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La pobreza tiene género

Comparto con ustedes la entrevista publicada en el portal Notas del 28 de noviembre.

 

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El 25 de noviembre es un día de lucha en la agenda feminista de toda Latinoamérica. En ese marco, Código de Radio* entrevistó a Diana Maffía, doctora en Filosofía por la UBA y Directora del Observatorio de Género del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires.

La violencia de género, señala Maffía, es una cuestión política aunque se exprese en la violencia interpersonal, porque se da en el marco de relaciones de poder. Al ser consultada por las características de la violencia hacia las mujeres, explicó que “es una violencia que intimida, minoriza, amenaza a las mujeres y condiciona su participación en la vía pública”. “De hecho los femicidios tienen que ver con el marco de desigualdad en el que se dan y muchas veces quedan impunes”, agregó.

Con respecto a las particularidades que la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia hacia las Mujeres tiene este año destacó que, por los espantosos femicidios que ocurrieron a lo largo del país -como en Mar del Plata el reciente caso de Lucía Perez– y por el fuerte activismo de las marchas por “Ni Una Menos”, existe un gran y creciente alcance en la opinión pública.

“Tenemos un movimiento de mujeres muy impresionante, se ve en las movilizaciones y en la persistencia de los Encuentros Nacionales de Mujeres, a pesar de las represiones policiales que tuvieron lugar por ejemplo en el encuentro de Mar del Plata. Son experiencias absolutamente conmovedoras, ver que una ciudad es segura cuando las mujeres están en la calle”, dijo Maffía. “Precisamente los lugares que son peligrosos para las mujeres son los refugios para otros, que son los lugares privados. Los lugares donde se ejerce la violencia son las casas y por lo general en horarios que las oficinas de asistencia no trabajan, como los fines de semana, las noches y los feriados”, expresó.

La filósofa feminista reflexionó acerca del recrudecimiento de la violencia que sigue a estas grandes movilizaciones que, según ella, podría interpretarse como una manifestación de temor, de sensación de amenaza por parte de los hombres violentos ante el avance y empoderamiento de las mujeres. Este tipo de reacción, advirtió, resulta “muy penosa, porque nadie que participe en el feminismo quiere sojuzgar a los varones, sino que queremos que no haya reglas patriarcales en las relaciones de poder”. En ese sentido, remarcó la importancia de la comunicación y la cultura, que deben ser buenas trasmisoras de los objetivos del movimiento feministas para que no “nos maten como moscas”.

Para la Directora del Observatorio de Género del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires, el feminismo tiene que reaccionar contra las formas de explotación del capitalismo, que establece roles muy rígidos para las mujeres. Estos tienen que ver con la acumulación del capital e incluyen exigencias como el trabajo doméstico y la reproducción biológica, en detrimento de espacios de encuentro que permitan fortalecernos y armar estrategias colectivas femeninas. Agregó que el nivel de explotación se exacerba todavía más en las duras condiciones económicas que atraviesa nuestro país en este momento, ya que, en pocas y precisas palabras, “la pobreza tiene género”.

Para Diana, el feminismo es un movimiento político, una postura ante la vida. Para ser feminista no interesa el sexo que nos fue asignado al momento de nacer, “no interesan las hormonas”, sino el compromiso en la práctica cotidiana, no sólo en lo discursivo. Para ella, el feminismo en la actualidad tiene que replantearse sus prioridades: la “grieta política” de la que se habla también lo afectó y “las fidelidades partidarias son muy perjudiciales, porque las posturas partidarias tienen que ver con reglas muy misóginas, los partidos siguen siendo misóginos”.

Como ejemplo, destacó la poca conciencia con la que se debate la paridad de género. Maffía apoya fuertemente esa ley y reconoce que desde que las mujeres se sientan en las bancas, se empezaron a legislar normas que afectan directamente los cuerpos de las mujeres y por lo tanto su posibilidad de ciudadanía. Citó como ejemplos las leyes de trata, salud sexual y reproductiva, lactancia materna, violencia, parto humanizado, entre otras. Así, estas mujeres legisladoras constituyeron una masa muy crítica que, a pesar de su diversidad política partidaria, tenían en mente la percepción de ciertas urgencias, ciertas necesidades con respecto a los derechos de las mujeres y pusieron de manifiesto que los cuerpos de las mujeres son parte de un territorio en disputa.

