Diana Maffía

Esta semana comienza el tratamiento del presupuesto de la Ciudad de Buenos Aires para 2011. El proyecto enviado por el Poder Ejecutivo es una clara muestra de las prioridades de gestión, con un aumento muy  significativo de los recursos que se destinan a Desarrollo Urbano (veredas, bacheo, etc.) y una mayor tercerización de los servicios sociales.
 
Nuevamente, este año es escasa la información con la que contamos lxs legisladorxs para analizar cuál será el destino efectivo de los recursos de la Ciudad y qué lugar se le otorga a muchas de las actividades y programas orientados a garantizar el ejercicio de los derechos sociales de lxs ciudadanxs. Esto se debe a distintas cuestiones que ya puntualizamos en los años anteriores, y que lejos de solucionarse, se han profundizado:
 
–  El acceso tardío a la ejecución del presupuesto al 3º trimestre del año;
–  El menor nivel de desagregación del proyecto de presupuesto, que sólo nos ofrece información acerca de los programas pero no de las actividades que los componen;
–  La falta de metas físicas, en gran parte de los programas, lo que nos impide conocer cuál será el producto de su trabajo.
 
Casos testigo de estas limitaciones son los programas de Salud Sexual, indispensable en contextos de aumento del embarazo adolescente entre la población atendida por la red de salud pública, pero postergado a nivel presupuestario (en 2010 sólo recibió 1,5 millones de pesos) e invisibilizado en el proyecto de presupuesto 2011, ya que constituye “sólo” un subprograma al interior del Programa Promoción, Prevención y Protección en Salud.
 
Lo mismo sucede con el programa de Educación Sexual, con el agravante de que incumpliendo la Ley 2110 de Educación Sexual Integral, prácticamente no fueron utilizados los 2 millones de pesos con los que el mismo contaba para 2010.
 
Para ver un resumen análitico, ingresar aquí

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