algunas de las intervenciones durante la sesión simbólica del 11 de marzo de 2008
Liliana Azaraf, Campaña Ni una Mujer más Víctima de las Redes de Prostitución
El 8 de marzo para nosotras, feministas, es una jornada de lucha, que no rinde honores sino que significa compromiso con todas las mujeres que fueron y que son hasta el día de hoy víctimas de la violencia patriarcal capitalista.
Luchamos por transformar las relaciones de opresión en los espacios privados, y también por ocupar nuestros lugares en los espacios públicos, y cuando digo espacios públicos no me refiero a cuotas del poder existente. Me refiero a aquellos lugares en los que se interpela colectivamente el poder del Estado. A aquellos lugares, calles, plazas, también ámbitos del Estado, que día a día vienen siendo privatizados al servicio de la clase y de los grupos de poder. Que son negados a los sectores expulsados y excluidos por sus políticas, a los sectores que se han vuelto vulnerables por falta de trabajo, de educación, de salud, de vivienda, o por la ausencia de políticas que permitan la igualdad de oportunidades para las personas que sufren alguna discapacidad.
Esta situación de injusticia se agrava cuando a la exclusión se le agregan medidas represivas.
En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, el primer Código de Contravenciones del año 1998, no establecía penalizaciones para las personas
en situación de mayor vulnerabilidad social. En el año 1999, comenzó el retroceso en las libertades ganadas luego de tantos años de gobiernos dictatoriales y autoritarios, con la reforma del artículo 71, que comenzó a penalizar a las mujeres y travestis en situación de prostitución. Repudiamos a las legisladoras y legisladores que pretenden resolver con represión los problemas sociales.
La violencia legal y policial es una forma de violencia institucional que en este caso, tiene un fuerte contenido discriminatorio de género, clase, orientación sexual.
Demandamos que se cumplan los tratados internacionales firmados por Argentina.
Las personas que vivimos y transitamos en la ciudad de Buenos Aires somos ciudadanas y ciudadanos. Somos sujetas y sujetos de derecho, y no objeto de represión.
Nina Brugo, Presidenta de la Comisión de la Mujer de la Asociación de Abogados de Bs. As
Mujeres que componen esta Asamblea: En primer lugar no puedo dejar de nombrar, a fin de homenajear, a quienes fueron las pioneras -a fines del siglo XIX y principios del XX- en la lucha contra las discriminaciones de género y también a las luchadoras políticas y sociales de mi generación de los años 70, que hoy ya no están presente, porque perdieron su vida por sus ideales; para emulalarlas por sus ejemplos en las discriminaciones que todavía hoy vivimos.
La Asociación de Abogados de Bs. As., entre sus logros, destaco .3) Luego de la Dictadura, durante la cual siempre defendió el estado de derecho, se creó una Comisión de la Mujer, a fin de tratamiento específicos de nuestras temáticas. 4) Pocos años después en oportunidad de la reforma a sus Estatutos, además de incluir los Derechos Humanos entre sus prioridades a defender, incorporó la acción positiva de cupo femenino en su Comisión Directiva. Cupo que debemos admitir es cumplido
no como techo sino en forma igualitaria. Además en los últimos años, ya tuvimos el orgullo que sea una mujer su Presidenta: Nelly Minyersky. 5) Prácticamente desde su comienzo tiene un Consultorio Jurídico gratuito, desde donde también brinda patrocinio. Son mayoritariamente mujeres pobres las que hacen uso de él. Durante los años 2005 y 2006, se le brindó a las profesionales que allí atienden cursos sobre «Violencia y Género». 6) También ha sido una constante su preocupación sobre temas acuciantes para las mujeres, entre ellos, el protocolo de la CEDAW, la violencia de género en todos sus órdenes, los Derechos Reproductivos: educación sexual, anticoncepción y aborto. Para ello realizó, desde hace más de 15 años, Seminarios, Cursos, Charlas-Debates, en forma transversal con otras disciplinas no jurídicas, en su sede, como participó u opinó en diferentes actividades,.7) La actual Comisión Directiva, el año pasado, luego de Dictámenes realizados por las Comisiones de Derecho Penal y de la Mujer, como tal se pronunció, en síntesis de la siguiente manera: Sobre el Proyecto de Ley de Trata de Persona enviado por el Poder Ejecutivo de la Nación y el aprobado por el Senado de la Nación, en contra por considerar diferenciaciones entre las personas mayores y menores de 18 años, para la penalización del flagelo de ese delito. Entre las preocupaciones actuales a las cuales estamos abocadas y abocados, está la realizada en la Declaración firmada, el 04/03/08, por su Presidente y Secretario, en nombre de toda la Comisión Directiva, la condena al Fallo dictado por la Cámara Criminal II, de la Provincia de Neuquén, a fines de 2007, sobre abuso sexual calificado, en una niña de 11 años, transcribo parte sustancial del mismo: » La AABA expresa su profunda preocupación por cuanto considera que la sentencia condenatoria carece de sustento lógico, prescinde irrazonablemente de los elementos probatorios objetivos, …considera que el fallo citado constituye un serio retroceso en orden a la plena vigencia de los derechos humanos de niños y niñas ..entiende que la valoración de los dichos y conducta de la niña interpretados como «complacencia» con el delito cometido, contraría las normas constitucionales y resulta violatorio del derecho internacional de los derechos humanos como la Convención de los Derechos del Niño, la Convención Contra Toda Forma de Discriminación Contra la Mujer (Art. 75 inc.22 de la Constitución Nacional) así como también de la Convención para la Prevención Erradicación y Sanción de la Violencia contra la Mujer (Convención de Belem do Pará ) ratificada por ley 24.632 (1996)… Estas conductas deben motivar a los órganos institucionales correspondientes a promover el juzgamiento de los responsables por mal desempeño de sus funciones y eventual comisión del delito de prevaricato. Finalmente, aunque, al igual que otras instituciones comprobamos que son muchos los avances registrados en el reconocimiento formal de nuestros derechos, pero falta mucho para el disfrute de todos los derechos. Veamos sino, las millones de mujeres que viven en situación de pobreza en el mundo, en nuestra de América Latina y también en la Argentina; existe una gran brecha, todavía, entre los derechos reconocidos y los realmente garantizados. Como también las dificultades para ejercerlo. En conclusión . abogamos por una Ley de Educación que contemple la enseñanza de la perspectiva de género\ desde la primaria. Tal vez así logremos cambios culturales que no continúen considerando a las mujeres como seres «inferiores» y no llevemos contabilizados, como lo informaron los medios de comunicación masivos, en lo que va de este año 33 asesinatos o crímenes de género femenino, al cual ya
llamamos feminicidios. Gracias.