Refutó los argumentos que dicen que a las bancas hay que llegar por capacidad y no por el sexo, en tanto el cupo no se contraría con la capacidad de las mujeres que ocuparían los cargos. De la misma manera, frente a los argumentos que expresan que disponer un cupo femenino obliga a disponer otros para grupos minoritarios como discapacidad y pueblos originarios, afirmó que esas posturas no reconocen que los hombres que se encuentran en el poder no representan a ninguna de estas minorías y que es deber tanto de los hombres como de las mujeres representarlas.

“No se trata de mujeres contra otras minorías, se trata de que no sean solamente los sujetos hegemónicos de la sociedad los que impongan sus intereses y sus puntos de vista. Estas medidas de cupos siempre se piensan como temporales, hasta tanto haya una convicción de los partidos políticos del valor de tener mujeres tanto como hombres dentro de sus listas”, concluyó Maffía.

Julia Rigueiro

Perspectiva de género en la nueva Constitución de Santa Fe. Por una Constitución igualitaria

Comparto la nota publicada en el periódico digital Sin Mordaza de Santa Fe (21-11-2016)

Perspectiva de género, otro eje que se suma

«La producción de igualdad requiere de todas las voces y de políticas públicas que la garanticen”, afirmó Diana Maffía, quien disertó en el marco de una jornada desarrollada en Rosario.

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En el marco del proceso de diálogo y participación lanzado con miras a una reforma de la Constitución provincial, se desarrolló este lunes en Rosario, una jornada sobre «Perspectiva de género en la nueva Constitución de Santa Fe. Por una Constitución igualitaria», con la participación de Diana Maffía.

«Tal como nos encargó el gobernador Miguel Lifschitz, estamos llevando adelante un proceso de diálogo y consultas por la reforma de la Constitución Provincial. Queremos arribar a un consenso previo lo más amplio y legítimo posible, que vaya más allá de las mayorías y minorías que pueda haber en la Legislatura», señaló en la apertura el ministro de Gobierno y Reforma del Estado, Pablo Farías, y destacó: «En este marco de pluralidad, la perspectiva de género es fundamental porque pretendemos una Constitución moderna, que tenga una vigencia absoluta y sirva para acompañar los cambios que se producen en nuestra sociedad».

Maffía coincidió en que «la pluralidad de voces es lo que garantiza la expresión de los distintos intereses, puntos de vista y experiencias en juego; no debe suplantarse la voz de los diferentes grupos a la hora de producir las normas que los van a impactar. La producción de igualdad requiere de todas las voces ya que, de otra manera, solo terminan siendo representados los sujetos hegémonicos».

En momentos en que el Senado de la provincia se apresta a analizar el proyecto aprobado en Diputados que establece la participación igualitaria de varones y mujeres en listas de candidatos y en la composición de la Legislatura, Maffía se encargó de recordar que «a partir de la sanción del cupo y de que hubo un 30 % de mujeres en las bancas del Congreso Nacional, se legislaron todas las políticas que pusieron de manifiesto que los cuerpos del hombre y la mujer son diferentes: la ley de salud sexual y reproductiva, de parto humanizado, de lactancia materna, de prevención de la violencia, de acoso sexual, de trata y también los cambios en la Ley de delitos contra el honor».

Más allá de las acciones que promueven la participación en distintos ámbitos, la especialista instó a definir «políticas públicas que la garanticen. Es decir, si tengo una ley de cupo también debe haber acciones desde el Estado que promuevan el cuidado compartido de los hijos, que hoy está feminizado, privatizado y mercantilizado. La libertad y la igualdad se consiguen brindando condiciones para que hombres y mujeres puedan ser más libres e iguales».

Por su parte, el director provincial de Reforma Constitucional, Oscar Blando, afirmó que «el derecho nunca fue igualitario para las mujeres» y destacó el avance plasmado en la Constitución Nacional reformada en 1994, que «impulsó acciones positivas no solo en cuanto a la paridad de género sino, a partir del artículo 75, para promover la igualdad de oportunidades y de trato respecto de los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con discapacidad. En esta lucha, el hombre y la mujer no deben estar enfrentados sino del mismo lado, porque las acciones positivas son herramientas muy importantes para corregir desigualdades y proteger a grupos o minorías discriminadas».

