteña del año 2013, que reveló que “la cantidad de horas destinadas por las mujeres de 30 a 45 años al trabajo doméstico y de cuidado sumadas duplican el número de horas que dedican al trabajo remunerado”.

Infojus Noticias – 22-3-2014 | 15:46 | GÉNERO

Pensar en la igualdad de género al interior de la justicia

Por: Matías Máximo

Diana Maffía, directora del Observatorio de Género en la Justicia de Buenos Aires, habló con Infojus Noticias sobre la equidad de hombres y mujeres. “De la misma manera que fue pensado el programa de roles de género que existe, podemos pensar uno diferente”, dice Diana Maffia, titular del observatorio.

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Foto: Sol Vazquez

Como presidenta del Observatorio de Género de la Justicia en la Ciudad de Buenos Aires, Diana Maffía impulsa encuestas que ayudan a entender si en el ámbito judicial hay condiciones de igualdad en el trabajo. La última se hizo durante 2013 y participaron 1239 operadores y operadoras de todos los organismos de la Justicia de la CABA. El objetivo, según el Observatorio, fue «aportar a la identificación y erradicación de los sesgos de género» en el ámbito judicial.

“Cuando planeás encuestas es para conocer la situación de oportunidades en el Poder Judicial, además de asegurar un acceso equitativo a la Justicia”, dijo Maffía a Infojus Noticias. “¿Cómo sabemos si es equitativo o no, cómo sabemos cuál es la propia percepción? Preguntándolo. Los que queremos planificar una política lo primero que debemos saber es cuál es el diagnóstico, porque al planificar una política de igualdad de oportunidades y equidad de género por un lado tenés que tener una línea de base y por otro la aspiración del lugar al que querés llegar”.

Del análisis sobre el uso del tiempo libre de los trabajadores de la Justicia, se desprende que “la cantidad de horas destinadas por las mujeres de 30 a 45 años al trabajo doméstico y de cuidado (atención a niños y ancianos) duplican el número de horas que dedican al trabajo remunerado. Como consecuencia, ellas son también quienes menos tiempo dedican al ocio y a la formación y quienes declaran la jornada semanal más extendida (113 horas)”.

Para Maffía, hay dos cosas a diferenciar: “Una es la composición equitativa del Poder Judicial, las oportunidades para varones, mujeres y otras sexualidades, que tienen que ver con una justicia distributiva. Si hay una mitad de la población que son varones y otra mitad que son mujeres, las oportunidades en el mundo publico tendrían que ser equitativas. Otra asunto es si la existencia de la misma cantidad de hombres que de mujeres garantiza equidad en la producción de justicia. Eso no depende de las hormonas: depende de la ideología y de la política”.

Para las mujeres encuestadas el hecho de tener hijos conlleva un impacto mayor sobre el uso del tiempo que para los padres. Ellas destinan, en promedio, casi 16 horas semanales extra al trabajo de cuidado que los varones (52,8 y 37,1 horas respectivamente), lo que implica menos tiempo libre para formarse y competir por mejores puestos.

Según el informe, la justicia en la Ciudad se caracteriza por tener un nivel de educación muy alto, donde el 85 por ciento de los magistrados encuestados alcanzó al nivel de posgrado, mientras que el 40 por ciento de los funcionarios y el 15 de los empleados también los cursó. “A igualdad de cargo, las credenciales educativas de las mujeres son mayores. Esto sugiere que para ocupar el mismo cargo las exigencias educativas sobre varones y mujeres son diferentes: las mujeres necesitan mayores credenciales”, dice la encuesta.

“De la misma manera que fue pensado el programa de roles de género que existe, podemos pensar uno diferente. Hoy en día los hijos no son una pertenencia de los varones, de manera que cuando los maridos se separan no pagan más los ingresos porque ya no conviven. Este sedimento de los hábitos que tienen las sociedades para verse a sí mismas y los roles, y cómo desde la justicia se acompañan muchas veces esos estereotipos, debería ser modificado”, planteó Maffía.

Un dato es que la mitad de las personas encuestadas participó de algún tipo de capacitación de género en los últimos tres años: «Aproximadamente 4 de cada 10 varones y 5 de cada 10 mujeres”, dice el informe y especifica que “8 de cada 10 varones y 9 de cada 10 mujeres graduados manifestaron que la formación en género debería estar incluida en la currícula de Derecho”.

La intención de capacitarse es leída por Maffía como un algo positivo, ya que si bien algunas desigualdades persisten “la sociedad afortunadamente ha tenido una enorme apertura, primero social y luego legal, acerca de admitir muchas expresiones de la identidad y de prácticas sexuales y orientaciones”. Las estadísticas señalan que 8 de cada 10 operadores encuestados destinaría tiempo y energía a actividades de formación de género.

En la jornada de trabajo declarada por las mujeres, sin incluir las 35 horas semanales dedicadas al trabajo remunerado, se supera en 12 horas semanales la declarada por varones. “Si bien estamos hablando de la diferencia entre varones y mujeres, en realidad qué cosa es un varón y qué cosa es una mujer es algo bastante cuestionable. ¿Vamos a decir que ‘un varón es una persona que tiene cuerpo o genitales de varón’?, no alcanza con eso. Hay que poner en juego sus subjetividades, sus prácticas y su manera de percibirse, su manera de expresar su género”, concluyó Maffía.