Graciela Collantes, Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos, AMMAR CAPITAL
Señora Presidenta Gabriela Michetti
Señoras Legisladoras
Compañeras
Como mujeres y como personas en situación de prostitución, no permitiremos que se nos sigan negando nuestros derechos.
Exigimos el cumplimiento de los tratados internacionales que Argentina firmó y ratificó, pero sin embargo, como muchos tratados de derechos humanos y de derechos de las mujeres, no se cumplen.
Quiero recordar que nuestro país es abolicionista. Sin embargo, por cuestiones que se dicen morales, pero que expresan la profunda hipocresía social, se sigue pensando en más y más leyes represivas como respuesta a la prostitución, o a otras problemáticas que afectan a los sectores más vulnerables y que no están resueltas. La prostitución no es una amenaza para la sociedad. El verdadero flagelo es el hambre y la ignorancia.
En Argentina, lo único que se hizo para las mujeres y travestis en situación de prostitución, son Códigos Contravencionales que nos
criminalizan y discriminan, colocándonos en estado de mayor vulnerabilidad.
Cuando en la Ciudad de Buenos Aires en el año 2004 se cambió el Código Contravencional, no se nos permitió ingresar a esta Legislatura. Quisimos que se escucharan nuestros reclamos, que conocieran nuestra problemática, que entendieran que con represión lo único que se logra es más ignorancia.
Quisimos que supieran que no queríamos eso para nosotras. Que nos hemos pasado la mitad de la vida en calabozos. Que nuestros hijos crecieron sin sus madres. Que no queríamos más retrocesos. Que queríamos avanzar. ¿Cuál fue la respuesta? Fuimos reprimidas. Quince compañeros detenidos en la cárcel. Entre ellos dos compañeras nuestras conocieron la cárcel, una de ellas con su hija de dos años. Después de un año y cuatro meses, en juicio oral, fueron sobreseídos todos.
¿Qué queda del abolicionismo? ¿Qué nos enseñan con estos «ejemplos» de injusticia? ¿Quién paga el daño?
Pero no fueron ellas solas las que sufrieron la prisión. Sus familias, sus compañeras, nuestra organización vivimos cada día de su prisión con rabia, con impotencia. ¿Dónde estaba la justicia? ¿Dónde estaba la Legislatura en esos días? ¿No les parece que es demasiado?
Demandamos a las autoridades, que antes de discutir algún proyecto de ley que esté destinado a nuestro sector, seamos incluidas en el debate. Porque realmente nosotras sabemos lo que nos ayudaría para una mejor inclusión social.
Argentina, como país abolicionista, se comprometió a trabajar en prevención de la prostitución. Y la prevención se hace con políticas
públicas claras, que lleguen directo a las mujeres pobres.
Lo que necesitamos no es más y más represión. No son estas reformas al Código Contravencional que nos criminalizan. No son más cárceles. No son zonas rojas que nos estigmaticen. Las mujeres en estado de prostitución, para poder superar la situación en que nos encontramos, necesitamos educación, capacitación laboral que garantice salidas laborales dignas,
También en este día quiero recordar a las mujeres asesinadas, cuya muerte nunca se investigó. Niñas y mujeres que fueron secuestradas para la explotación sexual en plena democracia. Quienes se suponen responsables de la seguridad, y de crear las leyes de la democracia, actúan con complicidad. Exigimos la sanción de una ley federal que sea rápida y eficaz, para que se pueda combatir la trata y el tráfico de personas. Para que las niñas y mujeres dejemos de ser objetivo de las redes para la explotación sexual. Una ley donde se castigue a los verdaderos responsables.
Lo que mata a millones de mujeres es, además de la violencia, la indiferencia de todo un sistema que la naturaliza.
Las personas que vivimos y transitamos en la ciudad de Buenos Aires, somos ciudadanas y ciudadanos. Somos sujetas y sujetos de derechos y no objeto de represión.
Liliana Daunes, periodista
Como trabajadora de la comunicación y como feminista, quiero expresar que es imposible en este tiempo transformar el lugar de las mujeres y de los sectores más vulnerables de la sociedad, mientras los grandes medios de comunicación, privados y públicos, sigan siendo fuentes fundamentales de la reproducción de una cultura patriarcal. Sigan siendo voceros del gran capital, y formadores de un imaginario consumista, en el que todo se vuelve mercancía, desde el agua hasta la basura, desde la educación hasta el cuerpo y las vidas de las mujeres.
Medios de comunicación que construyen y defienden valores funcionales al poder, negando o banalizando derechos fundamentales como el derecho al trabajo, a la educación, a la salud, a la vivienda. Medios en los que se criminaliza a las trabajadoras o a los trabajadores en huelga, a las desocupadas o a los desocupados que demandan su lugar en la sociedad, a las maestras o a los maestros que defienden la educación pública, y hasta pueden reproducir impunemente la propaganda electoral de quien dio la orden de represión que terminó con la vida de Carlos Fuentealba. Medios de comunicación en los que Julio López vuelve a desaparecer. Medios que minimizan la violencia machista e invisibilizan los feticidios. Medios de comunicación en los que las mujeres que exigimos educación sexual, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir, somos estigmatizadas por el coro patriarcal de la Santa Inquisición.