La actividad se desarrolló en la Sala Walsh de la Sede de Gobierno en Rosario, con la presencia de la secretaria de Políticas Sociales, Vanesa Oddi; la subsecretaria de Políticas de Género, Gabriela Sosa; el senador por el departamento Rosario, Miguel Cappiello; la presidenta del Concejo Municipal de Rosario, Daniela León; la exvicegobernadora Griselda Tessio; diputadas provinciales y concejales.

Tras la conferencia de Maffía, tuvo lugar un diálogo y debate con ONGs dedicadas a la temática de género.

TRAYECTORIA
Maffía es doctora en Filosofía de la Universidad de Buenos Aires con una tesis sobre «Género, subjetividad y conocimiento»; es miembro del Consejo Académico del Centro de Formación Judicial del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires; docente de «Gnoseología» de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) y de «Epistemología feminista» en la Maestría de Estudios de Género de la Universidad de Rosario; investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género de la Universidad de Buenos Aires; y autora de numerosas publicaciones.

Ha sido diputada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2007-2011) por la Coalición Cívica/ARI; defensora adjunta del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires (1998-2003) en el área de Derechos Humanos y Equidad de Género; y directora académica del Instituto Hannah Arendt, de formación cultural y política, desde su creación en 2004 y hasta 2008.

Pornografía infantil y grooming representan el 87% de los delitos informáticos – El Día

Comparto con ustedes la nota publicada en el diario El Día de La Plata:

Pornografía infantil y grooming representan el 87% de los delitos informáticos

Desde la fiscalía encargada explican que ambos están relacionados, ya que un adulto puede acosar a un menor pidiéndole fotos y luego difundirlas


Pornografía infantil y grooming representan el 87% de los delitos informáticos

Pornografía infantil y grooming representan el 87% de los delitos informáticos

El 87 por ciento de los casos que ingresan a la fiscalía de Delitos Informáticos de la Ciudad de Buenos Aires están relacionados con menores afectados por los delitos de grooming y distribución de pornografía infantil en Internet, anunció hoy Daniela Dupuy, fiscal a cargo de esa dependencia, durante un espacio de diálogo en la Semana de la Ciudadanía y la Alfabetización Digital.

El impacto de estos delitos, así como los contenidos digitales estereotipados (la diferenciación de videojuegos para chicos y chicas, por ejemplo) y el potencial de la tecnología para reducir inequidades de género fueron los tres ejes sobre los que hoy trabajaron representantes del Gobierno y de ONGs, durante un encuentro que tuvo lugar en el Centro Cultural de la Ciencia.

Dupuy explicó que los delitos de grooming y distribución de pornografía infantil están vinculados y que el primero puede desencadenar en el segundo: cuando un adulto acosa a un menor por Internet para pedirle fotos o videos en situaciones eróticas o sexuales, luego existe la posibilidad de que publique ese material en la red.

«Se trata de la etapa de extorsión al menor, cuando el acosador lo amenaza con frases del estilo ‘si no me seguís enviando más fotos las voy a publicar y todos tus amigos las van a ver'», advirtió la fiscal.

Las víctimas suelen ser niñas y adolescentes de entre 8 y 16 años de edad, con un nivel sociocultural medio-alto, informó Dupuy, y agregó que también suelen recibir «innumerables» consultas de mujeres mayores de edad sobre quienes han publicado en Internet fotos o videos con contenido sexual.

«En la mayoría de estos casos, los acosadores suelen ser ex o actuales parejas, y pueden tratarse de situaciones aisladas o formar parte de un círculo de violencia hacia la mujer», distinguió Dupuy.

Asimismo, la fiscal señaló que algunos padres suelen contactarse con la dependencia por casos de ciberbullying, aunque no forme parte del derecho penal ya que se trata de un acoso (humillación, molestia, hostigamiento) ejercido por menores hacia menores.

«Los padres suelen consultar a la fiscalía para averiguar sobre ello porque muchos están desconcertados y no saben qué hacer. Por eso es muy importante, además de políticas públicas que afronten estas problemáticas, el fortalecimiento de la preparación de los adultos (padres y docentes) para saber gestionar el uso de redes en los menores», destacó.

En el encuentro también participó Diana Maffía, directora del Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura, para hablar sobre estereotipos y tecnologías. «Con la tecnología sí se construyen estereotipos. Por ejemplo, los videojuegos están muy diversificados para los nenes y para las nenas», afirmó Maffía, quien luego respondió las preguntas de los asistentes, entre quienes había representantes del Ministerio de Educación, Derechos Humanos, Justicia, y ONGs.

