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Ciencia y tecnología

Desventuras del feto wi-fi, de Perfil

Comparto con ustedes esta columna que escribí para Perfil.com y fue publicada el 10 de junio.

Desventuras del feto wi-fi, operado desde un centro confesional

¿Cómo es este presente argentino que discute la ley? Detrás del símbolo del muñeco en las manifestaciones antiaborto hay una política y una idea del embarazo y del amor.

Con el debate parlamentario de la ley de interrupción voluntaria del embarazo asistimos a un momento histórico. Especialmente las mujeres lo vivimos así. En parte por el ámbito donde se produce, el Congreso, la institución que expresa la pluralidad de ideas políticas de una sociedad. Pero sobre todo porque estamos discutiendo el aborto, algo que impacta en la vida de todas las mujeres y que casi un siglo atrás fue legislado sin nosotras; y esta vez estamos presentes para que se consideren nuestras razones, nuestros testimonios y nuestras experiencias.

A pesar de desvíos y faltas de pertinencia insistentes, en la audiencia pública quedó claro que lo que se decide no es si las mujeres deben abortar o no (es un desafío unánime bajar el número de abortos) sino en qué condiciones lo harán. Las mujeres abortamos, la cifra es elocuente y el fracaso del camino punitivista también. El movimiento de mujeres, a través del socorrismo, hace años ha tomado en sus manos acompañar a las mujeres a abortar de modo seguro. El que está ausente es el Estado, y sobre eso se debe legislar. El desencuentro entre el Estado y las mujeres es lo que estamos subsanando, y esta legislatura deberá demostrar con su voto si en este encuentro nos considera o no ciudadanas capaces.

La criminalización del aborto no ha resultado eficaz para bajar el número, pero sí ha resultado eficaz para amenazar la vida, la salud y la autonomía de todas, las que parimos y las que abortamos. Porque fuimos objeto de un siglo de leyes insensibles a nuestras experiencias, donde nuestra condición adulta no nos evitó la tutela permanente. Y porque la aplicación de esas leyes también desoyó nuestras demandas sustituyendo la decisión de las mujeres por un conjunto de representantes de poderes patriarcales. En 1921, cuando se redactó el artículo del Código Penal que hoy intentamos cambiar, las mujeres éramos consideradas incapaces, pasábamos del dominio del padre al del marido, no votábamos, no legislábamos, no administrábamos nuestros bienes, no ejercíamos profesiones ni patria potestad sobre nuestros hijos, nuestra palabra no valía y ni siquiera podíamos ser testigos en un juicio. En nuestro sistema normativo no fuimos representadas sino sustituidas, no fuimos protegidas sino tuteladas.

Es una paradoja ética: la dignidad que se ha insistido en otorgar a un embrión, un ser en gestación potencialmente humano, se nos niega desde hace siglos a las mujeres. Se desconoce nuestra condición de sujetos morales, se obstruye nuestra autonomía y se debilita el reconocimiento de nuestra ciudadanía. La exclusión y la invisibilidad de las mujeres y otras personas gestantes en un asunto que nos impacta de un modo en que ninguna ley ni prohibición afecta a los varones tiene su ícono en un feto gigante que tomó el espacio público, en afiches, películas y alusiones donde se presenta a embriones con título universitario y se ignora a quien los porta en su útero como alguien que representa algo más que un recipiente desprovisto de trascendencia, de dignidad y de proyecto de vida propio. Quienes se oponen a la ley obsequiaron a los legisladores y legisladoras pequeños fetos en primorosas cajitas. Allí nos dicen qué somos para ellos las mujeres: NADA.

Como en procesión, vimos exhibir en las marchas antiderechos un gigantesco feto rosado, inviable sin una persona gestante pero orondamente independiente, un feto de nadie, con un cordón umbilical que no lo conecta a ningún cuerpo ni persona humana, un feto wi-fi que no se liga a una vida amorosa que lo anida y lo recibe con alegría (como debería ser desde un punto de vista humanista cualquier nacimiento) sino uno cuyo centro de operaciones son instituciones confesionales y misóginas, religiosas y académicas, que durante siglos han hablado por nosotras.