La democracia en la comunicación es mucho más difícil aún, cuando se recorta o condiciona el lugar para la pluralidad de voces que intenta
expresar la comunicación alternativa. Cuando se cierran espacios públicos como el canal de la ciudad, con el consiguiente despido de trabajadores y trabajadoras de la comunicación, y se siguen desvalorizando los espacios con perspectiva de género en la radio pública. Se trata de políticas que precarizan aún más el empleo, como parte de las políticas flexibilizadoras con que el gobierno de la ciudad y sus legisladores y legisladoras vienen castigando a las trabajadoras y trabajadores, para dibujar los éxitos de su presupuesto.
Son políticas que al mismo tiempo, recortan o niegan la posibilidad de promover las voces que visibilizan las demandas, las historias, el lenguaje y las prácticas de mujeres que han venido bregando históricamente por su emancipación, como parte de la emancipación general de la humanidad. Y es preciso aclarar: no me estoy refiriendo solamente a la inclusión de más mujeres en los medios.
El ser mujer no asegura una posición de lucha contra las opresiones. Lo que estoy planteando es el derecho a la pluralidad ideológica, en medios de comunicación que hegemónicamente reproducen la cultura androcéntrica. Es la posibilidad de que se exprese una mirada del mundo, no la propia, no la de una u otra periodista, sino la de una corriente histórica y la de un movimiento, que se va creando a sí mismo desde la identificación de la opresión de las mujeres que realiza el patriarcado, y desde las batallas por nuestra emancipación. Es la palabra de un feminismo que no pretende lograr un cupo para integrarse en la dominación, sino que aspira a deconstruir todas las dominaciones de una cultura opresora en la que se refuerzan mutuamente, el capitalismo, el patriarcado, el racismo, la violencia.
Es sabido que si unos pocos controlan la información, no es posible la democracia. En Argentina aún nos rige una Ley de Radiodifusión de la
dictadura. Es algo vergonzoso. Es la ley hecha a medida de los Videla, de los Massera, de los Martínez de Hoz.
Es indispensable una nueva ley que garantice el pluralismo informativo y cultural. Si bien se trata de una ley nacional, demandamos que también en la Ciudad se vaya haciendo camino en esta dirección. Necesitamos que los medios públicos sean fuertes, y estén al servicio de todas y todos y no de los gobiernos de turno o de los sectores del poder.
El derecho a la comunicación es un derecho humano y no un negocio. La mercantilización de la cultura, agrava y profundiza la realización de una programación de los medios de comunicación que desbordan de lenguaje sexista, de humor misógino, de estereotipos machistas, de vulgaridad en el tratamiento de problemas constituyentes de la identidad de las personas como por ejemplo la sexualidad, de naturalización de los roles subalternos de las mujeres, de bastardeo a la libre opción sexual de lesbianas, gays y travestis.
Es imprescindible que se cumplan con los avances que ya fueron logrados por el movimiento de mujeres, y que en este momento están amenazados por la política proteña.
Quiero recordar que la Constitución de la Ciudad, establece en los artículos 36, 37 y 38 que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires debe garantizar la igualdad real de oportunidades y de trato entre varones y mujeres en el acceso y goce de todos los derechos y la incorporación de la perspectiva de género en el diseño y ejecución de las políticas públicas. Por lo tanto, se dispone que el Gobierno porteño debe respetar la perspectiva de género en todas sus políticas públicas, incluyendo las comunicacionales. Esto se afirma también en la ley 474, que crea el Plan de Igualdad de Oportunidades y de Trato entre varones y mujeres. No queremos que estas leyes sean letra muerta.
Los medios de comunicación suelen ser en su gran mayoría los fieles voceros de un orden que mata, reprime, discrimina y excluye. Los problemas sociales, las demandas de las mujeres, no pueden tener como respuesta la represión.
Las personas que vivimos y transitamos en la ciudad de buenos Aires somos ciudadanas y ciudadanos. Somos sujetos y sujetas de derecho y no objetos de represión.
Fanny Edelman, dirigente política comunista
Gracias a la generosa invitación de la distinguida feminista Diana Maffía, tenemos la oportunidad de exponer ante este significativo panel nuestra posición ante la realidad económico-social de nuestro país.
Lo hacemos en homenaje a Clara Zetkin, la gran revolucionaria alemana que dedicó su vida a la lucha por la emancipación de la mujer y por la paz.
El feminismo político clasista con identidad comunista del que formo parte, ha denunciado y denuncia la doble explotación que sufren las mujeres: la de género, por parte del sistema patriarcal, y la de clase, por la explotación del sistema capitalista.
La privatización de las empresas estatales y la destrucción de la industria nacional del capitalismo denominado neoliberalismo, de los años 90, con su lacerante incidencia en nuestro pueblo y particularmente en los sectores más desposeídos de la base social, aún no ha sido superada.
Los indicadores sociales de los últimos años, tras la opulencia de las cifras macroeconómicas reveladas, prueban que aún varios millones de compatriotas siguen por debajo de la línea de pobreza, como lo prueban también el trabajo infantil y la escandalosa inequidad de la distribución de la riqueza.
Este es el capitalismo y para superarlo es preciso construir con todos aquellos afectados por el sistema vigente, un proyecto alternativo antineoliberal, humanista, socialmente justo, verdaderamente democrático, coincidente con los procesos que viven pueblos hermanos rescatando sus riquezas de manos ajenas, afirmando su soberanía nacional, en dura confrontación con la política de agresión y de guerra.
Son procesos de cambios profundos, revolucionarios, con una elocuente participación de las mujeres cuyas demandas están incluidas en dichos procesos.