El Observatorio de Género es un espacio que funciona dentro del Consejo de la Magistratura de la Ciudad y busca iniciativas para promover la igualdad entre los géneros y el respeto a la diversidad sexual, tanto hacia el interior del sistema de justicia como en su relación con la comunidad. De los diez puntos que incluyó la encuesta virtual realizada en 2013, “Educación y capacitación en género” y “Organización familiar y uso del tiempo” fueron los primeros datos que se procesaron.

Fuente: http://infojusnoticias.gov.ar/nacionales/pensar-en-la-igualdad-de-genero-al-interior-de-la-justicia-3540.html

Maltratadas, presentacion de libro

El próximo jueves 20 de marzo a las 19:00 participaré, junto con Gabriela Cabezón Cámara, de la presentación del libro «Maltratadas, violencia de género en las relaciones de pareja», de Mariana Carbajal.

La misma se llevará a cabo en la librería Libros del Pasaje (Thames 1762, CABA), con entrada libre y gratuita.

Más información, en el afiche adjunto.

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Teorías de género

Nos complace informar que se encuentra abierta la inscripción al curso «Teorías de género», que es parte del «Programa Permanente de capacitación y sensibilización en Género y Derecho», co-dirigido por las Dras. Diana Maffía (Observatorio de Género en la Justicia de la CABA) y Sandra Fodor (Centro de Formación Judicial).

El objetivo de este curso es proporcionar un panorama actualizado de las diversas perspectivas teóricas que se han desarrollado para abordar la construcción de la diferencia entre los géneros como desigualdad social y una visión integradora de la perspectiva de género en el análisis de la teoría y la práctica del Derecho.

Las clases tendrán lugar los días jueves 6, 13, 20 y 27 de marzo entre las 15.30 y las 18 hs en Tacuarí 124 1º «A». Las clases  están a cargo de reconocidas docentes: Dora Barrancos, Fabiana Túñez, Diana Maffía y Marcela Rodríguez.

Este curso es gratuito y abierto al público, previa inscripción. Se entregarán certificados de asistencia.

Las inscripciones se realizan a través del Portal del Centro de Formación Judicial, ingresando a la siguiente dirección:
www.cfj.gov.ar.

Para inscribirse deberá estar registrado/a. Este proceso es diferente si es agente del Poder Judicial de la CABA o no.

Para agentes del Poder Judicial de la CABA: En «acceso para alumnos» (margen superior derecho de la página) deben hacer clic en: «ingresar», luego completar el «usuario» con el mail de jusbaires (ejemplo «xxxx@jusbaires.gov.ar«) y la «contraseña» es el número de DNI sin puntos. Si no puede registrarse siguiendo estos pasos, hacer clic en «registrarse» y completar el formulario con sus datos.

Para usuarios/as externos/as: deben hacer clic en «registrarse» y completar el formulario con sus datos.

Debajo de este mail encontrarán un detalle de contenidos del curso y antecedentes de las docentes a cargo de las distintas clases.
Saludos cordiales,

Observatorio de Género en la Justicia
observatoriodegenero@jusbaires.gov.ar

Curso «Teorías de género»

Contenidos:

1. Teorías de Género. Feminismos: vertientes académicas y políticas.
2. Desarrollos conceptuales para explicar los orígenes y la persistencia de la desigualdad basada en género: Patriarcado. Sistema sexo-género. Heterosexualidad obligatoria.
3. Género: subjetividades, relaciones sociales y cristalizaciones institucionales.
4. Violencia institucional y género.
5. El rol de derecho en la reproducción del género. La incorporación de la perspectiva de género al estudio y a la práctica del Derecho.

Clases y docentes:
Clase del 6/03/2014 a cargo de la Dra. Dora Barrancos (Doctora en Ciencias Humanas, por la Universidade Estadual de Campinas, Brasil. Investigadora principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, CONICET. Fue directora concursada del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género (IIEG) de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires entre 2000-2009. Es profesora titular regular de la cátedra de Historia Social Latinoamericana, en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, coordinadora de la Maestría en Estudios Sociales y Culturales, en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La Pampa y dirige la Maestría y el Doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Nacional de Quilmes.).

Clase del 13/03/2014 a cargo de la Sra. Fabiana Túñez (activista por los derechos de las mujeres desde el año 1994; directora ejecutiva de la Asociación Civil «La casa del Encuentro» y coordinadora ejecutiva del Observatorio de Femicidios en Argentina de la Sociedad Civil «Adriana Marisel Zambrano», trabaja activamente desde la sociedad civil contra toda forma de violencia, abuso y discriminación hacia las mujeres niñas y niños desde una perspectiva integral de los derechos humanos).

Clase del 20/03/2014 a cargo de la Dra. Diana Maffía (Doctora en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires. Investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género, IIEG y profesora adjunta de la materia gnoseología de la carrera de Filosofía, de la Universidad de Buenos Aires. Fue Defensora Adjunta en derechos humanos en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires entre 1998 y 2003, Directora Académica del Instituto Hannah Arendt de Política y Cultura entre 2004 y 2008, Diputada de la Ciudad de Buenos Aires entre 2007 y 2011. Actualmente dirige el Observatorio de Género en la Justicia, del Consejo de la Magistratura de la CABA).

Clase del 27/03/2014 a cargo de la Dra. Marcela Rodríguez (Abogada, por la Universidad de Buenos Aires, Master en Derecho, por la Universidad de Yale (EE.UU.). Fue Directora del Centro Municipal de la Mujer de Vicente López, entre 1993 y 2001, Diputada Nacional entre 2001-2013. Es Investigadora Principal del Programa de «Justicia y Género» del Centro Interdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas, CIEPP.