Nos hablan de prevención, al fin, pero no nos engañemos: los mismos que hoy argumentan en contra del derecho al aborto legal estuvieron en contra del divorcio vincular, de la patria potestad compartida, de la educación sexual, del acceso a la anticoncepción, del matrimonio igualitario, siempre con argumentos tremendistas que fueron desmentidos por la sociedad, porque lo que se obstaculiza y niega es que somos perfectamente capaces de hacer un uso racional de la ley. Esos segmentos de la sociedad que se autoatribuyen y ejercen con un poder de macho cruel una función de tutela sobre nosotras siguen tratándonos como menores de edad perpetuas. Estamos aquí un siglo después y todavía se pretende que debemos demostrar que podemos tomar decisiones autónomas sobre nuestra vida.

En un explícito abuso de poder, la cúpula de la Iglesia católica usó el tedéum oficial nacional y en las provincias para demandar la oposición a la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Eso es ofensivo de muchas maneras. Se obliga a los legisladores y gobernantes en una fecha patria a recibir pasivamente las admoniciones extorsivas de una religión que tiene privilegios económicos y políticos, y lo hace en las voces de una institución que por motivos dogmáticos excluye a las mujeres, de modo que nunca deberán poner a prueba en sus cuerpos y decisiones morales sus dogmas sobre aborto. Si tuvieran en los púlpitos la persuasión dogmática buscada, no necesitarían esta insistencia para transformar el pecado en delito. Si sus castigos fueran eficaces, no necesitarían perseguirlo con la fuerza pública. Para un Estado laico, esta interferencia (sumada al privilegio de la financiación pública del culto) es claramente antidemocrática.

Los argumentos filosóficos formulados en contra de este proyecto de ley presentan notorias debilidades lógico-semánticas vinculadas con la comprensión de la vaguedad conceptual, la construcción del significado de los conceptos de clases naturales y la diferencia aristotélico-escolástica entre acto y potencia. No es este el espacio para exponerlas. Pero hay uno de otra índole que aparece en ámbitos culturales diferentes y que es ilustrativo de la difundida ceguera al trasfondo prejuicioso de numerosos opositores a este proyecto. Sin base en investigaciones científicas, sin siquiera apreciar su necesidad, con recurso a la mera intuición individual, se teme que la ley dispare un libertino descontrol sexual con ilimitado crecimiento de la tasa de embarazos, derivado de la incontinencia emocional y la inferioridad intelectual de las mujeres.

Es curioso que se pase por alto que, en las situaciones típicas, el embarazo requiere la participación de varones y que entonces, si acaso se disparase semejante desenfreno, el hecho revelaría en ellos pareja (al menos) torpeza moral e indigencia racional, difícilmente paliadas por hipotético recurso a circunstanciales intervenciones de serpientes diabólicas de incidencia exclusiva en las avanzadas mentes varoniles y cuya permanencia en las sombras servía muy bien al propósito de conservar, irracionalmente, un privilegio de género en la elaboración de las leyes.

El aborto constituye una demanda permanente del movimiento de mujeres desde el retorno de la democracia. En todos los Encuentros Nacionales de Mujeres se ha expresado de modo elocuente. En estas décadas nos hemos ocupado de desarmar muchas falacias, recolectar datos y evidencias genuinas y refinar nuestras razones. Muchas de esas razones han sido expuestas en las audiencias públicas. Los derechos de toda persona en relación con su sexualidad pueden ser reproductivos o no reproductivos, y el Estado debe garantizar ambos tipos de derechos con políticas adecuadas.

Las mujeres somos capaces de gestar, de parir, de amamantar, pero esa capacidad no puede transformarse en una obligación. Tenemos el derecho a una maternidad deseada y no el deber de una maternidad forzada. Un embarazo deseado coincide con la voluntad procreacional, y el Estado está obligado a garantizar el respeto a ese proyecto vital. Un embarazo forzado se da cuando no hay voluntad procreacional, o cuando hay obstáculos que nos dañan, y se evalúa entonces su continuidad o interrupción; y la persona gestante es quien debe decidirlo y debería tener derecho a interrumpirlo respaldada por el Estado.