La paz, tan gravemente amenazada en nuestros días en nuestra América es otro de sus grandes objetivos. Y a propósito de la paz, que tanto importa a las mujeres, me he permitido traer a este importante panel, una propuesta:
UN LLAMADO URGENTE POR LA VIDA Y POR LA PAZ.
Ante la dramática situación que vive la hermana República de Colombia y que amenaza la paz en la región, las mujeres argentinas elevamos nuestras voces por la vida de Ingrid Betancourt en riesgo de muerte por su salud quebrantada.
Nos pronunciamos fervorosamente por el intercambio humanitario que ponga fin al padecimiento de centenares de prisioneros de ambas partes, y favorezca la búsqueda de una solución negociada a un conflicto armado que ya lleva más de cuarenta años. Abrigamos la esperanza de que por este camino se abra paso una paz con justicia para el pueblo colombiano.
Claudia Korol, Pañuelos en Rebeldía Equipo de Educación Popular
Soy educadora popular, feminista. Transito lugares habitados por el dolor y la esperanza de muchas mujeres que no entraron nunca en estos recintos. Mujeres que sobreviven cotidianamente, a pesar de las leyes y reglamentaciones que aquí se aprueban sin tenernos en cuenta. Quisiera acercar las voces de las excluidas, de las que no se cuentan en los conciliábulos que preceden las votaciones de las leyes. Aquí llega un eco de sus voces.
Somos desaparecidas sociales. Somos quienes ustedes nombran con el eufemismo que no designa ni a seres humanos ni a sujetos de la historia. Somos, cuando existimos, un problema.
Somos las mujeres, las travestis, las lesbianas, los gays, las vendedoras ambulantes, las personas en estado de prostitución, que no pudimos entrar a esta Legislatura cuando se votaban las reformas al código contravencional, para retrotraerlo como código de intolerancia, como ley del orden burgués y patriarcal. Somos las que recibimos el golpe de estas puertas cerradas en nuestras narices. Les preguntamos, señoras legisladoras: ¿Qué vale nuestra palabra cuando se decide sobre nuestros cuerpos? Les preguntamos también:
¿Qué sienten cuando deliberan entre vallas? ¿Para quiénes legislan? ¿Contra quiénes? ¿Cómo se sienten legislando en el corralito?
Somos desaparecidas sociales: víctimas de las redes de la trata y de las redes de prostitución. Las secuestradas en democracia que no se nombran, las superexplotadas. Las expropiadas como identidades, como cuerpos, como vidas.
Somos las mujeres que morimos en abortos clandestinos, porque no se legisla ni se reglamentan las leyes que permitan que decidamos con libertad sobre nuestros cuerpos.
Somos adolescentes que nos hicimos mujeres muy rápido, porque no tuvimos derecho a una adecuada educación sexual. Somos niñas que debemos asumir el cuidado de nuestros hermanos, porque nuestras madres solteras no tienen el
apoyo estatal que necesitan para criarnos. Somos mujeres golpeadas, maltratadas, porque no hay programas reales que tengan el respaldo
suficiente para proteger a las víctimas de la violencia contra la mujer.
Somos trabajadoras desocupadas. Las mujeres que su gobierno, señora Michetti, dejó sin trabajo, sumándonos a la enorme lista de desocupados y desocupadas que habitan la ciudad y el país. Somos las trabajadoras que después de quedar desocupadas fuimos maltratadas, estigmatizadas. Nos dijeron que somos ñoquis. No somos ñoquis. Trabajábamos antes de ser despedidas, y exigimos nuestro derecho a seguir haciéndolo.
Somos las mujeres del Casino. Una y otra vez golpeadas por reclamar trabajo para nosotras o para nuestros hijos.
Somos las mujeres de las empresas recuperadas, que aún no podemos dormir tranquilas porque no se deciden a aprobar las leyes de expropiación. Porque la propiedad privada de los usureros, vale más que nuestras vidas.
Somos cartoneras. Las que revolvemos entre sus sobras, entre sus excrementos, para que no contaminen la ciudad vidriera del turismo y del
shopping, en la que la cultura, la educación, la salud, cotizan en el mercado. Nos golpearon, nos echaron del espacio que llaman «público», pero no nos pueden compactar. No somos basura. Nos desaparecen y aquí estamos.
Resistiendo.
Somos las madres de los chicos asesinados en Cromañon. Somos los pibes y las pibas muertas en Cromañon. Somos sobrevivientes que no reciben todavía el apoyo social que necesitan, porque la corrupción y la impunidad se sientan a legislar en este recinto como una prueba más del olvido.
Somos mujeres migrantes, mujeres de los pueblos originarios, afrodescendientes. Las que no contarán en sus planes sociales que exigen
ahora certificado de domicilio y documentos. Somos despreciadas por el racismo que exhuda el cuerpo demacrado de la ciudad. Sus hospitales nos reciben, cuando lo hacen, después de colas más largas que cualquier dolencia.
Vivimos y morimos en talleres de trabajo esclavo. Cuando hacen políticas para nosotras, es para que sigamos siendo esclavas pero sin trabajo; o para ser expulsadas violentamente de su ciudad, de su país.
Para nosotras, desaparecidas sociales, la cara del poder tiene el rostro de la policía. Porque ante nuestras demandas, lo que recibimos son sus
golpes. Por eso nos hartan sus debates sobre la jurisdicción y el presupuesto para la policía. Los cuerpos que ustedes llaman de seguridad,
nosotras los llamamos fuerzas represivas. Son los asesinos de nuestros hijos, muertos por el gatillo fácil, que castiga el delito de ser pobres.
Señoras legisladoras: Les sugerimos que antes de aumentar el presupuesto a la policía, antes de definir sus jurisdicciones, antes de inventar nuevos cuerpos represivos, revisen sus prácticas, depuren sus fuerzas, para que no queden más asesinos, corruptos y coimeros. Tal vez entonces descubran que pueden achicar el presupuesto, porque sean muy pocos los que queden.