De esta manera, y con relación a los estereotipos, Maffía alertó que el ideal de héroe masculino en los juegos suele estar asociado con la fuerza física y la violencia, mientras que en el caso femenino, tiene que ver con una heroína que agrada y es definida por la mirada del otro.

Asimismo, la especialista subrayó los «aspectos virtuosos en la tecnología», y remarcó que como puede ser instantáneo el acoso en las redes sociales, también lo son las alertas en la protección o las convocatorias a movilizaciones (Ni Una Menos, por ejemplo).

«Además, con la tecnología, podemos acceder a lo diverso del mundo y encontrarnos con nuestros pares para construir una comunidad virtual», destacó Maffía.

Reunión cumbre, Giberti-Barrancos-Maffía en Las/12

Comparto con ustedes la entrevista publicada en el suplemento Las/12 de la edicion de Página/12 del día 28 de octubre de 2016.

Reunión cumbre

Eva Giberti, Dora Barrancos y Diana Maffía ganaron el premio Konex a la trayectoria en estudios de género y son tres feministas pioneras en Argentina. Eva Giberti, además, recibirá el premio de platino a mitad de noviembre. Sin sentarse en los laureles más que merecidos, las tres analizan, desde diferentes miradas pero con complicidad y sabiduría, el paro y movilización del 19 de octubre y festejan feminismos plurales y jóvenes que enredados con otras generaciones hicieron oír un grito poderoso frente a la crueldad de la violencia machista y también frente al contexto de crisis.

Por Luciana Peker

Foto: Constanza Niscovolos

El río se vuelve horizonte. Y tres mujeres miran. Las tres son parte de una historia pensada, accionada y caminada, por ellas y, una vez más, pero como nunca antes, el 19 de octubre, por miles de mujeres protagonistas de una revolución de las mujeres que se expande desde la Argentina al mundo. Se mixturan como las flores rojas y blancas que pueblan el balcón y el living, sin fronteras ni aires que no sean libres, con sus cuerpos que no se rinden a las rodillas dolidas o a los años que solo las potencian. Son diversas y diversamente se encuentran y se debaten, se discuten y se iluminan. Se agarran del brazo, se escuchan, conversan y miran, como al balcón, el pasado para señalar las idas y vueltas de la historia y un feminismo que alumbra un futuro plural y decidido.

Eva Giberti, Dora Barrancos y Diana Maffía ganaron el Premio Konex que, por primera vez, en el 2016, después de treinta y siete años de recorrido, contempló la disciplina Estudios de Género. Las tres no son solo académicas o investigadoras, sino que pusieron el cuerpo en la actividad pública, en la política y en las miles de marchas que mostraron que la ola feminista es una marea de mujeres dispuestas a parar de pie la violencia, llueve o truene. Las tres rescatan la fuerza de los feminismos plurales y la vitalidad de las jóvenes en el protagonismo político del feminismo a partir del fenómeno colectivo de Ni Una Menos y los masivos Encuentros de Mujeres.

Diana Maffía es doctora en Filosofìa, directora del Centro Cultural Tierra Violeta y del Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires. Dora Barrancos es socióloga, historiadora y directora del CONICET en representación de las Ciencias Sociales y Humanas. Eva Giberti es doctora en Psicología y coordinadora del Programa Las víctimas contra las violencias, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, y Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.

Eva Giberti tiene 87 años, Dora Barrancos 77 y Diana Maffía 63. A cada una la envuelve una década y entre las tres tejen lazos que no tienen fecha de vencimiento. Son protagonistas activas de un pasado que se volvió fulgor y que es un trayecto rebelde y renovado. Desde sus miradas en común y divergentes observan la situación de la violencia de género en la Argentina de hoy y de un feminismo más vivo que nunca antes.

-No son mujeres de luto, son mujeres que gritan. La cosa pasa por el grito -señala Eva, que se convierte en anfitriona de tazas de porcelana y ronda de convites para una vida de mujeres libres, sin tiempos ni silencios u ostracismos. La charla comienza con una ronda de té y termina cuando el atardecer ilumina, desde la ventana, a los unicornios que colecciona como un símbolo de libertad desde su infancia hasta ahora en que su edad lo único que define es a una pluralidad de mujeres sin límites.

¿Cómo se convive con un país donde hay 60 por ciento de becarixs en el CONICET y una descalificación al debate sobre necesidad de paridad diciendo que las mujeres tienen que demostrar capacidad para ocupar lugares?