Recordemos que el Código Civil establece la prioridad de la voluntad procreacional sobre la maternidad o paternidad biológica, pero las objeciones a la interrupción del embarazo pretenden que la mera condición de gestación obligue a la maternidad, aunque sea involuntaria o amenace con un daño o sea expresamente contradictoria con la voluntad de la persona gestante, y esto afecta su libertad y su dignidad. Se nos obliga a una conducta heroica, supererogatoria, y eso no es exigible moralmente. El punto es quién toma la decisión: esta es la cuestión política. Porque involucra relaciones de poder, y porque forma parte de la construcción de ciudadanía.

En este debate se decide si se reconoce el estatus moral de las mujeres para tomar decisiones autónomas sobre sus propias vidas, o si continuamos bajo tutela. La autonomía sobre el propio cuerpo gestante es un derecho inalienable; por ende, la clandestinización, la criminalización y la muerte por abortos inseguros no deberían ser NUNCA MAS una política de Estado. Lo que se discute es si una mujer que aborta debe ir presa o no, y si hacerlo de modo seguro o inseguro debe depender de su estatus económico; por eso se pide aborto legal, seguro y gratuito.

Quienes estamos a favor de la ley de interrupción voluntaria del embarazo no intentamos imponer nuestras decisiones a quienes están en contra del aborto. Y nos hemos asegurado de que ninguna mujer sea obligada a abortar, porque su consentimiento debe ser explícito. Pero quienes objetan la ley pretenden imponer sus preferencias morales e impedir que el resto de la sociedad pueda planificar su vida con otras convicciones éticas. La ética es racional y crítica, no dogmática; el dogma es religioso. Quienes sigan un dogma podrán no abortar.

Que la interrupción voluntaria del embarazo se legalice es un hecho político que repara la desigualdad de poder en la apropiación de las decisiones sobre los cuerpos gestantes. Que no se legalice y se perpetúen los abortos clandestinos y riesgosos también es una acción política, esta vez a favor de la apropiación de los cuerpos gestantes como medios para fines que no son propios de su decisión autónoma. Y no considerar a las mujeres un fin en sí mismas es un hecho inmoral que nos obliga a un sometimiento indigno de la condición humana.

Por otra parte, se puede defender el derecho a la vida de las personas nacidas y en etapas gestacionales sin penalizar el aborto. La vida se defiende positivamente y no mediante prohibiciones; es bueno que algunas de las formas estatales de esta defensa positiva se hayan recordado en el debate. Cuando promovimos normas (todavía incumplidas y obstaculizadas) sobre educación sexual y acceso a la anticoncepción, lo hicimos pensando en la autonomía de las mujeres para evitar un embarazo no deseado y una maternidad forzada.

Nosotras defendemos la vida. La legalización disminuye las muertes maternas, y también disminuye el número de abortos. La conclusión es lógica: si quieren salvar las dos vidas, como dicen, aprueben la ley de interrupción voluntaria del embarazo.

(Fuente www.perfil.com).

Entrego mi cuerpo a la ciencia, entrevista con El Ovario Anarco

Comparto con ustedes la entrevista realizada para el bloque de Género y Ciencia de El Ovario Anarco, con Lucy Céspedes en GenFM 107.5 (Córdoba)

Día Internacional de la Mujer en la Ciencia: cómo impacta la desigualdad con los hombres

Comparto con ustedes esta nota publicada en el diario La Nación, con motivo del Día Internacional de la Mujer en la Ciencia:

Día Internacional de la Mujer en la Ciencia: cómo impacta la desigualdad con los hombres

Un grupo de mujeres científicas habla de los estereotipos que perjudican su trabajo
Un grupo de mujeres científicas habla de los estereotipos que perjudican su trabajo Crédito: Shutterstock
Por Stephanie Chernov
10 de febrero de 2018

La Argentina es uno de los países de Latinoamerica con el mayor porcentaje de mujeres en la ciencia. Representan un 52% del total de los investigadores y el 60% del total de becarios del Conicet, según los últimos datos que publicó el organismo en diciembre de 2016. A primera vista, estas cifras parecen ser positivas para las científicas, pero cuando se analiza en profundidad se revela otra realidad: sólo el 25% del total de investigadores superiores son mujeres, mientras que representan el 60% entre los investigadores asistentes.