Señoras legisladoras: Su poder nos condenó. No les vamos a pedir permiso para manifestarnos, para ejercer nuestros derechos. Exigimos que se asegure la voz y la participación de las organizaciones populares en el debate político. Para estar en este recinto, no simbólica sino políticamente.
Somos desaparecidas sociales. Aparecemos cuando luchamos y nos organizamos para existir y vivir con dignidad. Somos mujeres luchadoras, como aquellas trabajadoras a las que les rendimos homenaje cada 8 de marzo.
Somos feministas que queremos terminar con todas las opresiones de una cultura androcéntrica que refuerza el sistema capitalista, patriarcal, racista. Luchamos por transformar el mundo, por conquistar todas las emancipaciones que humanizan la vida.
Las personas que vivimos y transitamos en la ciudad de Buenos Aires somos ciudadanas y ciudadanos y somos sujeto de derecho, y no objetos de represión.
Susana Stilman, Presidenta de Mujeres Trabajando-Integrante de la Red no a la Trata
Todas las organizaciones y redes a las cuales pertenezco encaran el tema de la participación politica, la pobreza y la violencia contra las mujeres. Pero en este momento estamos trabajando fuertemente la situación de la violencia de genero en todas sus formas como la mayor violación a los derechos humanos.Puntualmente estoy hablando de la trata de personas que en un casi 90% es a mujeres para explotacion sexual. En el orden nacional estamos tratando de incidir para que se sancione una ley que no haga hincapié en diferencias de edad y no sostenga que puede haber consentimiento, ni ninguna excusa que lleve a la victima a tener que probar que es victima.Nadie consiente su propia esclavitud.
Pero hoy estamos en la Legislatura de la ciudad, legislatura que en el año 1991 nos encontraba en estas mismas bancas reclamando un cupo para las mujeres en las listas partidarias, hoy volvemos para que se cumpla con los derechos humanos de todas . Esta legislatura y el gobierno de la ciudad mantienen una deuda con lass mujeres, las mas vulnerables y las mas pobres. En este recinto,el año pasado se presentaron proyectos para reglamentar la prostitucion, pudimos pararlos, somos un pais abolicionista firmantes de un Convenio Internacional contra la Trata de Personas del año 1949 que no penaliza la prostitución, pero si la explotacion de la prostitución ajena.Conocer la Constitución, las leyes vigentes, no pedimos mucho. Pero los que si estan penalizados son los prostíbulos, o el nombre que la naturalización de su existencia ha querido darles, saunas, bares,whiskerias con ofertas de alternadoras, etc. Los legisladores y legisladoras deben exigir el cumplimiento de la ley, no se puede tolerar la violacion sistematica y publicitada de esta, queremos una decisión politica.La ciudad de Buenos Aires posee un triste record, es la Ciudad de America que tiene la mayor cantidad de prostibulos.Sabemos donde estan, una recorrida por los telefonos publicos del Centro y de las estaciones de ferrocarril nos dan las direcciones y telefonos, los grandes diarios nacionales, tiene cada vez mas paginas con ofertas de todo tipo. Queremos que los operativos que se realizan muy de tarde en tarde, no busquen solo menores, hay mas de 500 desaparecidas en el pais, de todas las edades.Sabemos que la Ciudad no cuenta con policia, sin embargo tiene dos herramientas fundamentales para cumplir la ley, las Habilitaciones y las Inspecciones.Tod lugar con oferta y atencion al publico, estan publicados, es pasible de una inspeccion y posterior clausura..Sin la complicidad de sectores politicos, policiales y judiciales no hay explotacion de
mujeres.Por una tolerancia cero a las mafias de la prostitucion. Son ms de 500, las estamos buscando, las queremos con vida.
Fabiana Tuñez, La Casa del Encuentro
Desde la Asociación Civil La Casa del Encuentro, espacio feminista social y cultural queremos agradecer la invitación de la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud a participar de esta sesión extraordinaria. Sesión que conmemora el 8 de Marzo, la fecha más importante para el movimiento de mujeres, surgida desde la lucha por nuestros derechos, luego de siglos de invisibilización, discriminación y postergaciones.
A través de estas luchas se han conquistado derechos, pero sabemos que con las mejoras legales, los cupos y los espacios de poder no se ha terminado con la opresión y la violencia hacia las mujeres, no se ha derrotado al patriarcado y para demostrarlo solo daremos algunos ejemplos en nuestro país:
• Si más de 4.500.000 de mujeres son víctimas de algún tipo de violencia,
• Si 240 mujeres fueron asesinadas en el 2007,
• Si 475 mujeres y niñas están desaparecidas por las redes de trata con fines de prostitución,
• Si no contamos aún con una ley de Educación Sexual en las escuelas,
• Si cientos de lesbianas no pueden visibilizarse por temor a la pérdida de sus empleos y de la condena social, para vivir en libertad
• Si muere una mujer por día por abortos clandestinos,
• Si todavía hoy se habla de “crímenes pasionales” cuando es asesinada una mujer, cuando en realidad se trata de “femicidio”,
• Si aún no hemos conseguido que se cumpla en la práctica un derecho básico como el de igual remuneración por igual trabajo,
• Si vemos que los índices nos demuestran que existe una “feminización de la pobreza”,
• Si miles de mujeres no tienen acceso a la información y a la atención para prevenir enfermedades como cáncer de mamas, útero y de transmisión sexual.
Queda demostrado entonces que como sociedad todavía nos resta mucho por seguir luchando contra este orden patriarcal de injusticia y que la violencia hacia las mujeres es una cuestión política que nos exige acciones urgentes y sostenidas.
