políticas públicas para saldar la brecha de género en el mercado laboral

 Crisis y desigualdad

En la historia de nuestro país y en general en el mundo, las crisis impactan en mayor medida en los grupos más vulnerables ya que aumentan o hacen más visibles las  desigualdades sociales y económicas.  

Cabe aclarar que las estadísticas argentinas sobre mercado de trabajo presentan limitaciones para examinar la situación de equidad de género debido entre otras a estas cuestiones:

  • Cobertura geográfica parcial localizada en grandes centros urbanos.
  • Limitaciones temáticas vinculadas a la escasa preocupación oficial por medir el reparto de tareas de cuidado, uso del tiempo y acceso a servicios de conciliación laboral.
  • Limitaciones para examinar diferenciales en la carrera laboral.
  • Problemas de comparabilidad histórica por cambios en la medición en el año 2003.
  • Falta de desagregación de datos por género y edad.

A estas restricciones se agregó en los últimos dos años la decisión del Poder Ejecutivo de discontinuar la publicación de las bases de datos de la Encuesta Permanente de Hogares restringiendo el acceso a la información.

Desempleo femenino

Históricamente la tasa de desempleo femenina ha sido mayor que la masculina, en el único año en el que se verificó una situación inversa fue en el 2002, esto se explica por dos razones: a) la fuerte caída del empleo formal, sobre todo en el área de construcción, sector con fuerte presencia masculina, b) la implementación del Programa Jefes y Jefas de Hogar Desocupados que tuvo amplia cobertura (2 millones de personas) y en la que las mujeres eran mayoría, la EPH consideró como ocupadas a las personas con PJD. c) la fuerte presencia de mujeres como cuenta propia no calificada y en el empleo público.

Podríamos pensar que la presente crisis, que ya manifiesta índices de retroceso en la construcción y en el comercio, llevaría a una situación similar a la descripta en el párrafo anterior.

  
Crisis e igualdad de oportunidades

Si bien el gobierno suscribió los «Objetivos del Milenio» de Naciones Unidas -que tiene un objetivo específico vinculado a igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres e incorporó uno sobre trabajo decente- en los últimos años se observa un incremento de la desigualdad de género debido a :

a) aumento en la brecha de desempleo,

b)  un incremento de la brecha de ingresos,

c) disminución de la tasa de actividad femenina en los hogares más pobres ya sea por ingresos o por región.

Además de las inequidades en el ingreso al mercado de trabajo la desigualdad de oportunidades también se manifiesta en la forma en la cual logran incorporarse hombres y mujeres.

Los cambios ocurridos en los últimos años no han sido uniformes, las mujeres que viven en los hogares más pobres tienen ahora una menor participación en la economía remunerada. En este grupo quienes se incorporan al mercado de trabajo (1 de cada tres mujeres puede hacerlo), más de tres cuarta parte (76.5%) se encuentra en situaciones vulnerables, tales como sin ocupación o con empleos precarios (asalariados no registrados y servicio doméstico). De quienes consiguen ocupación el 65.9% lo hace en estas categorías, porcentaje que se ha incrementado en estos años y que es notoriamente más alto que el que se verifica en el grupo de mujeres de los hogares con mayor nivel de ingreso, entre quienes este tipo de ocupación solo representa el 14% de las ocupadas.

Estos datos han sido reconocidos por el Ministerio de Trabajo: Informe 1 e Informe 2 

Aún existiendo múltiples avances hacia un modelo de crecimiento integrador, con mayor igualdad y cohesión social, todavía existen importantes desafíos para las políticas públicas, dentro de los cuáles, uno de los grandes temas pendientes es la cuestión del género.

Ver cuadro

  
Políticas Públicas de Género

La evolución de los últimos años pone en evidencia la necesidad de aplicar políticas activas para la reducción de la inequidad. Estas políticas deben incorporar en su diseño acciones que contemplen el reparto de responsabilidades de cuidado y medidas de conciliación. La presencia de niños y niñas en el hogar es un factor que condiciona en mayor medida la incorporación de las mujeres en el mercado de trabajo, sobre todo en los hogares más pobres que no pueden comprar servicios de cuidado.

Ver cuadro

  
¿Qué acciones podrían tender a disminuir esta brecha?

a) asignación universal por hijo/a.

b) ampliación de los servicios de cuidado infantil, que favorezcan la cobertura de los sectores más pobres.

c) mejoramiento de la infraestructura básica  (agua, luz, asfalto, etc.) que afecta e incrementa las condiciones en que se realiza el trabajo doméstico.

d) políticas activas que favorezcan la contratación de mujeres en sectores tradicionalmente masculinos.

e) becas que fomenten la incorporación de mujeres en carreras ídem.

f) mejorar el acceso al crédito de emprendimientos de mujeres.

g) fortalecer los sistemas de información para darle visibilidad a la desigualdad de género en el mercado de trabajo por sectores

  
Otras medidas posibles.

a) reparto de responsabilidades en las tareas de cuidado al interior del hogar y también con mayor implicancia del estado en la provisión de servicios.

b) cambios culturales políticos y económicos en la actual división sexual de trabajo. La segmentación del mercado de trabajo que refleja los actuales patrones de división sexual del trabajo condiciona las posibilidades de las mujeres para incorporarse a los sectores más dinámicos de la economía.

Desde 1995 (primer año con datos) las mujeres han representado un 30% de los asalariados formales en el sector privado, esta situación no ha cambiado en más de una década.

Las desigualdades en la carrera por segmentación vertical no solo explican las desigualdades en el ingreso laboral, también repercuten en el acceso a la seguridad social. Las políticas de seguridad social que están asentadas en una base exclusivamente contributiva como es el caso de Argentina limitan las posibilidades de la mujer para acceder a los beneficios previsionales, pues no contemplan las desigualdades de género por diferenciales en el reparto de tareas de cuidado.

Claudia Giacometti
Susana Campari
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Comentarios

  1. patricio

    La brecha salarial de género no tiene ninguna importancia práctica, en la medida que las mujeres ostentan excelentes índices de bienestar social, muchas veces mejores que los masculinos.
    En cambio las brechas de clases sociales, van siempre acompañadas de brechas de bienestar, y esas son las que debemos combatir.
    Enfatizar la brecha de género , me parece entonces simplemente regresivo y casi reaccionario, en la medida que invisibiliza y trivializa el núcleo duro de las desigualdades e injusticias humanas: las diferencias de clase.

  2. susana

    Patricio, me gustaria que me facilitaras los datos que te permiten afirmar que las mujeres «ostentan mejores indices de bienestar social que los hombres»
    me podrias aclarar porque, a tu criterio señalar las brechas de genero es reaccionario?
    susana

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