Diana Maffía: En Argentina se organizó un Congreso de Biología donde solo exponían varones cuando es una carrera con sesenta por ciento de mujeres. Visualicemos donde buscamos la capacidad. ¿Quiénes son sujeto de diálogo? No pasa en la Universidad algo diferente que lo que pasa en otros lugares. Pensemos que cuando hacíamos la marcha, bajo la lluvia, con un hartazgo a partir de un femicidio tan salvaje que no podìamos esperar al próximo 3 de junio pidiendo que no nos maten, en la Casa de Gobierno había una reunión con empresarios, sindicalistas y funcionarios en la que mandaron a hacer, especialmente, una mesa rendonda. (Mauricio) Macri dijo “para que todos nos veamos”. Entonces mientras los varones discuten cómo se va a invertir y distribuir la riqueza en esa mesa redonda nosotras tenemos que salir a la calle para que no nos vean y no nos maten. Es terrible la desproporciòn de ciudadanía. Y esto ha ocurrido simultáneamente. Nosotras tenemos que salir de nuestras casas para que no nos maten. Hay un escenario donde las mujeres tenemos que convertir esa demanda en exigencias muy concretas y en control de polìticas y estos señores tienen que darse cuenta que no están todos si no estamos nosotras.

¿Qué implica que la respuesta a Ni Una Menos sea “nadie menos”?

Eva Giberti: El feminismo es cambiar al mundo y eso es lo que hay que cambiar. Cuando se dice todos, eso tiene que ser todos y todas y no hay que dejar afuera a las personas trans que estaban también en la marcha con un papel visible. Estamos viendo el proyecto constantemente en la radio y televisión. Ahora la cosa es que hay que decir “Ni uno Menos, también para los varones, o “Nadie menos”, y no están pensando en los trans. Esto es el contraproyecto. Pero nos tiene que alegrar. Esto determina que las compañeras vayan a la televisión y la radio. Las escucho con énfasis y potencia tratando de convencer al interlocutor para que comprendan el fenómeno. Es necesario que vayan a la televisión, pero quisiera desesperanzarlas de la idea utópica de que van a lograr convencer a los conductores. Ellos son el muro. Son representativos de una formidable porción de la sociedad y de una mentalidad.

¿El feminismo no tiene que ser más popular y llegar a la televisión?

Eva: La televisión da lugar para mostrar que no nos excluyen

Dora Barrancos: Es un acto muestral.

Diana: Y, muchas veces, para quedarse con la última palabra. Es muy común en la radio que cortan y se quedan refutándote sin darte la posibilidad de contestar. Es muy desleal la comunicación.

Eva: Yo escucho mucha radio y me llama la atención cómo tratan los conductores a las mujeres con las que trabajan. “¡Qué bonita se vino hoy! ¡Se ha venido con un escote que nos ha dejado conmovidos”

Diana: Y la minifalda..

Eva: Todavía nos falta que haya mujeres alertadas que podrían reaccionar y no levantarse a servir el café. ¿La mujer dice “Qué bien el pantaloncito apretado que te trajiste, cómo te marca todo lo que tenés!”? Eso sería lo verdaderamente desfachatado… En mis años de juventud, a un señor galante, yo le decía: “Usted es un buenmozón, mire qué perfil que tiene, parece un romano”.

Eso ahora se llama autodefensa, fuiste una precursora Eva (risas).

Eva: Tengo indignación que a la gente que escucha la radio le pasan por delante violencia y discriminaciones de género de forma permanente.

¿Qué quiere decir la idea de un contraproyecto a la salida a la calle de las mujeres?

Eva: La aparición de estos sujetos que están contra el proyecto de la marcha. Un contraproyecto a la marcha con la idea de que la marcha no sirve para nada o que pregunta “¿Qué quieren las mujeres?” o que alegan “A los hombres también nos matan”.

Diana: Dicen “Se está silenciando que hay más varones asesinados que mujeres”. Efectivamente, mueren más varones que mujeres.

Dora: ¡Pero no por ser varones!

Diana: Están disputando privilegios entre sí: poder, propiedad privada. Pero en los asesinatos de mujeres no se dan esos contextos. No estamos disputando cantidad de muertes, sino contextos y evitabilidad de muertes. Pedimos que el Estado genere condiciones de igualdad para que las mujeres no estén desprotegidas ni entregadas a situaciones violentas.

¿Cómo influye la resistencia machista de los medios?