Nosotras desde nuestras organizaciones movilizándonos como sociedad a través de las Campañas por el Aborto o Ni una mujer mas victima de las redes de prostitución y ustedes legisladoras y a los legisladores que hoy no están presentes, generando las leyes que necesitamos para combatir la violencia y la discriminación
Desde La Casa del Encuentro queremos realizar nuestro pequeño aporte hacia la construcción de una sociedad para todas y todos, libre de opresiones y violencias. Una construcción política que nombramos y definimos como Feminismo popular, entre todas las mujeres y para toda la sociedad. Un feminismo popular y autónomo que establece su quehacer político en los barrios, en las calles, con la gente, un feminismo popular construido por las mujeres. Nosotras somos parte del feminismo de los 90 No sólo cuestionamos el sistema de valores que admite la exclusión y la violencia , sino que propone un cambio cultural y político, un cambio ético desde donde construir una sociedad basada en la solidaridad y el ejercicio pleno de la libertad.
Ciudadanas y ciudadanos que transitamos y vivimos en la Ciudad de Buenos Aires Somos sujetas y sujetos de derechos y no de represión.
Por eso es que seguiremos luchando para que llegue el día en que las mujeres podamos decidir sobre nuestras vidas, nuestros cuerpos y nuestros deseos en una sociedad libre de opresiones, discriminación y exclusión. Depende de todas y de todos que podamos construir plenamente nuestra libertad.
Fuente de algunos de los textos: RIMA – Red Informativa de Mujeres de Argentina, Rosario, Santa Fe, Argentina.
Claudia Salud, delegada sindical empleadas y empleados de Metrovías
Quienes somos las trabajadoras del Subte?
Se dice de mi…
En estos días que corren la Empresa, la UTA y los medios masivos de comunicación pretenden imponer la imagen de la trabajadora del Subte como una empleada privilegiada. Con el objetivo de producir una mentalidad miserabilista en la opinión pública y de exacerbar el odio entre trabajador@s, exhiben públicamente nuestros salarios y presentan nuestra jornada de 6 hs. como un privilegio, obviando que es una justa compensación por exponernos a las comprobadas enfermedades profesionales que ocasiona el ambiente en el que trabajamos. A sabiendas de que la desesperación por conseguir un trabajo decente, o por llegar a fin de mes, es la triste realidad de millones de personas cuyos salarios no cubren sus necesidades básicas, nos quieren presentar como ejemplo de egoísmo y de insaciable ambición por defender nuestras condiciones de trabajo.
Tiempos de cambios
Sin embargo, las mujeres del subte tenemos una historia y las condiciones de trabajo que hoy compartimos son el resultado de un camino recorrido. Ese camino es un camino de luchas como trabajadoras, codo a codo con nuestros compañeros pero también de luchas propias, por nuestra condición de mujeres.
Nuestra lucha comenzó al poco tiempo de la privatización, cuando Metrovías quiso dejar de tomar mujeres para trabajar en los túneles, con el argumento de que el embarazo nos hacía menos productivas que los varones. Por primera vez nos reunimos para alzar juntas nuestras voces y exigir que sigan tomando mujeres.
Después, en el año 1997, vino la lucha para acceder a los puestos de guarda: Mientras la empresa insistía en que las mujeres no teníamos la capacidad necesaria para trabajar en los trenes, nos organizamos en reuniones en las casas, y decidimos impulsar un petitorio que expresó el apoyo colectivo de trabajadores varones y mujeres a favor de que subiéramos al tren.
Más traumática fue nuestra la lucha del año 2002, cuando en este recinto se aprobó la ley de reducción de la jornada de trabajo a 6 hs. En esa oportunidad Metrovías amenazó con despedirnos si se aplicaba ese beneficio. Esa vez, acompañadas y alentadas por el Cuerpo de Delegados, nos asesoramos por medio de abogados y de legisladores, para conocer y defender nuestros derechos. Durante meses recorrimos despachos de diputados, de organismos oficiales, y de otras organizaciones de mujeres en busca de pronunciamientos y apoyos solidarios para defender nuestro derecho adquirido al trabajo y la garantía de condiciones dignas.
Menos ruido hizo la lucha varias veces repetida por actualizar la siempre olvidada cuota para la guardería de nuestros hijos.
Luego, en el año 2004, desde la comisión de mujeres, conformada durante la lucha por las 6 hs. horas, nos organizamos para participar en el Encuentro Nacional de Mujeres. Realizamos distintas actividades para juntar fondos, pero también para difundir e integrar a tod@s en un debate sobre la necesidad de que las mujeres nos organicemos colectivamente para participar en el ámbito sindical.
No tengo que dar excusas por eso…
Con lucha y mucho esfuerzo hemos demostrado que somos mucho más que amas de casa, buenas madres y buenas fregando platos. Hemos demostrado a esta sociedad nuestra capacidad de enfrentar las reglas que nos perjudican y de arrancarle conquistas y libertades.
Nuestras armas son acordes al carácter vital de los fines que nos vamos fijando: el cuidado de nuestra salud, que también nos dio más tiempo para compartir con nuestros hijos, o nuestra dignidad como trabajadoras y como mujeres. Nuestras armas son la energía, el coraje, el pensamiento, la palabra y la solidaridad. Las acciones colectivas que ayudaron a lograr nuestras conquistas, como el ejercicio del derecho a huelga, tuvieron siempre un sentido de integración y de inclusión de todo tipo de diversidades en el colectivo de trabajador@s.
Silla mediante… látigo en mano
Hoy las trabajadoras del subte enfrentamos nuevos problemas, ataques de nuevo tipo a nuestras libertades: Actores que estuvieron ausentes cuando necesitamos defender nuestros derechos vienen ahora a querer representar nuestros intereses. Desde la cúpula del aparato gremial se incita y se aplica el uso de las armas de la violencia para imponer jerarquías en la toma de decisiones. Es decir, para concentrar poder y decidir autoritariamente sobre nuestros destinos. Percibimos y vemos actuar a nuestro alrededor una oscura y sistemática voluntad de destrucción de la fraternidad entre trabajador@s, que nos llevo años forjar.
