Por iniciativa de la Diputada Diana Maffía, actualmente se impulsa en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires un proyecto de ley de nomenclatura para incorporar a la Estación «Carabobo» de la Línea A una estética cultural histórica y un desarrollo temático vinculado con la vida y obra de Julieta Lanteri, destacada luchadora por los derechos civiles y políticos de las mujeres argentinas e injustamente olvidada por la historia oficial.
Por Elsa Ramos*
El 23 de febrero de 1932 Julieta Lanteri murió víctima de un dudoso accidente. Médica, feminista y luminosa luchadora por los derechos civiles y políticos de las mujeres.
Adelia Di Carlo, periodista y amiga de Julieta fue quien sembró la duda sobre las causas de su muerte al escribir en las páginas de Caras y Caretas que Julieta había recibido amenazas y temía por su vida. La historia de esos temores había comenzado dos años antes.
El 8 de setiembre de 1930 un golpe de Estado encabezado por el General Uriburu derrocó al Presidente de la Nación don Hipólito Yrigoyen y lo envió detenido a la Isla Martin García.
El Ministro del Interior del gobierno de facto, Matías Sanchez Sorondo, convocó al poeta Leopoldo Lugones para escribir la proclama del cuartelazo. Este poeta propagandista del golpe de Estado había definido al feminismo como «una enfermedad social, un mero agente de destrucción».
La Legión Cívica Argentina organización paramilitar comandada por Manuel Carlés se había sumado a la cruzada de la dictadura para «recuperar los valores nacionales» persiguiendo a anarquistas, comunistas, socialistas, judíos y feministas.
El Jefe de Policía Leopoldo Lugones (hijo) convirtió la Penitenciaría Nacional de la calle Las Heras en un centro de tortura y muerte y encarceló hombres y mujeres en la más despiadada represión política contra todo lo que considerara opositor.
Durante el año del gobierno de Uriburu, Julieta Lanteri sólo trabajó en su consultorio y las reuniones feministas se convirtieron en veladas literarias, una forma de reunirse sin llamar la atención.
En 1931 después de las elecciones basadas en el fraude, Julieta decide desempolvar su Partido Feminista.
El 20 de febrero de 1932 asume la Presidencia de la Nación el General Agustín P. Justo.
Al día siguiente se producen manifestaciones de socialistas y radicales en varios puntos de la Ciudad, que pedían «procesos a todos los responsables de la tiranía y castigo y disolución de la Legión Cívica». Los miembros de esa organización los atacan a balazos .
Mientras tanto Julieta reunida con otras feministas, pone en marcha la convocatoria de afiliadas del Partido Feminista, sabía que la lucha que iba a ser más dura que antes y hace un aporte de setecientos pesos para la campaña.
El 23 de febrero a las tres de la tarde, Julieta caminaba por Diagonal Norte y Suipacha cuando un automóvil subió a la vereda y la atropelló. El impacto le parte el cráneo, la internan pero los esfuerzos de sus colegas no pueden salvarla y muere el 25 de febrero de 1932.
Las actas policiales sobre el supuesto accidente son ilegibles, los expedientes judiciales han desaparecido. Sólo sabemos que el chofer del automóvil era de la Legión Cívica.
El trámite de sucesión muestra una absoluta bancarrota, había perdido todas sus propiedades y sólo le quedaban deudas que la subasta de sus pocas pertenencias no pudieron cubrir.
Julieta Lanteri lo había entregado todo: vida y bienes a la causa de las mujeres.
Hoy la recordamos en el Aniversario de su muerte. Pero quienes seguimos en el camino de su lucha, todos los días celebramos su vida.
*Asesora de la diputada Diana Maffía en la Comisión de Cultura de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
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