Dora: Lo mediático es un problema hoy en día. Antiguamente la opinión pública -que viene de público y prensa escrita- no tenía la fuerza que tiene hoy que está concentrado desde el punto de vista patriarcal. De ahí viene la incorrección permanente. Se ha sustituido crimen pasional por femicidio. Pero siempre hay un dispositivo respecto de algunas muertas de menguar la situación brutal por procedimientos denostativos que sugieren que la chica estaba vestida, como el caso de Melina (Romero) que fue paradigmático. Creo que de esto se sale. Pero hay una colonización. Estamos en una democracia disuasiva de la opinión diferente. Yo estoy bastante optimista a pesar de la penumbra.

¿Cómo observan el fenómenos de marchas tan multitudinarias en las convocatorias de Ni Una Menos y del Encuentro de Mujeres?

Dora: El Ni Una Menos es un movimiento que se proyecta por el mundo. Haber hecho una huelga que antes era solo sexual es un fenómeno y un momento muy excepcional. Los sentimientos feministas, si hubieran estado tan empáticamente forjados, lograrían que el mundo esté patas para arriba.

Diana: Para algo excepcional podemos estar acompañadas. Pero hay que trabajar mucho para tener coherencia. La marcha no fue uniforme, sino muy diversa y en los poquitos días de organización se discutió si los varones van o no van y si nos vestimos de negro.

Dora: Qué absurdo discutir si los varones van…

Diana: No es tan absurdo…

¿Qué piensan de la participación de los varones en los reclamos de las mujeres?

Dora: Los grandes congresos de fines del siglo diecinueve tenían muchos varones. Recuerdo en un Encuentro Feminista que no la dejaron entrar a Lohana Berkins.

Eva: Diana cuando estuvo (como Defensora adjunta) en la Defensoría del Pueblo hizo mucho por los derechos humanos de las travestis e hizo el primer censo de travestis en Buenos Aires. Hay que recordarlo y ponerlo en la memoria.

Diana: No se me hubiera ocurrido sola sin Lohana Berkins. También peleó mucho en los Encuentros Mabel Bellucci.

Eva: Lohana fue la musa inspiradora.

¿La violencia machista es la de siempre pero ahora hay aún mayor reacción o la violencia machista se recrudeció?

Eva: La crueldad masculina se ha incrementado en un nivel pavoroso. Los informes que yo leo todos los días en el Programa Las víctimas contra las violencias, son terribles. Realmente estamos viendo crueldades que no habíamos visto en el 2006 cuando empezamos. Ya no es la amenaza “te voy a quemar viva”, ahora la queman. Las echan de la casa y los hombres se quedan en la casa.

¿Qué pasa con las violaciones colectivas que aparecen en relatos de las jóvenes con mayor presencia que antes?

Eva: Aparecen desde la escuela adolescentes violando en banda a sus compañeras. Es la histórica violación en banda, pero que no era habitual hace unos años. El nivel de crueldad, porque no hay otra palabra, aumentó: golpear a la mujer ya no alcanza. Hay que lastimarla de alguna otra manera. Está sistematizada la amenaza “te voy a sacar lo que más querés, que son los chicos”. De las amenazas hay que cuidarse porque después se cumplen. Es una especie de interface entre la amenaza y matarla: hay un espacio en el que hay una fase de terror de la mujer.

Dora: El terror es paralizante.

¿El femicidio de Lucía Pérez, en Mar del Plata, es emblemático de esa crueldad?

Eva: Sí, exactamente. Lucía muere de un paro cardíaco por exceso de dolor por un empalamiento. Ojo porque cada vez más recrudece la violencia.

¿Es un contraproyecto a mujeres que desean?

Eva: ¿Pero cómo se te ocurre que una mujer puede tener deseo autónomo sin que el varón te haya convocado? Tenes que esperar a ser novia avanzada o esposa.

Diana: Y que el deseo te lo genere él…

Eva: Y que no venga usado. Si ella tiene ganas es una arrastrada. El deseo de la mujer libre que quiere tener algo con un galán y lo avanza es insoportable para el varón que piensa que su pene tiene que entrar abriendo el mar. El fantasma y la fantasía identitaria es un pene erecto, cosa que no pueden siempre. Y tienen significativos fracasos de los que las mujeres con muchos años podemos hablar.

¿Qué pasa con las deudas del sistema judicial?