Congreso del Futuro, Chile 2018

congreso-del-futuro_816x428Desde Inteligencia Artificial (IA), hasta estudios de envejecimiento y sociedad son las áreas en las que se manejan estas científicas, entre ellas la tres veces nominada al Nobel de la paz Scilla Elworthy y Katja Grace, una de las investigadoras más importantes en IA.

Hoy es el lanzamiento de la séptima versión del Congreso del Futuro, que se desarrollará entre el 15 y el 21 de enero del próximo año en las dependencia del Ex Congreso Nacional. Conocido por ser el principal evento de divulgación científico-humanista en Latinoamérica, El Mostrador Braga es uno de los media partner de este mega evento que tendrá a grandes mujeres como expositoras. Muchas de ellas se han abierto un camino en la ciencia y puesto temas de género que no se habían investigado con anterioridad.

Parte de quienes vendrán a expones, y algunas de las frases que han caracterizado su trabajo, son:

Diana Maffía, PhD en Filosofía de la Universidad de Buenos Aires.

Investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género (UBA). Fundadora de la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología y de la Asociación Argentina de Mujeres en Filosofía.
Se desempeñó como Defensora Adjunta del Pueblo y como diputada, siendo homenajeada con el premio “El Parlamentario” por su gran labor legislativa.
Desde 2012 dirige el Observatorio de Género en la Justicia dependiente del Consejo de la Magistratura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Es autora del libro “Búsquedas de sentido para una nueva política” (2005) entre otros.
Ha dicho: “Todas la leyes que afectan los cuerpos de las mujeres han sido votadas cuando en las legislaturas hubo mujeres.”


Hélène Landemore
, PhD en Ciencia Políticas de la Universidad de Harvard. Master en Filosofia y en Ciencias Políticas.

Investiga la teoría democrática, los procesos constitucionales participativos y las teorías, y la democracia en el lugar de trabajo.
Ganadora del Premio David y Elaine Spitz 2015 al mejor libro de teoría democrática / liberal.
Autora de “Razón democrática: política, inteligencia colectiva y el dominio de muchos” (Princeton Press 2013) y “Democracia abierta: reinventar el gobierno popular para el siglo XXI” (de próxima aparición).
Entre sus frases destacas está: “A diferencia de la democracia representativa, la democracia post-representativa o abierta realmente empodera a los ciudadanos comunes”.

Ashton Applewhite, Escritora y activista estadounidense que vela por la no discriminación debido a la edad.

Reconocida por The New York Times, National Public Radio y la American Society on Aging como una experta en edadismo, término referido a la discriminación y estereotipificación por cuestiones de edad, es decir, cuando alguien asume que es demasiado viejo o joven para desarrollar algo.

Durante 2015 fue incluida dentro de la lista de 100 mujeres inspiradoras comprometidas con el cambio social.
Es autora del libro “This Chair Rocks: A Manifesto Against Ageism” (2016) y “Cutting Loose: Why Women Who End Their Marriages Do So Well “(1998).
“El envejecimiento no es un problema a corregir, ni una enfermedad a curar. Es un proceso de toda la vida, natural, potente, que nos une”, ha señalado.

Judith Palfrey, Profesora de pediatría de T. Berry Brazelton y de Salud y Medicina Social en la Facultad de Medicina de Harvard.