Como mujeres sabemos que la ley del más fuerte sólo puede ser acompañada por una forma bien definida de existencia para mujer: «la sumisión», compensada por exaltaciones abstractas sobre nuestras capacidades reproductivas. Es por eso que hoy nos preguntamos con preocupación: ¿Qué consecuencias nos traerá la violencia en nuestro espacio social más inmediato, cuando el único fin que se persigue es imponer obediencia?
Como trabajadoras queremos hacer público que no es verdad que hay internas sindicales en el Subte. Lo que hay son personajes armados y pagados a sueldo, que irrumpen entre nosotros para impedir el ejercicio democrático del derecho de reunión y de libre expresión y que han llegado al extremo de entrar a la casa, destruir los bienes y golpear al hijo de uno de nuestros delegados de base, los únicos que fueron elegidos democráticamente.
Como ciudadanas queremos hacer un llamado de alerta. La garantía de derechos constitucionales por el ejercicio de funciones de representación en el ámbito sindical es análoga a la del ejercicio de cualquier otra función pública. Confiamos y esperamos que no se mire para otro lado cuando se trata de garantizar el ejercicio concreto de la democracia.
Martha Alonso, Vicepresidenta del Plan Estratégico Buenos Aires 2010
EL GÉNERO EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS URBANO AMBIENTALES
Honorable Asamblea:
La planificación de políticas públicas urbano-ambientales con equidad de género, dentro de nuestra Región, y sobre todo en la gran red de «megaciudades» que la conforman, donde Buenos Aires es actora significativa; vinculan la problemática del hábitat y la dimensión ambiental conformando las dos variables del desarrollo sustentable. Las nuevas condiciones planetarias han modificado profundamente la relación mujer-ambiente-ciudad planteando nuevas relaciones sociales y productivas. La mujer como ciudadana sufre varias discriminaciones: no participa de los proyectos urbano-ambientales; constituye el sector de población más pobre y con escaso acceso a vivienda y créditos. Es la primera víctima de la violencia y la inseguridad urbana.
Una mayor participación de las mujeres tendría efectos muy positivos en cuanto a reforzar la democracia local y la ciudadanía responsable.
Es precisamente en el Plan Estratégico, Buenos Aires Futuro, que conceptualmente intenta unir la «construcción de ciudad mediante ejercicio de ciudadanía», donde las ONGs trabajamos en el Grupo de Género para hacer realidad lo establecido en la legislación nacional e internacional y en el art. 18 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires: «La ciudad y las mujeres intervendrán en las áreas de formulación y gestión de las políticas urbanas de descentralización, diseño y construcción del espacio público, la infraestructura social, los servicios y el transporte, desarrollando políticas y acciones»…
Las mujeres que hoy llevamos una vida mucho más compleja que nuestros congéneres varones ya que somos las responsables de las tareas asociadas a la reproducción, al cuidado y al trabajo solidario, participamos más de todo lo cultural y vivencial que propone el espacio público, resignificándolo en más de un sentido. Y no necesariamente porque dispongamos de tiempo. Ya estamos en la triple jornada, la primera en el trabajo no rentado de la casa; la siguiente en el trabajo menos rentado que el par varón; la tercera en lo social. No en vano el 90% de los emprendimientos solidarios está en manos de mujeres. Y conste que este quehacer nuestro, constituye el 50% de la economía mundial, sin el cual esta colapsaría. Es imperativo no dilapidar la mitad de los recursos de talento, capacidad y gestión que dispone la humanidad.
Por ello hay que demandar políticas con equidad de género que faciliten la accesibilidad urbana, exigiendo «igualdad de oportunidades y de trato» para componer una ciudad sin exclusiones. Es labor de las dirigencias darnos herramientas para que logremos enhebrar las dimensiones ambientales y de sostenibilidad en una ciudad para todos y todas donde podamos ejercitar nuestros derechos plenamente. Porque de eso se trata….
Martha Rosenberg, Foro por los Derechos Reproductivos
Otra vez el silencio es el síntoma de un pacto que intenta ocultar, tanto el poder que ejercen las mujeres sobre sus embarazos cuando abortan, cuando no quieren o no pueden continuarlos, como su indefensión ante las condiciones en que se ven obligadas a hacerlo. Una sesión como la de hoy [2] es un pantallazo sobre la diversidad de las mujeres de esta ciudad. Los dos minutos de plazo para hablar solo dan para eso. Cuando escribí esto me responsabilicé de que no se omitiera la presencia inocultable de la práctica del aborto en nuestro país y en nuestra ciudad.[3] Cientos de miles de mujeres lo practican a pesar de la prohibición legal, la condena social y los riesgos para su salud y su vida a los que las expone la clandestinidad. Por eso, elijo, entre mis distintas pertenencias, la de la CAMPAÑA NACIONAL POR EL DERECHO AL ABORTO LEGAL, SEGURO Y GRATUITO. Un movimiento de la mejor tradición feminista, que funda el 8 de marzo como conmemoración de las luchas de las mujeres por su libertad y sus derechos. Luchas en las que se juegan sus vidas y proyectos propios, capaces de cambiar el orden de dominación que las ha definido por su capacidad reproductiva biológica, las luchas feministas apuestan por la vida digna de ser vivida para las mujeres que afirman la validez de su visión del mundo. Esta Campaña, que ya lleva cuatro años, nos une y relaciona con miles de mujeres de todo el país, la región y el mundo. En estos días mujeres de esta ciudad, y de muchas otras de todo el país, nos reuniremos para concertar nuestras acciones para 2008. Insistiremos con nuestro proyecto de ley presentado en 2007 al Parlamento Nacional que incluye el aborto voluntario hasta las doce semanas de gestación. Insistiremos en la implementación y