Diana: Las mujeres tiene todo tipo de barreras para acceder a la Justicia. En la provincia de Buenos Aires cada vez que denuncian van a un juzgado diferente. Cada juzgado tiene su propio laberinto. La idea es generar otra Justicia al 2020, según una propuesta del Ministerio de Justicia donde habría tribunales de violencia unificados en lo Civil y lo Penal que sería muy bueno. Es un cambio de paradigma muy grande. Hay que darle una porosidad a la Justicia en su relación con la comunidad. La Justicia no la hacen solamente los jueces. Las personas tienen que comprender cómo hacer valer sus derechos. El día de la marcha hubo 30 por ciento más de llamados en la Línea 144.

Eva: En la Línea 137 somos los únicos que vamos con un móvil que no está identificado, con una psicóloga y una trabajadora social y un policía de civil para defender a las trabajadoras y entrar a la casa. También puede llamar un vecino. Ya atendimos 20.425 llamados desde el 2006.

Dora: Amo a estas mujeres, pero no sabemos toda la crueldad anterior.

Diana: Con Alicia Muñiz se hizo público el tema en Argentina.

¿Dora, creés que la violencia anterior era igual de grave y no se dimensionaba?

Dora: En nuestra primera revista feminista Nosotras, de 1902, se dice qué barbaridad ha muerto una mujer pero el Código Penal ha sido muy benévolo. El Código Penal autorizaba, hasta 1921, la muerte a homicidas por dignidad del honor y daban penas mínimas. Yo me torné feminista en Brasil cuando mataron a una mujer de alta sociedad en Buzios alegando infidelidad y el defensor dijo “legítima defensa del honor”. Pero si las feministas pensamos que vamos a derrocar al patriarcado con el Código Penal en la mano estamos completamente fritas. De todos modos, el Estado tiene que hacer algo con las víctimas. Tiene un costo tremendo ir y denunciar.

Diana: Tiene que tomarlas en serio.

¿Cómo ven la renovación del feminismo que trajo Ni Una Menos y el Paro de Mujeres del 19 de octubre?

Dora: Felizmente se terminó el feminismo de capilla.

Eva: Las que sabían…

Diana: Teníamos un feminismo de CEO´S.

¿Cuál es el cambio?

Dora: Hay un derrame notable de feminismo de todos los colores. Hay una diáspora extraordinaria y el movimiento LGTBI es importantísimo, nos da otros sentidos. Yo soy optimista. El fenómeno argentino es único y de emulación hacia afuera. El paro del 19 de octubre fue impactante. Hay sectores duro de roer que sintieron el impacto. Es un gran logro político en todo el país. Se sacudió muchísima gente.

Diana: Impactó a otros países rápidamente. Y es muy prometedor que son chicas muy jóvenes.

Dora: También son muy importantes los grupos lesbofeministas. Son hechos políticos muy impactantes. Es un momento de quebranto. Hay que cuidar de no banalizar un escenario tan extraordinario. Son ritos fundamentales que no tienen que ser una vuelta en escena ni dejar colonizarse por el patriarcado.

¿El feminismo también es una respuesta política frente a la actual coyuntura?

Dora: Este es un momento de crisis donde los machos se desestructuran y van a arraciar las violencias cuando sube la tasa de desempleo, como ya vimos en los noventa. Hay que pensar un proyecto muy mejorado con equidad, equidad, equidad.

¿Qué rescatan de la marcha del 19 de octubre?

Eva: Se marchó gritando. No sirve marchar llorando.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-10976-2016-10-28.html

Entrevista: Un tema político, Página/12

Comparto con ustedes la entrevista realizada con Mariana Carbajal (Página/12) para la edición del 20 de octubre de 2016.

“Un tema político”

Por Mariana Carbajal

Imagen: Guadalupe Lombardo

“La violencia machista salvaje hizo explotar el termómetro. Estamos haciendo un ruido de hartazgo. Ahora hay que llenarlo de sentidos consensuales, en una construcción colectiva”, describió la filósofa feminista Diana Maffía, sobre el impacto del paro nacional de mujeres y las tantísimas movilizaciones que se sucedieron a lo largo del día de ayer, con epicentro multitudinario en el centro porteño, pero con réplicas en distintas ciudades del país y más allá de las fronteras, en países latinoamericanos, Estados Unidos y Europa. “Es como el cacerolazo del 2001. No era la expresión de un concepto. Era un símbolo. Hasta acá llegamos. Lo que estamos diciendo es que no damos más, no queremos que nos maten más y también decimos que si no hay una ciudadanía en clave femenina, no hay protección de nuestros derechos”, señaló Maffía, coordinadora del Observatorio de Género en la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, en una entrevista de Página/12.