Fue jefa de pediatría general del Hospital Infantil de Boston y presidió la Academia estadounidense de Pediatría entre el 2009-2010. La ex primera dama, Michelle Obama, la nombró directora ejecutiva de Let’s Move, un programa desarrollado para enfrentar la obesidad infantil.
Su investigación se centra en la prestación de servicios comunitarios a niños y jóvenes con necesidades especiales de atención médica y las formas en que los pediatras podrían abordar los determinantes sociales de la salud como parte de su responsabilidad profesional pediátrica de rutina.
En Chile, ella trabaja en el equipo de Un Buen Comienzo que es en un proyecto cuyo foco es capacitar profesores de escuelas municipales de escasos recursos con el objetivo de mejorar las competencias y habilidades.
Es autora de diversas publicaciones entre las que destacan ¿Rechazo o discriminación consciente contra los padres homosexuales? (2015); Transformando la atención médica infantil. Pediatría (2013), y Prevención de muertes por armas de fuego en niños (2013).
Uno de sus enunciados mas relevantes es: “En la actualidad hay 219 millones de niños menores de 5 años que no han desarrollado su potencial y viven en desventaja”.

Karen Lee Downes, Empresaria, emprendedora, coach y activista de impacto social.

Ha construido compañías exitosas, asesorado a líderes empresariales, dirigido programas de desarrollo para empresas FTSE 100 en todo el mundo y trabajado en organizaciones de la sociedad civil para transformar normas culturales arraigadas.
Fundadora y directora de la Iniciativa FLOURISH, una firma de consultoría que crea un nuevo paradigma de negocios. Co-fundó y construyó una empresa de medicina alternativa y una universidad de 9 millones, llevando una industria artesanal a la atención médica general.
Como agente de cambio social, trabajó durante años en India y Bangladesh para transformar el sometimiento y la marginación de las mujeres en estos países.
Es autora del libro “Aromatherapy 101” (2000) y coautora junto a Judith White de “Aromatherapy for Scentual Awareness”(1992)
“No hay un momento más oportuno y de importancia crítica para que las mujeres ocupen su lugar como co-creadores y socios iguales para dar forma al futuro”, sostiene.

Katja Grace, Investigadora de la Inteligencia Artificial (IA)

Katja Grace tiene estudios en teoría de juegos y razonamiento antrópico.
Sus investigaciones se centran en la futura transición a la inteligencia artificial y su impacto para la humanidad (IA) en el Machine Intelligence Research Institute en Berkeley.
Tiene un famoso blog donde escribe sobre filosofía y sociedad www.meteuphoric.wordpress.com
Ha dicho: “La idea es que una vez que la IA (Inteligencia Artificial) sea lo suficientemente buena, la IA hará su propia investigación de IA (en lugar de humanos), y luego tendremos IA haciendo investigación de IA, donde la investigación de IA hace que la IA sea más inteligente y luego la IA puede hacer incluso mejor investigación de IA. Por lo tanto, se perderá el control de todo”.

Paulina De Los Reyes. PhD en la Universidad de Uppsala con una tesis sobre la pobreza y supervivencia rurales en Chile entre 1973 y 1989. Es Directora de Investigación y Doctorado en el Departamento de Historia Económica de la Universidad de Estocolmo (Stockholms universitet).

Su investigación se ha centrado en la vida laboral, la etnia y el género. La diversidad y la diferenciación muestran cómo las ideas de la desigualdad de las personas ayudan a consolidar las desigualdades y a discriminar inadvertidamente.
Experta en temas de género y equidad de oportunidades, tanto a nivel macro desde el Estado sueco, por ejemplo políticas para la agenda de formación superior e I+D, como a nivel más local, como políticas contra el acoso sexual y como en la Universidad de Estocolmo generaron incentivos para que más académicas mujeres puedan ascender a profesores titulares.
En los últimos años, su investigación ha tenido la interseccionalidad, el feminismo poscolonial y la teoría de la historia a la vanguardia.

Riane Eisler, Socióloga, Antropóloga y Abogada de la Universidad de California en Los Ángeles.

Su obra va desde la teoría de la evolución humana, historia de la cultura y modelos de cooperación, se considera como una mujer pionero en los estudios holísticos acerca de la humanidad.
Presidenta del The Center for Partnership Studies del World Future Council, co-fundadora del General Evolution Research Group (CERG), responsable del área de investigación de la Academia Mundial de Arte y Ciencia de la World Business Academy.
Autora de los libros: “Placer Sagrado II: Nuevos caminos hacia el poder personal y el amor” (2002), “Placer Sagrado I: Sexo, mitos y política del cuerpo” (2002) y “El cáliz y la espada: La mujer como fuerza en la historia” (1997).
Por su amplia labor ha recibido un reconocimiento en la Primera Enciclopedia Mundial de la Paz, Premio Nuclear Age Peace Foundation Leadership, el Primer premio Alice Paul ERA de Educación y el Humanist Pioneer Award.
“Exijo el uso de indicadores de riqueza social, para que así podamos poner nuestro dinero en lo que realmente hace la diferencia, como el cuidado a las personas, que comienza desde la infancia”, sostiene.