mejoramiento del PNSSyPR en todo el país (hay que reconocer que nuestra ciudad es una de las pioneras). Insistiremos en la práctica de los abortos legales en nuestra legislación actual, cuyo incumplimiento por funcionarios médicos y judiciales queda impune. Insistiremos también en la implementación de la educación sexual sin discriminaciones. Insistiremos en la separación efectiva de la Iglesia y el Estado. Un estado laico y respetuoso de la libertad de creencias es la condición y la garantía de la igualdad de derechos. Estamos en la Legislatura de la C.A.B.A. No es la primera vez. Poner mujeres comunes (o «destacadas») en posición de legisladoras, un día por año, puede ser simpático, pero es engañoso: nuestra legislación porteña, con todos los avances que hemos conseguido[4], no garantiza que gocemos plenamente de los derechos conquistados. Ni siquiera los abortos no punibles contemplados en el Código Penal desde hace más de 60 años se hacen en nuestros hospitales. Tenemos que seguir luchando para que se cumpla la letra de leyes y compromisos internacionales por las que nuestros gobiernos no se sienten obligados. Las presiones políticas de quienes pretenden imponer urbi et orbi sus benditas consignas pueden más que las leyes que tanto nos cuesta conseguir. No podemos llenarnos la boca con la lucha contra la violencia e ignorar lo violento de imponer maternidades que son fruto de esa misma violencia. Estamos a favor de una maternidad deseada y libremente asumida, del derecho a decidir cuántos, cuándo, y si queremos, o no, tener hijos. Estamos a favor de la efectiva implementación del PSSyPR en todo el país. Estamos a favor de una sexualidad saludable y placentera, tenga o no fines de procreación. Estamos a favor de la información preventiva veraz y la educación sexual al alcance de todas y todos. Y estamos a favor de que las mujeres que decidan la interrupción de su embarazo puedan realizarla gratuitamente el sistema público de salud en las mejores condiciones médicas, equivalentes a las que hoy realizan las que tienen dinero para pagarlo en el circuito clandestino del aborto. La clandestinidad en la que lucran profesionales y encubridores es homóloga del silencio sobre el aborto con que se pagan los subsidios e inversiones en otros rubros ligados a la dominación de las mujeres. La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito no pretende imponer conductas prefijadas a las mujeres. Como nuestras compañeras latinoamericanas, proponemos: Que la mujer decida, la sociedad respete y el Estado garantice.
[1] «Para que los derechos de las mujeres no se queden en un papel», Folleto del Consejo Nacional de la Mujer sobre la CEDAW, 2008, tampoco menciona el tema.
[2] Sesión especial de la Legislatura de la CABA, 11 de marzo de 2008.
[3] Cuando pronuncié estas palabras en el recinto de la Legislatura, afortunadamente ya estaban desactualizadas por las numerosas intervenciones de compañeras que reclamando el derecho al aborto, evidenciaron que no sólo es un problema de salud pública, sino un cuestión política de importancia para un régimen que se dice democrático, en un país gobernado por una mujer que se autodesigna y nos interpela como «hermana de género».
[4] La excelencia de la Constitución de la Ciudad fue señalada por las Dras Nelly Minyersky y Dora Barrancos
Lidia Heller, licenciada en administración de la UBA, especialista en temas de management femenino y planificación y desarrollo de carrera
Las mujeres en las organizaciones: Hacia un cambio de paradigma§
Las voces que hoy se escuchan son un compromiso para avanzar hacia la equidad. Es importante reconocernos, nombrarnos.
Las mujeres transitamos dentro de las organizaciones desde siempre, sin embargo estamos y no estamos.
Nacemos, crecemos, nos desarrollamos dentro de organizaciones: Hospitales, escuelas, empresas, partidos políticos. Muchas de ellas son espacios de trabajo donde transcurren muchas horas de nuestras vidas y a su vez son ámbitos de integración social muy importantes para los individuos. La mayoría de las organizaciones fueron creadas por hombres y son sistemas sociales abiertos y complejos que reproducen las pautas patriarcales de las sociedades donde están inmersas.
Hace más de 30 años que me recibí en la Facultad de Ciencias Económicas, donde en los 70´, los libros y artículos de administración se hablaba del «hombre en las organizaciones». Estos textos todavía siguen vigentes en las aulas universitarias donde se forman muchas mujeres y varones que trabajan en organizaciones. Los modelos mentales y académicos siguen reproduciendo una imagen patriarcal dentro de instituciones.
Sin embargo, mucho hemos avanzado en las últimas décadas. Los estudios, investigaciones, luchas de organizaciones de mujeres, apoyadas por organismos internacionales, en particular las Naciones Unidas, que impulsaron conferencias, convenciones, tratados, recomendaciones y hasta un hecho cultural de las dimensiones de la ‘década de la mujer’, fueron abriendo el campo a un área de conocimiento que atraviesa múltiples disciplinas.
¿QUÉ ESTAMOS TRATANDO DE CAMBIAR?
- Necesitamos mujeres y varones concientes de las asimetrías que todavía persisten en la mayoría de las organizaciones (conocimientos, habilidades, conciencia política y de género, compromiso);
- Mejorar las condiciones de las mujeres (derechos y recursos, acceso a condiciones dignas y no discriminatorias)
- Cambios en las estructuras (menos jerárquicas y más representativas) y las culturas organizacionales más diversas y participativas.
Ninguno de estos cambios sucederá sin la participación y el compromiso activo de agentes de cambio (varones y mujeres) que actúen dentro de las organizaciones.
La importancia de las tres «C»:
Lo Cuantitativo es importante, las leyes de cuotas o cupos, aportan un primer paso necesario para hacer visible lo invisible, que existan mujeres en los lugares donde nunca antes pudieron acceder.