Todavía resuenan los ecos de la masiva convocatoria, a pesar del día lluvioso y frío.

–¿Cómo analiza este histórico paro nacional de mujeres?

–Es una medida creativa que fue tomando forma, que no estuvo exenta de polémicas internas, por ejemplo, en relación a si los varones podían o no acompañar, o si nos vestíamos de negro o era estigmatizante desde el punto de vista racial asociar ese color con algo tan negativo como los femicidios, algunos sindicatos adhirieron, otros no. Se dio una sincronía muy llamativa: en la misma semana que 100 mil mujeres marcharon en Rosario en el Encuentro Nacional de Mujeres, se produce el horrible femicidio de Lucía, en Mar del Plata y otros cuatro más, en pocos días. Vemos, por un lado, la indefensión de las mujeres que el Estado no logra proteger y una represión brutal, en defensa de la propiedad privada, la Catedral de Rosario. Hay una sincronía que nos afecta a las mujeres, en un contexto de represión y obvia vulnerabilidad. Es paradójico que en una ciudad tomada por los narcos, que se declara impotente y pide ayuda a las fuerzas federales, reprimen a las mujeres que demandan por sus derechos, y ponen adelante a las mujeres policías, sin cascos, y los varones detrás, protegidos. Esto significa que ni siquiera protegen a las mujeres de la propia fuerza de seguridad. Es todo un símbolo.

–¿Qué nos está diciendo la convocatoria a la huelga?

–Este paro nos habla de que el problema de la violencia machista es una cuestión política, de derechos humanos, de seguridad –cuando se aborda la cuestión de la seguridad no se está poniendo énfasis en una ciudad segura para las mujeres–, de educación, porque si no se incluye la educación sexual integral desde una mirada amplia para deconstruir los estereotipos de género, prevenir los embarazos no planificados, los noviazgos violentos, no podemos pensar en #Ni Una Menos. Ocurre en el mismo día del debate de la paridad en la política en el Congreso: ahí hay otra sincronía importante. Recuerdo un grupo de médicas que hablaban de amasar las ideas. Esa imagen culinaria nos sirve para pensar este momento. Por eso resalto la pluralidad de la convocatoria y la grandeza del movimiento de mujeres para pasar por encima de las diferencias internas y del asedio de los partidos políticos para apropiarse de la consigna, y comprender esta emergencia, para poder marchar juntas, unas con otras. No hay una dueña de la convocatoria. Se permitió que cada una pudiera poner sus consignas. Pero hay algunas cosas en común, que no se discuten: que a las mujeres nos matan y que decimos basta.

–Siempre hay oportunistas que se quieren apropiar de semejante movida…

–La violencia salvaje, que se condensó en el femicidio de Lucía, hizo explotar el termómetro. Ahora todos se quieren lavar en el Jordán de la marcha. Pero vemos, por ejemplo, que los gremios no cumplen con el cupo femenino y no les dan a las mujeres la posibilidad de expresar su voz. Están transformando las comisiones de género en los sindicatos en comisiones de inclusión y ponen al frente a varones, para abordar temáticas que tienen que ver con la discapacidad, por ejemplo, que son relevantes, pero que disuelven las problemáticas que afectan específicamente a las mujeres por su condición de mujeres.

–¿Por qué cree que generó tanta discusión la forma en que los hombres podían sumarse a la huelga de mujeres?

–Hay una confusión grande. Una de las pintadas que se amplificó del Encuentro Nacional de Rosario decía “muerte al machismo”. Algunos pensaron que íbamos a salir a perseguir varones y reaccionaron equivocadamente. La idea de que un sistema de opresión es lo mismo que una persona, es una gran equivocación.

–¿A quiénes van dirigidas las demandas cuando se dice basta de femicidios?

–Al Estado como conjunto. Las demandas de las marchas de Ni Una Menos estaban dirigidas al Ejecutivo, al Poder Judicial y al Legislativo. Cuando el Estado no aplica la perspectiva de género en las políticas públicas tiene como resultado situaciones concretas de violencia hacia las mujeres. La violencia es interpersonal pero es una violencia política. Como dice el slogan feminista: lo personal es político.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-312210-2016-10-20.html