Scilla Elworthy, Activista, nominada tres veces al Premio Nobel de la Paz.

En 1982 fundó el Oxford Research Group, expertos dedicados a desarrollar un diálogo efectivo entre los responsables de la formulación de políticas sobre armas nucleares. Miembro del World Future Council y co-fundadora de Rising Women Rising World, organización de mujeres que velan por la responsabilidad de construir un mundo que funcione con igualdad de condiciones.
Asesora el liderazgo de corporaciones internacionales seleccionadas por los “nuevos valores”, requeridos para el siglo XXI y enseña a jóvenes emprendedores sociales.
Entre sus libros destaca: “Power and Sex” (1996) y “Pioneering the Possible: awakened leadership for a world that works” (2014).
“Si usamos nuestra ira como un motor, nos puede ayudar a superar momentos terribles”, ha declarado.

Sylvia Earle, Bióloga marina y ex jefa del National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), organismo norteamericano destinado a la investigación marina.

Ha protagonizado una infinidad de expediciones y cuenta con más de 6.000 horas de inmersión. Fundadora del Deep Ocean Exploration and Research, Inc., Mission Blue and SEAlliance, y presidenta de los Consejos Asesores del Harte Research Institute y del Ocean en Google Earth.
Apodada “Dama de las Profundidades” y considerada una de las más grandes exploradoras del siglo XX. Ha dirigido más de 60 expediciones y posee el récord de profundidad en inmersión en solitario.Su lucha es salvar los océanos. Elegida Mujer del Año en 2014 por ser la cara visible de la biología marina. Fue designada en 1998 “heroína del Planeta” por la revista Time. Autora de los libros “Blue Hope: Exploring and Caring for Earth’s Magnificent” (2014) y “Ocean Atlas Of The Ocean Teacher’S Guide” (2001).

Thais Corral, Fundadora Organización de las Mujeres para el Medio Ambiente y Desarrollo.

Periodista con un máster en la Universidad de Harvard. Posee una maestría de la Kennedy School of Government, un postgrado de la Universidad de las Naciones Unidas y la Universidad de Chicago.
Fue fundadora en 1990 y vice presidenta de la organización internacional WEDO (Women’s Environment and Development Organization, Organización de las Mujeres para el Medio Ambiente y el Desarrollo). También fue presidenta de LEAD Brasil hasta 2015.
Es crítica del hedonismo de las nuevas generaciones y de un mundo cada día más competitivo, que busca imponer una mayor atención a la imagen y la apariencia. Sus objetivos son amplios ya que abarcan temas educativos, de salud, derechos humanos y desarrollo.
Reconocida como “Mujer del año 2001” por el Consejo Nacional de Mujeres de Brasil. En 2004 recibió como parte de WEDO el Premio Earth Campion por el PNUMA.
Una de sus frases más destacadas es: “La sobrevaluación del cuerpo delgado y bien modelado no es un fenómeno sólo brasileño, sino que está presente en las grandes metrópolis del mundo.”

Más información del programa y los días que expondrán en www.congresofuturo.cl

Fuente: http://www.elmostrador.cl/braga/2017/12/20/la-mujeres-mas-potentes-que-expondran-en-el-proximo-congreso-del-futuro/

Charla: Igualdad de genero en la FIUBA

El miércoles 11 de octubre, a las 18:00, disertaremos, junto a Daniela Lopez de Louise, sobre Mujeres y ciencia. La actividad se realizará en el Salón Ciancaglini de la Sede Paseo Colón de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, Paseo Colón 850 (CABA).

Consultas: genero@fi.uba.ar

Más información en el afiche adjunto.

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